Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
CIUDAD DE MÉXICO, 1 de julio de 2018.- El cambio en Rusia ya se dio. Los “pequeños” están creciendo en base a un fútbol rudimentario de fuerza, velocidad y ultra-defensiva, que esta asesinando el espectáculo.
Si bien solo un empate sin goles se ha registrado en los 52 partidos efectuados a la fecha (Australia vs Perú), pocos son los encuentros en los que se haya plasmado un fútbol espectáculo.
La película se ha repetido en todos los escenarios rusos, con un supuesto equipo “débil”, agrupando a la mayoría de hombres en su media cancha la defensiva, acortando espacios y obligar al rival a abusar en los servicios, tocando la pelota lateralmente de un lado a otro del rectángulo verde, sin tener profundidad.
La emoción principal del fútbol es el juego en las áreas, de una lucha de poder a poder, lo que en Rusia se ha visto muy poco, pero muy poco.
Inclusive ni siquiera se ha podido ver en estos dos partidos de octavos de finales, en los que se tuvieron que jugar 120 minutos y series de penalti es para definir a los ganadores, Rusia y Croacia, que ahora se enfrentarán en cuartos de final.
Ni siquiera el «CIVERVSR » ha funcionado en pro del espectáculo, porque lo visto en el partió Rusia agudiza más mi suspicacia de los fraudes de la FIFA.
Para el juego Rusia contra España, se anuncio con mucha rimbombancia al mejor arbitro del mundo, el holandés Bjorn Kiperrs, que se exhibió cerrando los ojos en dos faltas claras dentro del área rusa en una Nissan jugada.
El mundo entero lo constató en la repetición de la jugada que hizo la televisión, cuando se jugaban los últimos minutos.
Habría consigna de proteger al anfitrión o se demuestra, una vez más, que mientras se anteponga el criterio de los árbitros «civervares», seguirán influyendo en los resultados.
Nada que superar
Se ha hablado durante muchos años que el objetividad de la Selección Mexicana, es llegar a los cuartos de final, con lo que los jugadores se darían por bien servidos, y que les da la dado la pauta a los merolicos de la televisión para justificar enamorado mejoría con solo pasar esa instancia.
Todavía repercute en mi cabeza las frases para justificar las fallas en el cobro de los penales: “nos persigue la mala suerte”, o Muchas otras disculpas, cuando la única realidad era, y sigue siendo, la falta de capacidad para ejecutar el penalti, razón por las que no se logra superar los octavos de final es las seis últimas copas del mundo que ha jugado.
Y no me gusta jugar al clarividente, porque ya le hubiera pegado a los pronósticos, pero ante Brasil todavía veo más lejos esa clasificación mañana.