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BUENOS AIRES, 15 de marzo (Quadratín México).- La organización Abuelas de Plaza de Mayo denunció que el Papa Francisco formó parte de la iglesia Católica que calló los crímenes de la última dictadura argentina (1976-1983) y que descartó apoyar los juicios contra los represores.
La presidenta de la Organización no Gubernamental, Estela de Carlotto, dijo que se trata de “una historia muy triste que entinta a toda la jerarquía de la Iglesia católica argentina, que no ha dado ni un paso para colaborar con la verdad, la memoria y la justicia”.
De Carlotto, una de las líderes sociales más importantes de Argentina, se sumó así a la fuerte polémica desatada alrededor del cardenal Jorge Bergoglio, electo como Papa hace dos días.
Mientras algunos organismos de derechos humanos argentinos acusan al nuevo líder de la Iglesia católica de haber colaborado con la dictadura, otros lo exoneran.
El debate replica la polarización política que hay en el país, ya que Bergoglio se enfrentó al gobierno y se convirtió en consultor de la oposición, así que los organismos afines a la presidenta Cristina Fernández no lo quieren y no celebraron su nombramiento.
De Carlotto se pronunció en torno a la elección del Papa Francisco en una entrevista radiofónica, al mismo tiempo que El Vaticano rechazaba cualquier vínculo del Papa con la represión y atribuía las acusaciones a una “izquierda anticlerical”.
Para la dirigente social, Bergoglio pertenece y representa “a esa iglesia que oscureció al país con su silencio, a diferencia de lo que hicieron otros jerarcas católicos en países como Chile y Brasil”.
“Todas las opiniones se conjugan haciendo memoria (acerca de) qué rol tuvo la iglesia. Uno condena a la jerarquía eclesiástica porque fueron partícipes, cómplices, ocultadores, directa o indirectamente”, subrayó.
Lógicamente, agregó, ahora Bergoglio es Papa “y hay una especie de satisfacción porque Argentina figura ahora como país civilizado, conocido y reconocido. Siempre fuimos los del Tercer Mundo y ahora hay un argentino que va a guiar los pasos de la Iglesia”.
Sin embargo, lamentó, “esa satisfacción nacional confunde un poco. Uno razona que Bergoglio nunca habló ni se nos acercó a las Abuelas para ayudarnos. Ha ayudado en otros temas, muy lacerantes, pero no el nuestro”.
Agregó que desconoce las cualidades humanas que se pregonan del nuevo Papa, “salvo de las que nos enteramos por terceros”, y señaló que las Abuelas de Plaza de Mayo siempre “nos sentimos muy desamparadas por la jerarquía de la iglesia”.
También aclaró que el Papa Francisco no está condenado ni imputado, ya que sólo ha sido llamado en dos ocasiones por la justicia y por eso “no somos quienes para aventurar una condena previa. Hay que ser muy cautelosos”.
Como por naturaleza esta organización se inclina por dar un voto de confianza, agregó, “damos un voto de confianza en esta nueva misión, que ha empezado con mucha humildad”.
Abuelas de Plaza de Mayo nació durante la dictadura militar y fue formada por madres que buscaban a sus hijas que habían sido secuestradas por los represores a pesar de que estaban embarazadas.
El organismo de derechos humanos calcula que fueron 500 los bebés nacidos en cautiverio y entregados en adopciones ilegales, de los cuales hasta la fecha han podido recuperar a 107.
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