Oran por la paz en el Centro de Chilpancingo
CIUDAD DE MÉXICO, 7 de octubre de 2017.- A 18 días del terremoto del 19 de septiembre, maquinaria pesada demuele y retira escombros del edificio colapsado de seis plantas de Álvaro Obregón 286.
Una llamada Mano de Chango –que tiene pegada una manta con las palabras Fuerza México– rompe los segmentos de loza del primer piso que aún queda.
Las maniobras se dan a tres días de que fue concluida la etapa del rescate de cuerpos, el 4 de octubre, en la que participaron distintos grupos mexicanos y extranjeros, ya no es necesario el cuidado en el movimiento de pesadas lozas o que los expertos revisen cada hueco en busca de un cuerpo; ahora la máquina ingresa con determinación en un suelo plagado de escombros y con su pala con dientes destroza la loza.
A los alrededores, hombres revisan el trabajo, se detienen para observar las ruinas que quedan, y a unos metros unos tráileres se llevan las toneladas de trozos de concreto y varillas incrustadas y que a lo lejos parecen cabellos metálicos, por la forma retorcida en que quedaron.
Mientras los hombres trabajan, curiosos se acercan al área que aún permanece acordonada, y miran y comentan entre ellos y toman fotos, incluso algunos lo consideran un espectáculo, le dan la espalda al edificio colapsado, posan, sonríen y se toman la selfie.
Automovilistas también se asombran al ver que Álvaro Obregón 286 quedó reducido a una masa de concreto deforme, polvosa y de metal prensado. Pocos notan que el edificio de la derecha también sufrió los estragos del sismo, le falta un pedazo de esquina, pero pese a ello sirvió para que los rescatistas lo utilizaran como una especie de puente a la vecina construcción.
Los alrededores lucen diferentes sin el bullicio de los voluntarios, ni la tristeza de las casas de campaña de los familiares de las personas atrapadas, pero cerca hay recordatorios del segundo 19S sufrido por la Ciudad de México, el primero en 1985, el segundo este año.
Uno son unas flores colocadas en la esquina de Salamanca, en honor de los fallecidos.
Otro es el campamento de Parque España, donde hay unas casas de campaña de damnificados; y en Tabasco 324, un edificio de seis pisos, está acordonado, lo que obliga a los transeúntes a bajarse de la acera: la explicación la ofrecen un par de grietas en sus paredes.
La remoción de escombros también se da a cuatro días de la conclusión del rescate y a cinco de que el subsecretario de Derechos Humanos de la Secretaría de Gobernación (Segob), Roberto Campa, prometiera que podría haber un proceso de reparación para las víctimas, lo que implica una investigación sobre la estructura del edificio.
Es decir que podría haber reparación de daños para familiares de las 49 personas fallecidas y las 28 rescatadas con vida.