AQUELARRE ECONÓMICO: Rumores pre-electorales

25 de junio de 2012
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8:56
José M. Suárez

Empecemos por los hechos. El líder del movimiento #YoSoy132 se llama Miguel Torruco Garza y es hijo de Miguel Torruco Marqués quién es el anunciado Secretario de Turismo en el eventual gobierno de Andrés Manuel López Obrador. Es claro que los Torruco apoyan a AMLO con todo.

No hay la menor duda sobre la naturaleza de este “movimiento estudiantil” que de entrada declaró ser apartidista pero estar contra de la candidatura de Enrique Peña Nieto y del PRI porque, según ellos, su postulación es una maniobra de las empresas televisivas para imponerlo como Presidente.

¿Cómo un movimiento que se declara apartidista al mismo tiempo se define como anti-Peña Nieto y anti-PRI? ¿Cómo es que las empresas televisivas pueden imponerle a los votantes de México a un candidato en una elección que es competitiva y confiable? Es claro que los estudiantes que definieron los principios de este grupo no estudiaron lógica elemental, pero no les preocupa.

Sigamos con más hechos que alimentan los rumores. Torruco, el líder del 132, es cuñado de Carlos Slim Domit, hijo de Carlos Slim Helú, dueño del monopolio telefónico cuyas pingües utilidades lo han hecho el hombre más rico del mundo.

Es claro que nadie es responsable de lo que hagan sus parientes políticos por lo que sin mayor evidencia de que haya una conspiración, no se puede acusar a Slim por las preferencias ideológicas de su consuegro y de su hijo, pero aquí es dónde los rumores que asolan México se ponen aún más interesantes.

Es un hecho que Slim está enfrentado a las empresas televisivas pues pretende extender su imperio a ofrecer el servicio de televisión  en lo que se conoce en la jerigonza de las telecomunicaciones como  “triple play” que le permitiría a sus empresas ofrecer telefonía, internet y televisión por la misma vía.

Al mismo tiempo, quiere impedir que Televisa adquiera una empresa telefónica pues ello la facultaría a ofrecer el “triple play,” además de plantear una mayor competencia en el servicio telefónico en el que las empresas de Slim tienen actualmente una posición dominante indiscutible.

Hasta aquí solo he realizado una enumeración de hechos. Pero el rumor sigue, afirmando que el peculiar sesgo que el periódico Reforma –peleado a muerte con las televisoras-, ha adquirido a favor de AMLO desde hace algún tiempo, se debe a que sus dueños le vendieron esa casa editorial a Slim, quién, a su vez, está apoyando la candidatura del demagogo tabasqueño.

Es decir, que el pleito entre las televisoras y Slim se habría traducido en que las primeras supuestamente apoyan al candidato presidencial del PRI mientras que Slim ha decidido en esta ocasión apoyar a AMLO, quien una vez instalado en la Presidencia le permitiría consolidar su monopolio telefónico y le daría acceso a ofrecer en exclusiva los servicios integrados en el “triple play.”

Pero como es posible –yo diría más que probable- que AMLO pierda las elecciones, allí es donde embona el movimiento #YoSoy132, cuyos admiradores no se cansan de compararlo con la Primavera Árabe que derrocó a los dictadores de varios países del norte de África.

En este escenario López denunciará el fraude electoral el domingo próximo, igual que hace seis años, y repetirá su rechazo al proceso, como ha sido evidente en la preparación del terreno que ha venido haciendo con declaraciones cotidianas de que el sistema electoral no es confiable.

A diferencia de hace seis años, hoy contará con las huestes de #YoSoy132 y el apoyo de Slim y Reforma con lo que cree que, a diferencia de 2006, ahora su intento golpista fructificará pues no se puede descartar que un movimiento callejero de protesta implique algunos muertos y actos de violencia que se salgan del control de la autoridad del DF, nada menos que en manos del PRD.

Yo creo que como en todos los escenarios que involucran conspiraciones, ésta tiene elementos verosímiles y otros que no lo son, aunque si estoy convencido de que López y sus colegas golpistas de hace seis años, van por una reedición de su intentona de entonces.

¿O usted cree, estimado lector, que López se va a ir a la Chin…, el rancho de su propiedad en Palenque tan apropiadamente bautizado, tranquilito y sin armar un mega-conflicto? Yo estoy dispuesto a apostar que no, pero lo que ocurra al final de cuentas dependerá de la fortaleza institucional del país y del manejo que haga de la situación el gobierno de Felipe Calderón.

 

 

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