
Descartan estructuras tipo horno en Rancho Izaguirre
TADHZIU, Yuc., 14 de mayo de 2020.- Las obras del Tren Maya se hacen sin el consentimiento de las comunidades a pesar de que la gente dice no, a través de las redes y medios de comunicación la gente está manifestándose rotundamente en contra de la imposición del Tren Maya, a tal grado de que podrían unirse para frenar la obra, expresó Eliseo Ek Yah, campesino, payaso de oficio e integrante de la Asamblea de Defensores del Territorio Maya Múuch Xíinbal.
En la comunidad maya de Tadhziu, Yucatán, de dónde es originario, poco se sabe sobre el Tren Maya, son sólo algunos como Eliseo Ek Yah, los que tienen alguna información respecto al proyecto que según el secretario del Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur), Rogelio Jiménez Pons, inició su construcción los primeros días de mayo.
“Desoyendo la voz del pueblo desatendiendo el derecho de los pueblos indígenas dos cortes, una de Campeche y una de Yucatán deslegitimaron las demandas de amparo que los pueblos mayas intentaron interponer en contra”, dijo.
En la puerta del hogar que comparte con sus padres, Eliseo cuenta que en el pueblo lo que sucederá es que habrá “daños colaterales” con la ejecución del Tren Maya, con la tala de árboles se disminuirán las fronteras de cultivo afectando y agudizando la situación que viven las comunidades respecto a la alimentación , además se reducirá el área de pecoreo de las abejas.
“Aquí no hubo ningún tipo de consulta, se hicieron más hacia el oriente donde son zonas turísticas, esto nos da una idea clara de lo que es el Tren, si estuvieran pensadas para beneficiar a la población, por qué no tomar en cuenta el antiguo tendido que viene de Tixméhuac, Peto todo para acá”, se pregunta.
Eliseo dice que si las consultas se hubieran realizado como debieron ser, libres e informadas el 95 por ciento de las comunidades indígenas hubieran dicho no, ya que la zona tiene un gran apego, un gran arraigo a la tierra. “Contrario a esto, las consultas se realizaron en lugares donde ya hay un problema de desarraigo por la población flotante generada precisamente por el turismo.
Para él como para algunos investigadores, académicos y analistas, el proyecto del Tren Maya forma parte de uno de mayor tamaño si se mira en conjunto con las granjas porcícolas, los parques eólicos y fotovoltáicos. “Desde nuestra perspectiva desde nuestro punto de vista, no es más que el reordenamiento territorial”.
Ek Yah recuerda que el proyecto del Tren Maya no cuenta con estudios de impacto ambiental que, entre otras cosas, permita conocer la capacidad de carga del suelo yucateco.
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