Corrupción neoliberal
El dato no es menor y refleja una realidad persistente en el mundo: el ingreso anual promedio de las mujeres a nivel mundial es 54.5 por ciento más bajo respecto al de los hombres.
La estadística de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico evidencia la profundidad de las disparidades que afectan a millones de mujeres y limitan su desarrollo económico y social.
En México, aunque la brecha salarial persiste, se han dado pasos importantes en los últimos años para reducirla.
Cuando Andrés Manuel López Obrador asumió la presidencia en 2018, el salario mínimo era de apenas 88 pesos. Hoy, ese salario ha aumentado un 182 por ciento y alcanza los 248.90 pesos diarios.
Este avance no solo responde a la necesidad de mejorar las condiciones de vida de la población trabajadora, también constituye un paso hacia la reducción de las profundas brechas salariales prevalentes durante décadas.
Según el Instituto Mexicano para la Competitividad, gracias a estas políticas, la brecha se ha reducido en un 20 por ciento. En la Ciudad de México, por cada 100 pesos que gana un hombre, las mujeres ahora ganan 93.85 pesos, lo que refleja un progreso, aunque aún queda mucho por recorrer.
La presidenta electa, Claudia Sheinbaum, y Clara Brugada, Jefa de Gobierno electa de la Ciudad de México, han subrayado la importancia de la participación femenina en el sector laboral. Ambas han manifestado que reducir la brecha salarial será una prioridad en sus gobiernos, lo cual refuerza el compromiso político con la igualdad de género en el ámbito económico.
La reivindicación de la igualdad salarial no es solo responsabilidad del gobierno. El sector privado y la sociedad civil tienen un papel crucial que desempeñar. Trabajar en conjunto para consolidar los avances y asegurar que tanto mujeres como hombres reciban salarios dignos y equitativos es fundamental.