El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
El triunfo de la Selección mexicana sobre la alemana por 1-0, no sólo estremeció a un pueblo de 105 millones de habitantes, sino que también significó una bofetada con guante blanco del técnico Juan Carlos Osorio para sus detractores.
Jamás me ha gustado exagerar en los adjetivos calificativos, y esta vez tampoco quiero mencionar la palabra histórico, solo calificarlo como el máximo logro del futbol mexicano en su ya vetusta historia plagada de tristezas y desilusiones.
Tampoco se justifica el eufórico desbordamiento de los miles de personas que invadieron la Plaza Roja de Moscú, El Ángel de la Independencia, el Zócalo o las marchas en marcha mayoría de las principales ciudades del país.
Fue un triunfo muy importante que a todos nos ayudó a mejorar el ánimo en este Día del padre, porque se le ganó a un equipo muy poderoso deportivamente hablando, cuatro veces campeón del mundo, y fuerte candidato para refrendar la corona ganada hace cuatro años en Brasil.
El festejo es justificado, porque hoy cono nunca el desempeño del equipo mexicano tuvo muchas virtudes sobre la cancha.
No sólo en la actitud de entrega, solidaridad, disciplina, esfuerzo y determinación de los 14 hombres que participaron para llevar a cabo el plan y la estrategia acordada con su entrenador.
El futbol mexicano no cuenta con jugadores de excelencia como otros países y el único recurso que se puede adoptar, es la asociación y colectividad de un esfuerzo parejo y, eso fe lo que por fin ente dieron e hicieron frente al poderío germano.
Desde el silbatazo inicial la escuadra mexicana sorprendió con la rapidez de sus desplazamientos, la entrega y recepción del balón y el atrevimiento de pisar el área enemiga sin complejos.
A la defensiva la agrupación de sus líneas fe perfecta, sin permitir espacios e iniciar los contraataques que desafortunada mente no se aprovecharon por la falta de carencia del ataque.
Pero bueno, ahí está ese triunfo para los detractores de Osorio y los escépticos como el que escribe esta columna.
AHORA, QUÉ DIRÁN LOS EXPERTOS
Y ahora, qué dirán los expertos , críticos y disque analistas del trabajo de Juan Carlos Osorio, al que por sus tendenciosos comentarios, la gente grito en varias ocasiones: «Fuera Osorio»… «Fuera Osorio»…Fuera Osorio»… inclusive en el mismo aeropuerto el día en que viajaron a este compromiso.
Que cara pondrán los «técnicos» que, fracasados en su profesión, le facilitan un micrófono para criticar al colega, o aquellos disque periodistas que le juegan al técnico describiendo en el micrófono las formaciones y tácticas de los equipos, en lugar de informar objetivamente.
Sin conocer al técnico colombiano, puedo asegurar que una de sus virtudes es dejar que los perros ladren y trabajar ignorando las «críticas» de sus detractores, convenciendo de sus capacidades a sus dirigidos.
Eterna tema da para nuca más y más adelante Lo trataremos.
Por ahora hay que disfrutar, más no festejar porque aun hay un camino muy difícil.