México se la juega en 2025
El debate del Estado de la Nación en España, 20 de febrero, cumplió sus expectativas; decepción, aburrimiento, golpes previstos, esquivas anunciadas, silencios pactados, panorama gris, horizontes lejanos, brumosos, rumbo razonablemente correcto, respecto a la ortodoxia que impera…
Ausencia clamorosa de alternativas de calado, si es que existen…; yo, particularmente pienso, posible mentalidad ingenieril, tiene que haberlas…
En definitiva, tristeza general, mezclada, proporciones variables, con un hastío que ve ganando terreno, avance imparable, entre la ciudadanía española
Se ve claramente el juego de los dos principales partidos y los diversos coros; los primeros se sacuden duro, aparentemente se golpean con todo, aluden a escándalos ajenos, puntos débiles, golpes bajos…, ignorancia de propias corruptelas.
¡¡¡Pero no se hacen daño!!! en el fondo comparten, y disfrutan, el modelo para ejercer el poder, que se ha eternizado en España, esperan alternancias, plazos variables; es el único margen de libertad que ceden a los sufridísimos contribuyentes españoles.
Muestra de este estado de amordazamiento, absolutamente camuflado, que padecemos y en el que concuerdan, cenáculos íntimos, los actuales grandes líderes españoles, podría ser, repetidos anuncios electorales, siempre pospuestos, la independencia de Poderes, como pilar fundamental de la Democracia.
El Partido Popular anunciaba la independencia judicial en su programa electoral último, ahora, cuando se acercan las fechas de los cumplimientos, resulta que no, ¡¡conviene mantener los privilegios políticos en estos territorios!! las camarillas, en los puentes de mando, diversos colores, se frotan las manos; nos dicen, rostros beatíficos, si los sorprendemos en esta actitud, ¡¡es que hace mucho frío, en esta época del año!!”. Para disimular las maniobras, se aprestan a lanzar cierta carnaza, diverso calibre, a las arenas del circo…ante leones hambrientos.
Jamás mencionan, los capitostes actuales, el tema de representatividades directas, que harían perder poder a los partidos, ganándoselo los ciudadanos y elevando la calidad democrática…
En el fondo, la Clase Política Española en general, los dos grandes partidos en particular, junto a las dos hegemónicas – en sus respectivos territorios – agrupaciones nacionalistas, piensan que los españoles, algunos “resultados” avalan esta hipótesis, somos tontos, portamos un retraso mental variable, pero consistente; como conjunto social padecemos incapacidad permanente, para asuntos importantes, graves, que se ventilan por las alturas…
Deciden, junto a sus respectivas camarillas; los españoles no están en condiciones de tomar las iniciativas que se requieren, y ellos, piensan estos políticos residentes por las alturas, gesto serio, preocupado, concentrado…, tienen que tomar las riendas, procurando que sus “representados” crean que son ellos los que están en el trasfondo del Poder.
Así el Debate de la Nación, y los infinitos debates paralelos, y perpendiculares, que proliferan en nuestras asambleas públicas oficiales, van resultando capítulos sucesivos, entrelazados, de una historia interminable, en la que los salvadores de la patria, diversas etiquetas, escenifican la farsa del pueblo, dirigiendo sus destinos…, criticando, manejando, proponiendo, señalando…, todo en ausencia de los verdaderos protagonistas, pobrecitos, incapacitados, herencia neuronal defectuosa, para las grandes decisiones; les hacemos partícipes del juego, alegran el rostro los líderes, haciéndoles pagar la factura de nuestras inspiradas decisiones, para que no se quejen y no digan que no participan…
Bien, está bien. Así van funcionando las cosas en España, la clase política ha aportado combustibles abundantes para nuestro triste modelo democrático, en el que existen 400.000 cargos públicos, una cifra mas, un número para las estadísticas, si no lo comparamos con los 200.000 que trabajan en Alemania para, teóricamente, los mismos menesteres, eso si, ellos, los teutones, pobrecitos, con el doble de población que nosotros…
Bien, está bien, así van funcionando las cosas; la cuestión que puede romper este status de auxilios múltiples y prebendas abundantes, sin especiales contraprestaciones, lo que se ha bautizado con el beatífico nombre de Estado de Bienestar, se puede acabar, en realidad se han agotado las fuentes de suministro…
Pero el proceso se podría acelerar si resulta que la ciudadanía, los españoles, cada uno de nosotros, tomamos conciencia clara y potente que no somos tan idiotas como presuponen nuestros “representantes” y además, llegando a los límites extremos que estamos rondando, desearíamos demostrarlo…
QMX/cgr