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LONDRES, 10 de agosto (Quadratín México).- El combinado español de baloncesto varoniljugará hoy por un puesto en la final frente a Rusia y así luchar nuevamente por la medalla de oro, como ya hizo hace cuatro años, en los Juegos Olímpicos de Beijing.
Los españoles, dirigidos por el italiano Sergio Scariolo harán frente al equipo liderado por Andrei Kirilenko, estrella de los Minnesota Timberwolves de la NBA, quienes ya ganaron a los ibéricos en la fase de grupos del campeonato.
Los hispanos, que no están ofreciendo buenas sensaciones en Londres, quieren recuperar el juego brillante que les llevó a ser campeones mundiales de Europa o subcampeón olímpico.
Y es que los triples, el movimiento de balón o los tiros libres están siendo un problema para los españoles, que no acaban de ser solventes ni estar acertados.
Aun así, el gran momento de su estrella, el jugador de Los Ángeles Lakers, Pau Gasol y el bloque defensivo, funciona de forma notable, como se vio en la semifinal ante Francia, buenas noticias éstas ante algunas incertidumbres.
La mejor generación del baloncesto ibérico buscará así pelear por el oro, ante el ganador de la otra semifinal, Estados Unidos contra Argentina. Los norteamericanos, máximos favoritos, buscarán refrendar el oro olímpico ganado en China hace cuatro años, precisamente, ante una España, que de ganar a Rusia, buscará dar la sorpresa.
Para el partido de hoy, Sergio Scariolo tienen las dudas de Juan Carlos “la bomba” Navarro y Rodolfo “Rudy” Fernández, que arrastran molestias musculares.
Los de Europa del este, lograrían vencer gracias a su estrella, Andrei Kirilenko, al talentoso Viktor Khryapa o el brillante tirador Vitalij Fridzon.
Rusia llega a esta ronda después de eliminar a Lituania (83-74), en un encuentro que estuvo repleto de errores e imprecisiones por parte de ambos equipos. Por tanto, se espera ver un encuentro de gran rivalidad, la ruso-española, que ofrece siempre duelos intensos y de gran calidad.
Uno de los más sonados fue la final de europeo, celebrado en la capital española, en Madrid en 2007, donde Rusia ganó en un partido que dolió mucho a los hispanos, ya que se jugaba “en casa”.
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