Cardenales celebran misas y oran antes del Concilio

CIUDAD DEL VATICANO, 10 de marzo (Quadratín México).- Los cardenales que se encuentran en Roma, para participar desde el martes en el Cónclave del cual surgirá el sucesor de Benedicto XVI, celebraron varias misas en diversas iglesias de la capital italiana.

Decenas de parroquias, en diversos puntos de la ciudad, recibieron a sus huéspedes especiales. Algunos de ellos, los “papables” como el brasileño Odilo Pedro Scherer, captaron la atención de los periodistas en busca de una declaración.

“Este tiempo de Cuaresma es el tiempo de la llamada al perdón, a la reconciliación. Sin una posibilidad de reconciliación sociales, entre los pueblos y las culturas del mundo, no podríamos tener un futuro de fraternidad y de paz para la humanidad”, dijo Scherer.

Esto durante el sermón de la celebración eucarística que presidió en la iglesia de San Andrés del Quirinal, en pleno centro de Roma.

De acuerdo a la tradición histórica de la Iglesia católica, todos los cardenales son parte integrante del clero de Roma aunque desempeñen su labor pastoral en diversas partes del mundo.

Por ello, cuando reciben la dignidad cardenalicia, el Papa les concede el “título” de una parroquia en la “ciudad eterna”, una iglesia con la cual tienen un vínculo especial como purpurados.

Este domingo los cardenales no sostuvieron reuniones privadas en El Vaticano, como sí las tuvieron a lo largo de la semana pasada. En cambio y como gesto de cercanía con la feligresía romana, muchos de ellos asistieron a celebrar misa en sus parroquias asignadas.

El arzobispo de la Ciudad de México, Norberto Rivera Carrera, estuvo en la parroquia de San Francisco de Asís en Ripa a partir de las 11:00 horas locales (10:00 GMT) mientras, a esa misma hora, el también mexicano Juan Sandoval Iñiguez asistió a la iglesia de Nuestra Señora de Guadalupe en Vía Aurelia.

Por su parte, el arzobispo titular de Guadalajara, José Francisco Robles Ortega, prefirió no ir al templo de Santa María de la Presentación en Vía Torrevecchia, argumentando un problema de movilidad.

Otros que prefirieron no estar presentes en sus iglesias fueron el peruano Juan Luis Cipriani Thorne, arzobispo de Lima y el colombiano Rubén Salazar Gómez, pastor de Bogotá.

Salazar, por el contrario, se dirigió a otra parroquia de la cual no es titular pero que es atendida por un sacerdote connacional suyo, Ariel Trujillo: Santa María Madre de la Iglesia en Viña del Valle, a las afueras de Roma.

En declaraciones a la prensa, el arzobispo bogotano aseguró que las deliberaciones de los cardenales de la semana pasada estuvieron caracterizadas por “un clima de fraternidad y serenidad, de discernimiento de la voluntad del señor sobre la realidad de la Iglesia”.

Apuntó que el nuevo Papa deberá ser “un hombre de Dios, de profunda fe, que haya hecho del evangelio su vida más profunda, un testigo de Jesucristo y también un hombre actual, que conozca las necesidades y las exigencias de diversas partes del mundo”.

Por lo pronto los cardenales volverán a reunirse la mañana de este lunes en la Sala Nueva del Sínodo, dentro del territorio vaticano, para desahogar los últimos pendientes antes de iniciar el Cónclave el martes, con la misa “Pro eligendo pontífice”.

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