El 2025: los desafíos del desarrollo
La siguiente reflexión está referida, plano preferente, a España; aunque pienso podría aplicarse, debidos ajustes, a otros muchos rincones de la Geografía Universal, matizando circunstancias, manteniendo trasfondos…
La Democracia, definida como soberanía del pueblo, que ejerce el poder, a través de representantes elegidos por sufragio universal, es una concepción teórica, que en la práctica resulta clamorosamente falsa; falla una premisa fundamental, los actores protagonistas de este modelo ¡¡¡ no son tales representantes nuestros !!!, esto lo perciben los mas legos en la materia, sin embargo, los “nominados”, actúan y predican como si lo fueran con toda legitimidad….
Ya se que suena casi como blasfemia esta afirmación, así el tema permanece fuera de debates, arrinconado, las urgencias mandan…. Yo creo, por el contrario, que estamos hablando de un asunto crucial para la ciudadanía; muchísimas derivaciones perversas, que abruman la atención pública, tienen su origen en este montaje “democrático”, que priva en España.
Es necesario, yo diría vital, pensar a fondo esta cuestión; muchos dineros públicos, por señalar una de las vertientes del laberinto, circulan por canales, manejados por gentes que no nos representan, que nombran “operadores” de confianza, afines a su partido y se proclaman, cualquier ocasión que se presente es buena, demócratas de 1ª, en comparación con sus adversarios, que son –aseguran con rotundidad – de 2ª, 3ª…, incluso regional preferente.
Veamos; en primer lugar la voz del pueblo, como resultante de cada una de las flechas ciudadanas existentes, es una ecuación con millones de incógnitas, sin conexiones claras, el problema no tiene solución en el actual modelo democrático imperante.
Así hemos hecho de la democracia un sistema de aproximaciones, inteligentes unas veces, burdas en otros casos, todo entrelazado…, nos ha servido para ir tirando, sin mayores grandezas, generando paralelamente una costra de usufructuarios, abundante y feroz a la hora de mantener y defender el status…
Churchill, ese genio político universal, algo husmeaba cuando pronunció la celebre frase “La democracia es el peor de los sistemas políticos, con excepción de todos los restantes”, visión que apostillaba el británico, con esta otra sentencia menos conocida, pero igualmente llena de contenido “El mejor argumento contra la democracia, es una conversación de 5 minutos con un votante medio”
Los demócratas de “uniforme”, subrayan, indisimulada satisfacción, la 2ª parte de la 1ª expresión: ”con excepción de todos los restantes”, borrando cuidadosamente de la atención preferente la bomba “La democracia es el peor de los sistemas…”
La democracia, nombre sonoro, mil veces repetido, cumbre cacareada por políticos y lideres de todos colores y tamaños, meta suprema – juran – para la convivencia de grupos humanos organizados , en realidad ha quedado convertida en una gigantesca tramoya, en la que se confunden realidades absolutas, puramente teóricas, con aproximaciones “prácticas”, a veces problemáticas, incluso chapuceras…, con frecuencia perversas.
La cuestión es que hay que operar intereses del conjunto ciudadano, alguien tiene que hacerlo y para abordar estas necesidades vitales, se han construido estructuras gubernamentales, surgidas desde procesos electorales, que dan una pequeñísima y fugaz oportunidad a los “soberanos” caminantes, para elegir, de una u otra manera, según modelo vigente, a sus propios dirigentes, alineados en listas partidarias, déficit democrático extra…
Está bien, es lo que hay por los escaparates; el problema grave surge – como hemos marcado arriba – cuando los dirigentes de este entramado, se autoerigen portadores – el colmo, aires de exclusividad – de nuestra voz, interpretando nuestras querencias, deduciendo mandatos, actuaciones…, con injustificable autoridad. Trampa coreada en múltiples titulares, que queda flotando en la atmósfera, como veneno sin antídotos disponibles…
Quizás, a riesgo de repetirme, es necesario resaltar la idea central; buena parte de dirigentes públicos en España, hablan descaradamente en nombre del pueblo, ¡¡han sido elegidos !!, presumen con cierto orgullo; pero fue a través de fórceps, añadimos nosotros, es decir por medio de mecanismos, digamos, de dudoso rigor representativo…
Esta casta política que nos preside, ha armado en los escenarios públicos, y prosigue, una trifulca monumental y permanente; gritos, rifirrafes continuos, agotadora historia interminable, que produce en el ciudadano común rechazo visceral; tenemos la sensación de estar afincados en una inmunda, pestilente cloaca…
La usurpación es la palabra que sale como resultante de esta situación, repleta de manifestaciones que aseguran provienen desde la ciudadanía, inventando escenarios con la mayor desfachatez imaginable…
Y ¿Qué ocurre?, ¡¡¡ no pasa nada !!!.
Las pulsiones soberanistas, desde algunos líderes, “gloriosamente” sacudidos por las urnas, son un claro ejemplo, una evidente caricatura del status democrático que priva en España. Actúan como si una voz, la del pueblo les hubiera susurrado al oído una melodía atractiva, irresistible…, que no pueden ignorar, pues procede de la mismísima esencia – juran con “lágrimas” en los ojos – popular…
“¿Popular…?”, “popular”, de ¿Cuál pueblo…?
Pero claro, en España sale gratis mentir, y así el gallinero de voces que se ha instalado en nuestro país, forma un concierto verdaderamente infumable, absolutamente desmoralizador para el ciudadano común
Los políticos que hablan en nombre de todos, deberían ser castigados, incluso penalmente, si no pueden demostrar fehacientemente la veracidad de su portavocía…
De momento estamos perdidos; si no nos despertamos, seremos saqueados impunemente, mientras unos monigotes son colgados en la plaza pública, para solaz, consuelo, desahogo de furia, por parte de los eternos, únicos paganinis del festín, todos nosotros…
Nadie puede representarnos, nadie, de hecho nadie nos representa; tal como tenemos establecido el modelo democrático en España, cuyos beneficiarios y comparsas copan los lugares estratégicos de la gran carpa circense, antes de entrar en sus bien surtidos cenáculos…
La Ciencia actual nos dice que cuando en un Sistema, interviene una enorme cantidad de componentes, para interpretar y actuar en estos complejos fenómeno, con aproximaciones rigurosas, se requiere acudir a las teorías Cuánticas…
¿Alguien ha leído a Planck, por los pasillos de los hemiciclos…?
Soy consciente que esta denuncia al marco democrático, sin verdaderos representantes, es decir vacío, que acabas de leer, no aporta soluciones concretas a los panoramas desolados e hirvientes – curiosa paradoja – que se han instalado en nuestro territorio…
Lo se; solo trato de derivar la mirada, ante las distracciones múltiples de la tragicomedia en cartel, para apuntar algunas cuestiones, que pienso son esenciales…; si las miramos a fondo, fijamente, conscientes de su realidad y profundidad, uno de los enigmas de la Cuántica nos revela que podemos influir en ellas y entonces, las vías de superación, pueden aparecer en cualquier momento…
Hay mucho talento oculto, por esos campos de Dios y demasiada mediocridad por los candeleros…
QMX/cgr