
Telar de cintura, arte milenario que viste en Cumbre Tajín
CIUDAD DE MÉXICO. 21 de marzo de 2025.- A pesar de que ha perdurado la creencia de que la cultura mixteca vivió en constantes guerras, los documentos demuestran que no siempre fue así: “Realmente tenemos muchos siglos en los que son pocos los conflictos, eso me llama mucho la atención y rompe con esta tradición de que el posclásico era pura guerra militarista. Por lo menos en lo que estamos viendo en los códices, no ocurre eso”, afirmó el investigador Manuel A. Hermann Lejarazu.
El doctor en Estudios Mesoamericanos por la UNAM, especializado en códices y documentos antiguos, dictó la conferencia Códices prehispánicos de la mixteca: acercamientos y lecturas, como parte del ciclo La arqueología hoy que coordina el arqueólogo Leonardo López Luján, miembro de El Colegio Nacional.
En los códices de la región mixteca que han llegado a nuestros días, dijo, los conflictos no son la constante. “Siempre hemos tenido la idea de que, en el posclásico, sobre todo en Oaxaca, todos estaban peleando, unos con otros, la famosa balcanización de la que hablan varios arqueólogos de los 80, y tenían muy clara esta idea de que había guerras constantes, pero analizando los códices, que son las fuentes que tenemos, no hay tantas guerras”.
“Sí hay un periodo muy conflictivo, que es la de Ocho Venado, pero salimos de estas etapas, de estos periodos que son muy tempranos, más o menos desde el siglo 10 y el siglo 11, y, de repente, no hay batallas grandes, grandes guerras y luchas. Parece que no se movió mucho realmente la situación política en general en la Mixteca, hasta cuando viene la integración de los mexicas”.
En su lugar, señaló, el contenido de los códices está plagado de otro tipo de relaciones, sobre todo matrimoniales. “Eso era muy importante como parte de la esencia de los linajes; la esencia de las comunidades, los gobernantes, de alguna manera mantenían a cierto nivel esta facultad de poder heredar los privilegios, sobre todo, estamos hablando del mundo de las casas de los gobernantes y eso era importante, ellos debían tener plenamente bien contemplado, o recordado, o escrito a sus antepasados”.
Desde luego, agregó, “hubo cambios importantes dentro del linaje, interrupciones”, pero como parte de la tradición mixteca era importante “mantener esta sangre y este linaje. Desde luego algunas de las importantes casas o señoríos, linajes, llegaban a ser de mayor importancia, de mayor jerarquía que otros, de tal manera que ciertos pueblos querían mantener ese vínculo con los más importantes y, de esa manera, tener ciertas concesiones, privilegios o de uniones territoriales, por eso vamos a encontrar grandes representaciones de parejas, de hechos relacionados con rituales o, por ejemplo, los matrimonios”.
Hermann Lejarazu se refirió a los seis códices de tradición prehispánica que abordan la cultura mixteca: el Códice de Viena, o Vindobonensis, que se refiere “mucho” a los orígenes del mundo mixteco y que se conserva en la Biblioteca Nacional de Austria; el Códice Colombino, el único que se encuentra en México, en el Museo Nacional de Antropología y “su hermano o complemento”, el Códice Becker 1, que en algún momento formó parte del Colombino y ahora se conserva en el Museo Etnográfico de Viena.
También existe el Códice Selden, que se lee de manera vertical y tiene 5.50 metros de longitud; el Códice Nuttall que se encuentra en el Museo Británico de Londres; así como el Códice Bodley, que, junto con el Selden, forma parte de la Biblioteca Bodleiana de Oxford desde el siglo XVII.
Además del origen de la región mixteca, los documentos detallan la vida de Ocho Venado, uno de los gobernantes más importante de la región y quien “inaugura una nueva dinastía y funda su propio linaje”.
La historia de este personaje viene de muy atrás, explicó el experto: “Desde luego, se pinta desde su nacimiento, vienen relacionados con sus padres y desde muy joven ya está representado Ocho Venado como un gran guerrero: a los ocho años ya nos lo pone el Códice Nuttall como un niño tremendo. A esa edad ya andaba guerreando, y puede ser, porque sabemos, a través de los relatos coloniales del centro de México, que los chiquitos acompañaban a los guerreros, sobre todo al cargarles las armas menores”.
“Él es el protagonista de este códice y, desde luego, ya se está mostrando como conquista un pueblo, en este caso el pueblo de Peña del Águila. Es probable que, en realidad, quien haya encabezado esa guerra haya sido su medio hermano, que era 18 años mayor que él; pero ya está representado como el gran conquistador. A partir de aquí empieza una carrera meteórica en lo que se refiere a la guerra”.
Además, fue un gran jugador de pelota y “un gran político, porque logra hacerse de alianzas con diferentes pueblos: sale de Tilantongo, es esa época donde hay un conflicto entre varios pueblos, hay luchas internas entre varios señoríos, es el periodo más difícil y más conflictos que hay de manera interna, y tiene que irse hacia la costa”. Ocho Venado funda Tututepec y consolida su poder.
El origen de las actuales ‘petacas’
Similares a los petlacalis, o cajas de estera que utilizaba la población para guardar sus pertenencias más preciadas, “los mexicas y sus contemporáneos” fabricaban cofres cuadrangulares de piedra “para atesorar imágenes de los dioses de la lluvia y representaciones del mundo acuático, de la fertilidad perenne”, señaló el arqueólogo Leonardo López Luján.
Como introducción a la conferencia de Manuel A. Hermann Lejarazu, el colegiado dio a conocer datos de “una enigmática escultura que ha sido bautizada como el Cuartillo de Santo Domingo Chimalhuacán”, un petlacali de cantera integrado “a una cruz de piedra que se construyó en el año de 1901 en el interior de la parroquia de Santo Domingo de Guzmán”.
En la parte inferior de la pieza fue esculpida una leyenda en caracteres latinos que dice “Homenaje a Jesucristo Redentor del Mundo, Parroquia de Santo Domingo, Chimalhuacán, Atenco, 1901, y firma Agustín G. Salazar, canónigo ilustrísimo”, pero en torno a ella aún es perceptible la representación prehispánica “del animal de cuerpo espinoso conocido en lengua náhuatl como cipactli”.
“Esta conocida criatura cosmogónica se asocia al inicio del tiempo, por lo que da su nombre al primer día del calendario adivinatorio. El cipactli es un animal mitológico, y conjunta en su anatomía el cuerpo de un cocodrilo y el cartílago rostral, o trompa, de un pez sierra”.
Adicionalmente, “las cuatro caras laterales del cuartillo también tienen bajorrelieves, están talladas en ellas cuatro series de ocho mazorcas, treinta y dos en total, todas figuradas con grandes granos de maíz envueltas en sus brácteas o totomoztles y coronadas con sus estigmas o como muchos les decimos, pelos”.
Hasta el momento, señaló López Luján, se han identificado cinco tepetlacalli más: “El mejor conservado es el que fue propiedad del artista y diseñador estadounidense William Spratling. Se encuentra hoy en el Museo Nacional de Antropología, aquí, en la Ciudad de México, es una pieza realmente espectacular. El segundo formó parte de la nutrida colección arqueológica del comerciante alemán Karl Adolf Unde, él vivió aquí en México en el siglo XIX. Se exhibe actualmente en el Foro Humboldt de Berlín”.
Además de tres cajas de piedra que han sido localizadas, “muy recientemente”. Una fue localizada “aquí al lado, en el Templo Mayor, por mis amigos, los arqueólogos Alejandra Guerra y Antonio Marina. Y ahora estamos buscando otra, en la que se aprecian varias imágenes de los dioses de la lluvia, así como muchas conchas y caracoles marinos”.
El vocablo náhuatl petlacalli, explicó el colegiado, “deriva del sustantivo tetl, que significa piedra, y petlacalli, caja de petate; este último vocablo,petlacalli, es el origen del mexicanismo ‘petaca’, usado para designar las maletas y, por extensión, a los glúteos”. De acuerdo con los estudios, “sabemos que el uso de petacas de piedra se remonta a varios siglos atrás, es decir, al período clásico mesoamericano”.
La conferencia “Códices prehispánicos de la mixteca: acercamientos y lecturas”, como parte del ciclo “La arqueología hoy”, se encuentra disponible en el Canal de YouTube de la institución: elcolegionacionalmx.