CABEZA DE PLAYA: Repensando Dios

03 de septiembre de 2012
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Carlos Galguera R

El concepto “Dios” ha sido siempre un punto toral en el pensamiento y sentimiento del ser humano, a lo largo de todas las épocas; la búsqueda de un profundo sentido a las existencias, incluida la propia, efímera, involuntaria, a veces conflictiva, con frecuencia incompleta…, ha impulsado al hombre a buscar explicaciones de fondo. Dios parecía el canal adecuado para abordar lo inaccesible…

En realidad esta salida “divinizada” de los laberintos, ha suscitado siempre interpretaciones y posicionamientos de muy diversa polaridad e intensidades variables; adhesiones, rechazos, odio, adoración, desprecio, encantamiento…, de todo ha habido en la viña del Señor, dentro de las innumerables cosechas.

Enfrentar a plenitud un panorama como el existencial, desborda claramente nuestros instrumentos de análisis disponibles…, son demasiado pequeños e imperfectos, así que tiene su lógica instalarnos en el agnosticismo, como confesión de imposibilidad para acceder a explicaciones de fondo, la trascendencia escapa a los raciocinios; aceptable posición para empezar, pero este punto de partida no es, en mi opinión, el final del camino…

Entender a Dios, si renunciamos a sus numerosísimas caricaturas que nos ofrecen ciertos “especialistas”, es entrar en terrenos absolutamente imposibles para nuestros tamaños intelectuales, así tenemos que utilizar la intuición y establecer cadenas de símbolos, estrategias ambas muy útiles para la “aproximación”…

Yo tengo en mi cartera fotos de mis padres, casi nunca las miro pero me gusta llevarlas, sentir que están ahí; esas pequeñas caras que aparecen en pequeños cartones recortados,  no son mis queridos personajes, pero son símbolos, recuerdos para mi valiosos, los siento de alguna manera cercanos…; los pequeños llevan su osito de trapo, siempre les sonríe y ellos lo aman profundamente, no lo abandonan nunca.

Necesitamos los símbolos para acceder, alguna misteriosa razón habrá, a lo ¡ inaccesible !, son mecanismos de un valor especial, no cotizan en bolsa pero no son despreciables, pertenecen a esferas que circulan más allá de lo tangible, pero existen en alguna esquina de los dibujos…

En estos montajes de aproximación solo hay un peligro, confundir, identificar el símbolo con la realidad, el mapa con el territorio…; hay que aceptar nuestras limitaciones intelectuales para entender, intuir, el fondo de la realidad y lo que hay mucho mas allá del trasfondo del fondo, es decir más al fondo todavía…, Dios.

La figura de Dios ha sido interpretada, traducida, desde muchos púlpitos establecidos en el mundo, durante toda la estancia terrenal de los humanos. Las Religiones nos han ayudado en la “imposible búsqueda”, lo cual ha propiciado infinidad de conflictos junto con cosechas, de beneficios sobresalientes…

En realidad la pelea por “asumir” las preferencias divinas, ha enfrentado a muchos credos, a lo largo de la Historia, troceando la Verdad en infinitas parcelas, áreas variables, diferentes colores…

Cada humano hemos entrado en un redil religioso, o permanecido en sus entornos, incluyendo configuraciones de apoyo, rechazo, indiferencia…; en líneas generales hemos captado valores importantes, para la vida ciudadana también, que nos llegaban a través de conductos religiosos que se han desarrollado en nuestras Civilizaciones, logrando avances hasta cotas notables.

Sin embargo la perspectiva del Dios grande, mucho mas allá de lo Cósmico, esa realidad indibujable, que desborda todas las dimensiones, el verdadero Dios, ha quedado como desaparecido, aparentemente…; solo aparentemente porque entiendo yo que las religiones han desarrollado, con sus imperfecciones e intermitencias, una labor de puente a través de la cual Dios mantiene un cierto, misterioso, hilo de conexión…

Así que creer en Dios, con toda la fuerza y sinceridad disponible, puede ser perfectamente compatible con la pertenencia, razonablemente plena, a la religión que cada uno tiene cercana, conforme a la cultura recibida, la cual proyecta los símbolos de acercamiento a Dios, según sus costumbres y ritos,  y estos cuando son captados en profundidad por el humano se trasforman en chispas absolutamente personales, potentes que pueden cumplir esa “infranqueable” misión de acercamiento divino…

Tener claro el concepto de Dios, absolutamente inabordable y paradójicamente cercano, por medio de instrumentos rudimentarios, a veces muy imperfectos, otros reveladores, santificantes…, como disponen los aparatos religiosos, sería un paso trascendental para la Humanidad

Tenemos que llegar incluso a los límites del dibujo; Dios está en todas las cuestiones, o no está en ninguna parte, en todos los rincones puede haber chispas trascendentes…, o no.

Posicionar la figura de Dios, en toda su “imposible” grandeza, dentro de cada minúscula mente humana, amarla con nuestros pequeños instrumentos, aceptar vivir dentro de ciertos canales religiosos heredados, cada uno el suyo, sin mayores tensiones, sería la gran ruta para desmontar los feroces odios que prevalecen hoy entre creencias, aparentemente dispares, incomprensible si tenemos en cuenta el supremo fondo común que ostenta Dios en todas.

Los más recientes avances de la Ciencia nos abren, en mi opinión, fantásticas vías de aproximación a Dios, desmontando el viejo mito de incompatibilidad entre los dos conceptos, Sabiduría Científica y Trascendencia…

La Teoría Cuántica representa una interpretación de la “danza” que juegan todas las partículas elementales que configuran nuestro Universo; bueno, esta disciplina ha propuesto fórmulas para interpretar procesos, con resultados experimentales de una asombrosa exactitud, algo nunca visto…, hasta tal punto estos planteamientos teóricos se han convertido en realidades palpables, que hoy podemos afirmar que 1/3 del PIB mundial, proviene de tecnologías derivadas de la Cuántica. Si, ¡¡1/3!! de lo que va produciendo, bienes y servicios, toda la Humanidad cada día.

 

Pues bien, uno de los enigmas que se esconden tras las teorías cuánticas nos dice algo que parece un juego de magia: Observar conscientemente un fenómeno, influye en él, como si de alguna manera le diera vida esta conexión…

Inesperado, ¡¡fascinante!!…, pues bien, esto se puede extrapolar, es mi planteamiento; si yo trato de observar conscientemente a Dios, manoteando entre inmensos, inexplicables torbellinos, esta fantástica figura aparece por los trasfondos, ¡¡¡Dios está ahí!!!…; por contra, si cerramos este canal de observación, Dios desaparece para el “no observador”, no existe…

Este sencillo párrafo encierra, para mí, el secreto mas profundo de la fe que he podido encontrar y nos asoma a los abismos más insondables, fantásticos, más allá de las dimensiones imaginables…, donde se pueden respirar aromas divinos, aún desde infinitas distancias…

Voy a concluir con algunas consideraciones personales; tengo fe en Dios, con los planteamientos que he tratado de contar mas arriba, aproximación lejana, empeño imposible…, mosaicos de adjetivos contradictorios, que parecen pura esquizofrenia; no se accede a Dios impunemente…

Soy católico practicante, comprensión benevolente hacia el aparato oficial, sus prácticas, su ley y los profetas…, música de fondo, sin traducciones literales; amistad entrañable con algunos miembros, para mi significativos…, he encontrado, en fin, una convergencia razonable para vivir mi fe en esta comunidad religiosa, grata herencia familiar

También absolutamente abierto, profunda comprensión, simpatía, solidaridad con todas las religiones que existen en el mundo…

Pienso en Dios como la gran figura que da sentido a los múltiples laberintos, mas allá de todas las configuraciones religiosas, tratando de hacerlas compatibles, incluso cercanas…, no siempre es escuchado.

 

QMex/cgr

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