Pide Fiscal desestimar caso contra Trump por interferencia electoral
CIUDAD DE MÉXICO, 27 de diciembre de 2017.- El precandidato del PRI al Gobierno de la Ciudad de México, Mikel Arriola mostró su lado solidario con las labores domésticas y llegó al popular Mercado San Juan, en el centro de la capital, a donde fue, dijo, porque su esposa lo mandó por la cena de Fin de Año.
«Mi esposa me mandó al mercado, quiero comprar un pescado para Año Nuevo, tengo que buscar una buena hielera para llevármelo, pero bueno, este es un mercado orgullo de la Ciudad», señaló.
Durante su recorrido pidió a los electores no temer a los Gobiernos clientelistas que los amenazan con quitarles los programas sociales de los que son beneficiarios si no votan por ellos, «no tengan miedo, nadie les va a quitar los beneficios que tienen, no les pueden condicionar los programas sociales, los invito a votar por un candidato ciudadano como su servidor», enfatizó.
Al detallar todas la variedad de productos que se pueden encontrar en este mercado, lo mismo para los restaurantes más lujosos que para cocinar en casa, Arriola Peñalosa destacó que el comercio es parte central de las prioridades de su precampaña, por lo que reiteró la importancia de ir al rescate de los mercados populares al recordar que el pasado martes visitó La Lagunilla y Tepito.
«El comercio es una fuente histórica de recursos para las familias de México, mas o menos el 80 por ciento de nuestra economía está en el sector terciario, mas o menos la mitad de nuestra población en la Ciudad compra en mercados (…) De nuestros 322 mercados muchos de ellos requieren inversión en infraestructura, seguir embelleciéndolos, muchas no han recibido inversión en años, también hemos recibido de los locatarios varias quejas sobre seguridad, servicios, entonces vamos s seguir haciendo estos recorridos», refirió.
Así continuó su camino por los pasillos de este emblemático mercado, y entre jabalí, cordero, cabrito, lechón, insectos, que por cierto probó, Mikel Arriola compró en la Pescadería Medina un huachinango de casi cuatro kilos, para su cena de fin de año, también degustó una sabrosa baguete de carnes frías y fino queso en la Gastronómica San Juan.
Y en el camino se encontró con una señora de la tercera edad que vendía billetes de lotería, a quien le compró cinco «cachitos» con el número 011131, por los que pagó 500 pesos; la señora le repitió en varias ocaciones «sí va a ganar, él sí va a ganar».