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Juego de ojos
El otro destape, el del Gran amigo del Presidente
Dentro del escenario político del Estado de México, para nadie es un secreto que el hombre más cercano en los afectos y confianza del Presidente Enrique Peña Nieto, –desde los tiempos en que fue gobernador–, es Luis Enrique Miranda Nava.
Hasta ahora, –bueno, hasta este miércoles 12 de octubre–, nadie en los círculos mexiquenses del poder, había considerado o hablado, al menos hacia el exterior, de una posible candidatura de Luis Enrique Miranda Nava a la gubernatura del Estado de México.
En este mismo espacio, desde los días de agosto, mencionamos que si Luis Videgaray decidiera buscar refugio en el Estado de México como gobernador, nadie podría impedirle ser candidato del PRI, porque es muy poderoso por sí mismo y porque cuenta con el afecto personal y el apoyo del Presidente Enrique Peña Nieto.
Pero vaya, este miércoles, en la edición de el periódico El Universal, el columnista Carlos Loret de Mola, –siempre bien enterado–, puso en evidencia una supuesta reunión de Luis Enrique Miranda Nava con más de 60 colaboradores de los que ahora tiene por centenares y miles en la Sedesol, para comunicarles su decisión de buscar o de plano, de ser candidato del PRI al Gobierno del Estado de México.
Esa versión cimbró a no pocos, porque si de Luis Videgaray se hace notar que es muy poderoso, del actual secretario de desarrollo social no se puede decir menos.
Es el operador predilecto del Presidente. Las encomiendas más escabrosas y difíciles, se las ha encomendado a Luis Enrique Miranda. Y no se puede decir que de todas haya salido bien o por lo menos que haya entregado de regulares a buenas cuentas. Algunas incluso han sido desastrosas.
Se le conoce su prepotencia y hasta soberbia en el trato con sus pares y no se diga con subalternos. Se sabe poseedor de esa aureola de poder que le da ser el mejor amigo del Presidente en turno.
Por eso, si esa evidencia puesta en la mesa por el periodista Carlos Loret de Mola resulta cierta, -que debe serlo-, desde ahora puede señalarse que Luis Enrique Miranda Nava es el puntero dentro de los aspirantes del PRI para ser candidato a Gobernador del Estado de México.
A menos que desde el grupo o círculo de poder, se reflexione muy bien que la imagen del secretario de desarrollo social no es la mejor y que pese a todos los recursos de que dispondrá, correrá el riesgo de sufrir una baja en la captación de votos para el tricolor en la contienda mexiquense de 2017.
La nominación de Luis Enrique Miranda Nava si sería vista como un auténtico pago de favores o por lo menos de una generosa gratificación de parte del presidente Enrique Peña Nieto.
Resulta claro que aglutinar a todos los grupos y actores políticos tricolores y sociales en torno a Miranda Nava, sería más que un acto de convicción, un acto de disciplina. Eso no los dejaría con la certeza de lealtades, ni siquiera de no sufrir boicoteos a la campaña priísta en tierras mexiquenses.
Es claro que todo esto lo sabe Luis Enrique Miranda y la estrategia de dar a conocer su deseo de ser candidato por la vía de un medio de comunicación y un periodista en particular, es originada a causa de que sabe que ir al Estado de México, es ir a tierra minada para él.
Pero revelar sus intenciones de esta manera, claro que le da ventajas. Siempre podrá señalar, si fracasa en su intento, que él nunca dijo de manera abierta querer la candidatura del PRI en su estado natal.
Hay cuadros fuertes y que han dado muestras de capacidad en la operación política, además del currículum amplio para dejar en claro su experiencia como Alfredo del Mazo, –para muchos el candidato natural–, Ernesto Nemer, Carlos Iriarte o bien Ana Lilia Herrera Anzaldo y la propia Carolina Monroy del Mazo.
Entonces, lo que queda claro es que todos los aspirantes priístas están en su trabajo de operación política, de buscar los amarres con actores de arriba y de abajo. Sin embargo, hay precandidatos que pareciera, sólo deben decir que quieren.
Ese parece ser el caso de Luis Videgaray Caso y de Luis Enrique Miranda Nava. Ambos cerca, muy cerca del poder. Es más, ambos forman parte del círculo que decide en este país. Pero ambos, no son los de mejor imagen en estos momentos.
Y algo se está atorando en el PRI, que ya ha retrasado mucho su arranque formal del proceso interno de elección del candidato a gobernador.