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El vuelo del hombre gana premio biblioteca breve 2025 de Seix Barral
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de julio de 2017.- La polémica acompañó a José Luis Cuevas durante su vida como artista y no faltó en el homenaje luctuoso que se le rindió en el Palacio de las Bellas Artes.
El hombre que rompió con los gigantes del muralismo mexicano, al encabezar el movimiento de la ruptura; el provocador que hacía retratos eróticos; el que maravilló a Pablo Picasso con su trazo prodigioso; el que en la frontera de los años sesenta y setenta, según la revista Claudia, se ubicaba en el tercer lugar de los personajes más antipáticos de México –sólo superado por María Félix y Jorge Saldaña, respectivamente primera y segundo– volvió a causar polémica, ya muerto.
El gran José Luis Cuevas, el mismo que tenía un enorme miedo a la muerte, según dijo en entrevista este 4 de julio su hija Ximena con un diario nacional, miedo que quedó plasmado en una entrevista hecha al propio artista por parte de Elena Poniatowska, donde reconocía que tenía lista su propia esquela, murió y a las pocas horas fue incinerado, sin que sus tres hijas, Ximena, Mariana y María José fueran avisadas por la ahora viuda, Beatriz del Carmen Bazán.
“En este momento esta cucaracha está incinerando a mi papá en secreto, sin la sensibilidad ni elegancia de dejar que nos despidamos de él”, escribió en twitter la última, en referencia a Bazán, quien de manera apresurada mandó cremar a Cuevas.
Los últimos días de Cuevas ya eran un misterio, y sus hijas y sus amigos más cercanos se lo atribuían a su esposa, a quien acusaban de encerrarlo y de no dejarlo verlas.
Secuestro, así fue como llamó a la situación el gran poeta Homero Aridjis, pero no fue el único que lo calificó así. Marisol Gasé, integrante de las Reinas Chulas, también lo hizo.
“Yo soy amiga de Ximena Cuevas, trabajo con ella, conozco la historia de lo que ha sido este secuestro. Me parece muy grave no saber de qué murió uno de los artistas más importantes de México y no sabemos nada, sus hijas están aquí, las tres. Lo que tenemos que hacer es apoyar y los mexicanos merecemos saber qué paso, de qué murió, entenderlo y está más allá de José Luis que le hiciéramos un homenaje y despedida, al artista enorme”, expresó a medios de comunicación, previo al homenaje.
Gasé reprochó a las autoridades culturales no haber hecho nada por Cuevas, cuando en 2013 las hijas acusaron ante el sistema de justicia a su entonces esposa de maltrato e incluso intento de suicidio contra el pintor; después él se mostró en video, disminuido físicamente, balbuceante y les dio la espalda a sus hijas e incluso amenazó con denunciarlas por difamación y dijo que sólo buscaban la su herencia.
“Por supuesto, ellos [las autoridades] sabían que él estaba oculto, encerrado, no podían entrevistarlo, sus propios amigos pedían auxilio para ir a verlo, no se supo de él en años, amigos cercanos aterrados le pedían a la familia que fuera; no había respuesta de las autoridades culturales ni de los amigos más cercanos”, agregó.
El conflicto familiar se mantuvo latente y esta tarde se hizo manifiesto, sin importar que en el vestíbulo del majestuoso Bellas Artes estuvieran las cenizas, y colgada, una foto enorme del «maestro» como lo llamaban algunos. Cuando las hijas hicieron guardia gritaron “Arriba Berta” y Bazán les dio la espalda. Un sector de los asistentes gritó entonces “no están solas”.
Bazán fue abordada por los medios de comunicación, pero no contestó. Así concluyó el homenaje a Cuevas.