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CIUDAD DE MÉXICO, 28 de octubre de 2017.- Con una escultura de un puño en alto elaborado con cascos y picos, y un grupo de rescatistas que alzaron el puño e iban envueltos en un silencio solemne, inició el desfile de celebración de Día de muertos 2017 en la Ciudad de México, en avenida Reforma, a la altura de la Estela de Luz.
De esta manera el desfile rindió un homenaje a quienes fallecieron a causa del terremoto del 19 de septiembre, en el que perdieron la vida 228 personas, de acuerdo con cifras oficiales.
Lo hicieron con el puño en alto, gesto que simbolizó la esperanza de encontrar a alguien vivo entre los escombros.
El desfile inició de manera solemne con alusiones a la visión de los aztecas, y mensajes a su manera de ver la vida y la muerte. “Al morir se renace”, se leía y se veía también a danzantes vestidos como si fueran traídos de esa época.
Después tocó el turno a la época colonial y la conquista religiosa donde el miedo a Dios y a la muerte predominó, pero también en el que se fusionaron las visiones prehispánicas y católicas para recordar a los muertos.
De ahí que salieran hombres como monjes que hacían recordar a la Santa inquisición.
Pero los colores vivos llegaron con mujeres vestidas de tehuana y reminiscencias de Frida Kahlo y que también eran un recordatorio de las mujeres de Juchitán, en Oaxaca, que han sufrido las consecuencias de los movimientos telúricos continuos desde el 7 de septiembre.
También aparecieron adelitas revolucionarias y después una banda musical de calaveras con chaleco rojo encendido que interpretaron “La vida es un carnaval” que inmortalizó Celia Cruz.
Era el inicio del lado festivo del Día de muertos.
Entre los contingentes hubo uno dedicado a Eduardo del Río Rius y otro a la Familia Burrón, con los personajes creados por Gabriel Vargas.
El desfile fue inaugurado por el jefe de gobierno de la Ciudad de México, Miguel Mancera, y el Secretaría de Turismo del gobierno federal, Enrique de la Madrid.