Destaca EU soluciones para protección y residencia de refugiados
MADRID, 14 de octubre (Quadratín México).- Las fuerzas del régimen sirio han estado usando bombas de racimo en sus ataques de los últimos días en Homs, Alepo y Lattakia, así como cerca de Damasco, en su lucha por recuperar el terreno ganado por los rebeldes, denunció Human Rights Watch (HRW).
HRW aseguró que cuenta con pruebas de que la Fuerza Aérea ha estado empleando bombas de racimo, armas prohibidas por casi todos los países del mundo debido al gran número de bajas que provocan entre la población civil.
Las tropas del presidente Bashar al-Assad han lanzado bombas de racimo de fabricación rusa sobre zonas civiles en la última semana, señaló la organización no gubernamental en un informe divulgado este domingo por la cadena árabe Al Arabiya.
“El desprecio de Siria por su población civil es del todo evidente en esta campaña aérea, que ahora parece incluir lanzar estas letales bombas de racimo en zonas habitadas”, dijo Steve Goose, director de armas en HRW.
Las bombas de racimo o bombas “Clúster” han sido lanzadas desde aviones y helicópteros, en especial cerca de la importante autopista que recorre el país de norte a sur, a la altura de la ciudad noroccidental de Maarat al Numan, escenario de intensos combates.
HRW ha confirmado el empleo de bombas de racimo por medio de entrevistas a activistas sirios y videos, que muestran restos de esas bombas cerca o en el interior de las ciudades de Homs, Idlib y Alepo, la región de Latakia y el distrito de Ghuta, cerca de Damasco.
Las bombas de racimo explotan en el aire, dispersando cientos de pequeñas sub-municiones en una zona amplia, con el fin de matar al mayor número de personas.
Las sub-municiones que no estallan en el impacto pueden quedarse en tierra, matando o mutilando a civiles, a veces mucho tiempo después de conflictos bélicos, por lo que grupos de derechos humanos denuncian que su uso en zonas civiles puede considerarse un crimen de guerra.
Más de 100 países han prohibido su uso, almacenaje, transporte o venta en virtud de un convenio internacional que entró en vigor en 2010, pero Siria no lo ha firmado, como tampoco lo hecho Rusia, China y Estados Unidos.
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