Para director del IPN, el Premio en Ciencia y Tecnología de la OEA
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de octubre de 2017.- Integrantes del C-2 (Centro de Abastecimiento) de Álvaro Obregón, creado para recibir donativos de herramientas destinados a labores de rescate del edificio colapsado en el 286 de la misma calle, en la Roma, a causa del terremoto del 19 de septiembre, anunciaron el 4 de octubre que crearían un comité ciudadano para vigilar que lo acumulado se enviará a comunidades necesitadas y no a manos equivocadas.
«Ha habido mucha gente que se dice son de organizaciones y no podemos confiar, más cuando sabemos que se requiere de herramientas en otras comunidades que están desprotegidas», dijo a medios de comunicación el integrante del C-2, Cristian Pérez.
La previsión no estaba de más. En el campamento de Petén y Zapata en la primera noche posterior al terremoto apareció un hombre a pedir herramientas y equipo para otro sitio en problemas, y en las prisas y la creencia de que nadie podría aprovecharse de la tragedia, le dejaron llevarse parte de la herramienta.
En ese mismo lugar también otras personas aparecieron para pedir víveres, lo que ya comenzó a levantar sospechas, y más cuando alguien averiguó que una de las direcciones que decían requería ayuda, estaba bien, contó a Quadratín un comandante de la Policía Ministerial.
Al siguiente día, contó un voluntario en las labores de rescate y remoción de escombros, apareció una mujer disfrazada de enfermera, pidió medicinas y no se las negaron, pero le advirtieron que alguien la acompañaría para verificar la entrega.
La enfermera súbitamente recordó que debía hacer una llamada, se apartó, se alejó y ya no regresó. A partir de la segunda noche ya se veía elementos de la PDI para vigilar que nadie se llevara material, equipo, medicinas o víveres indebidamente.
Fue una situación que trascendió el campamento y que también denunció el 23 de septiembre una de las voluntarias en el campamento del multifamiliar de Tlalpan y Tasqueña, Sandra Calderón, quien incluso aseguró presentaría una denuncia.
Cerca del campamento de los edificios colapsados de la calle Escocia, en la colonia Del Valle, la demanda de que las herramientas debían quedar en manos correctas, fue plasmada en una cartulina «Devuelve las herramientas por México».
Por eso en Álvaro Obregón se hizo un inventario de herramientas como lámparas, mazos, palas y guantes y se hizo una entrega con notario público y serán guardados en la calle de Durango 263 en tanto ciudadanos deciden a dónde enviarlas.
Pérez afirmó que no sufrieron robo, pero sí varias solicitudes de organizaciones y personas y ellos se negaron a enviarlas a otro lado.
«Discúlpeme, no se para dónde sea», les respondían de manera desconfiada.