Los magos y la gasolina
Abandona la cúpula de la Iglesia Católica un Papa a punto de cumplir 86 años, pero con claridad intelectual formidable; una sorpresa que ha dejado atónitos a una enorme cantidad de ciudadanos, y desconcertado el gran segmento de líderes mundiales, que, generalmente, se aferran a sus puestos de mando con furiosa, casi “heroica”, determinación…
A mi, esta renuncia me ha producido una emoción profunda; tengo bien dibujada en mi mente su figura frágil, ademanes pausados, mirada honda, probablemente tímida…y sus contundentes razonamientos, siempre bien construidos, inteligentes, envueltos en chispas poderosas desde el mensaje de Dios, a través de la Iglesia Católica; lo que no quiere decir el único mensaje posible de Dios…, creo este matiz es un ángulo importante del pensamiento de Ratzinger.
La actividad de este Papa al frente de la Iglesia, ha sido enorme; en solo 7 años ha escrito libros de impacto, 3 Encíclicas, innumerables cartas, ha tomado decisiones valientes, duras, clarificadoras, visitado 23 países…, lanzando siempre el mismo grito de siglos; llamamiento al amor y al perdón, que Cristo predicó en su estancia terrenal, como eje central, punto de referencia para entender el peregrinaje temporal, demasiado corto, del hombre en nuestro planeta terráqueo…
Nunca cerró puertas. He leído muchas entrevistas, debates…mostrando su posición, sus planteamientos para hacer absolutamente compatible Ciencia y Dios, dialéctica rigurosa, de gran altura, incluso científica, de un calado impresionante, luminosidad que, para mí que me apasiona incursionar en estos temas, me ha resultado deslumbrante en muchas ocasiones…
No he encontrado en Joseph Ratzinger, afirmaciones dogmáticas, impositivas…, solo miradas agudas, ternura, timidez y una enorme inteligencia, proyectada hacia la comprensión del ser humano, abandonado a mil banderas, sin especiales consistencias, buscando la alegría falsa, ruidosa, que conduce a la tristeza, al vacío…
Una figura, la de este Papa que abandona el timón, que parecía querer quebrarse en cada momento, pero que irradiaba, con suavidad, durísimas denuncias a los poderosos de este mundo, abrasado por fuerzas de Poder, que han causado injusticias feroces, en muchos estratos de la Humanidad y muy amplios rincones de nuestros territorios…
Las víctimas de todos estos desastres, han tenido siempre, en Benedicto XVI, cercanía, amor y solidaridad que resonaban como dolor auténtico, desgarrado, intimo, no espectáculo falso, como el que suele circular en otros muchos escenarios públicos…
De pronto anuncia la renuncia a su posición en la cúpula Católica, se retira…, quizás es la última lección, maravilloso gesto, de esta figura menuda, aparentemente insignificante, pero con talla universal, en un mundo escaso de líderes con verdadera estatura…
Se marcha porque reconoce limitaciones físicas y sobre todo, me imagino yo, porque esta decisión será un revulsivo para la Iglesia Católica, que buscará en el próximo Papa, proseguir cerca de la flecha lanzada hace mas de 20 siglos, con otros porteadores mas adecuados al momento, dando a entender, lección Suprema, que esta flecha es lo que importa, no los instrumentos humanos que la lanzan, la portan o la siguen…
Maravillosa lección…, para todos; los mandatarios del mundo entero, todos los niveles y latitudes, han visto aparecer una luz, otra cosa es que sepan, o quieran, traducirla, en cualquier caso ahí queda…
Gracias Benedicto, ¡¡¡ Gracias!!!
QMX/cgr