Libros de ayer y hoy
Rogelio Martínez Faz
En Estados Unidos se puede decir que se elige presidente para ocho años, si este no funciona o hay alguna mejor alternativa se le substituye a los cuatro. Y ya se llegó al momento de la vedad para Barack Obama que quiere otros cuatro y a Mitt Romney que quiere los ocho. A ver quién se va a volar.
Sobre el debate del pasado miércoles ya se comentó de sobra que el ganador fue el republicano Romney. Más que por rápido y rabioso por lo lento y basilisco que se vio Obama. A Romney con todas y sus mentiras, tomando en cuenta lo que ha venido diciendo durante su campaña, se impuso a las promesas y compromisos de Obama, por cierto algunas de ellas incumplidas.
No solo para los latinos sobre inmigración, también esta lo de Guantánamo o la de traer a las tropas “pa’trás”, entre otros quehaceres domésticos como el empleo y la economía.
Sin embargo, reconocer que alguien haya salido mejor librado en el debate, no necesariamente significa que se cambie la intención del voto del elector. Claro, siempre y cuando Obama para el próximo martes 16 no vuelva a verse flemático como el Pajarote Abelardo de Plaza Sésamo a quien también quieren que ahueque el ala.
No hay que olvidar que el ánimo del electorado, como en cierta medida sucede, se inclina a favor del que da muestras de ser más hábil o tener más carácter, así digan mentiras. Por lo que Obama deberá considerar tener una actitud más agresiva sin perder la postura presidencial, y sin llegar a poner cara de “es que yo soy el presidente”.
Lo que nos queda a los latinos son las migajas en los debates, en particular cuando se trata de inmigración. Todavía no ha sido el tema lo suficientemente crítico aunque lo parezca, como para obligar a los candidatos o al resto de la población estadounidense a tomarlo como algo elemental. Y es que después de todo la migra o la polimigra seguirá haciendo su trabajo y por ello el país no se va a desestabilizar. Esperemos que este miércoles nos hagan el favor.
Aunque el asunto sí lo amerita, hay que reconocer que la decisión recae más en los latinos con la participación electoral más que con marchas, protestas o demandas. Es más, ya se sabe que este asuntito del gato y el ratón genera ganancias económicas: centros de detención, cortes, abogados… así que ¿cuál es la prisa?
De que es inhumano lo es, pero con eso no se para el país. Hay quienes sugieren un paro de labores para dejar sentir “la fuerza de la raza”. Pero la verdad eso sería contraproducente en caso de logarlo. Pues en lugar de sumar adeptos nos ganaríamos atención en sentido inverso. O sea, “brazos caídos” en lugar de levantarlos con votos, mandaría el mensaje de que podríamos tener la fuerza suficiente como para convocar a un paro de labores. Y la mejor forma de evitar eso es eludir una reforma migratoria que a su vez obstaculizaría acciones de más desasosiego en el futuro con mayor número de inmigrantes.
Si Obama se reelige cuatro años más, es probable que tenga suficiente tiempo para reafirmar el “sueño diferido”. Pero si Romney queda… podrían ser otros ocho años para replantear una posible reformita. El momento de la verdad llegó, pero para los latinos en EU. ¡O se participa en las elecciones o nos van a querer sacar como al “big bird” Abelardo!, con el pretexto que se quiera. Así sea nuestra participación graciosa, valiosa y educativa.
CARTAS DESDE CHICAGO: A votar o volar – Al Momento Noticias.