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CIUDAD DE MÉXICO, 26 de octubre (Quadratín México).- Un pequeño con antecedentes familiares de pies planos, es posible que tenga predisposición a padecer de problemas de tipo ortopédico, por ello es importante que los padres de familia observen y cuiden los primeros pasos de sus hijos para detectar cualquier anomalía.
De acuerdo con Gloria Newell, directora general de Piedica México, empresa italo/mexicana especializada en la salud del pie, considera que conocer si alguno de los padres ha tenido o tiene algún problema en los pies es esencial para determinar si sus pequeños padecerán el mismo problema.
Señala que es fundamental mantener una actitud de prevención y corrección de los posibles problemas podológicos en niños de edad escolar, dada la trascendencia que tiene en la actividad diaria del individuo, la estática, marcha, equilibrio, actividad físico-deportiva, y prevenir posibles alteraciones posturales en el futuro.
La experta explica que los pies de los niños tienen una gran flexibilidad porque sus articulaciones y ligamentos están aún sin formar, por ello es fundamental asegurarse de que tienen un crecimiento sano.
“Si bien algunas anomalías son habituales a su edad, otras requieren supervisión y un adecuado tratamiento”.
Es importante, dice, elegir el calzado correcto y probarlo al niño antes de comprarlo. Recomienda que éste sea flexible, ligero, y con una forma parecida a la del pie, más o menos cuadrangular, que disponga de buenos refuerzos laterales y posteriores, además de ser transpirable y sobre todo, de su talla.
Hace algunos años, si un niño tenía algún problema en sus pies estaba condenado a utilizar botines incómodos y duros llamados zapatos ortopédicos que además de inmovilizar la función del pie, psicológicamente afectaba la autoestima del pequeño.
En la actualidad, indica Gloria Newell, se puede realizar una evaluación con el uso de tecnología europea computarizada que superan los antiguos tratamientos de dolor de pies y problemas posturales en niños.
El tratamiento que realiza Piedica permite evaluar las potenciales anormalidades del pie, al detectar patologías como pie plano, valgo, alteraciones en la marcha, entre otras.
Para corregir esos problemas, hay diferentes tipos de plantillas personalizadas, que pueden usarse con calzado de paseo o con calzado deportivo para facilitar que el niño realice su actividad físico-deportiva con normalidad.
Otro de los padecimientos más comunes que se registran son pies planos, equino, aducto y talo.
El pie plano, defecto más frecuente, se caracteriza por la falta de arco. Cuando el recién nacido no tiene arcos se denomina plano flexible infantil y es fisiológico hasta los tres años (desaparece solo).
Aun en el caso de que no se corrija del todo, no causa demasiadas molestias, aunque a veces provoca cansancio al caminar o dolor en la planta del pie. Como tratamiento se recomienda hacer ejercicios específicos con el pie, siguiendo las indicaciones del especialista.
“Hay que procurar que el niño camine por terrenos irregulares y blandos, ideales para el fortalecimiento de la musculatura de la planta del pie”
También hay otro tipo de pie plano congénito, denominado rígido. Sus acusadas características (el pie apenas registra movilidad) hacen que se detecte al nacer, y debe corregirse de inmediato con yesos, férulas y, si es necesario, cirugía.
El Pie equino-varo está curvado hacia dentro y hacia abajo y permanece rígido. Se denomina también pie zambo. Es más frecuente en niños que en niñas y puede afectar a uno o a los dos pies.
Se suele corregir con cirugía. Se realiza con anestesia general y el niño debe permanecer ingresado varios días. Sin embargo, existe el método Ponseti, un tratamiento no agresivo basado en manipulaciones, yesos y férulas ortopédicas.
Evita la cirugía casi siempre y permite corregir la posición inicial de los pies en unos dos meses. Después, el pequeño deberá llevar botas ortopédicas.
En el pie aducto, la mitad anterior del pie apunta hacia dentro. Es una malformación de origen congénito o por una mala posición en el útero que, si es leve, puede no detectarse hasta que empieza a andar. Normalmente se endereza solo. El tratamiento depende del grado del problema e irá desde el control de la postura al uso de calzado especial, correctores nocturnos o cirugía.
El pie talo se caracteriza cuando la punta del pie apunta hacia arriba. En los casos en los que responde a un defecto postural en el útero, suele desaparecer sin tratamiento o con ayuda de masajes específicos. Si se debe a una deformidad estructural, el pie suele estar más rígido y ha de enderezarse con férulas de yeso o prótesis.
Una patología en pies o postura detectada a tiempo es más fácil de corregir. En los niños, sus pies están en desarrollo hasta la maduración definitiva, es decir, están en una situación cambiante.
Si existe una detección temprana de la problemática más la realización de ejercicios correctivos de posición, propiocepción (habilidad de recibir la información desde las terminales nerviosas de músculos, tendones y articulaciones para poder integrarla en el cerebro, específicamente al sistema nervioso central) y tonificación muscular de las piernas, especialmente de la zona del pie, puede resolver graves problemas futuros.
Con plantillas ortopédicas Piedica se hacen correcciones precisas para estimular la adecuada función del pie”, concluye la ejecutiva.
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