Teléfono Roja/José Ureña
¡En toda la madre! El mundo se quedó sin Papa y México sin la madona sindical. Como Illinois sin un congresista y Chicago sin una concejal. Todo esto producto de la incapacidad, el abuso de poder y la corrupción. Pero más que ver la caída en desgracia o renuncia de nuestros representantes de la fe, la educación y la política, sería bueno darnos una checadita de conciencia antes de juzgarlos.
¿Qué tienen en común los renunciados o caídos en desgracia con nosotros? Parece ser su incapacidad de manejar los retos y las tentaciones, que no les alcanza para aclarar a tiempo y por cuenta propia sus errores u omisiones. Todo esto en tres aspectos fundamentales donde se apoya la civilización moderna, que son el sostén de la sociedad en el aspecto espiritual, educativo y administración pública.
¿Son ellos los que corrompen a la sociedad o, ellos representan nuestra descomposición? O lo que es peor ¿los toleramos para guardar las apariencias y conveniencias? ¿Nos habremos aferrado a filosofías puritanas que en la práctica tuercen los renglones de Dios y las leyes terrenales?
En lo que compete a la institución religiosa sin entrar en la teología de la fe, nos encontramos que las acusaciones de pederastia en el seno de la Iglesia Católica (no de la religión) eran “secretos” a voces por siglos de los siglos; en altares, seminaristas y feligreses: abusos que se venían disfrazando con picardía para darle buena cara al delito, pero en la mayoría de los casos se trata de abuso sexual infantil.
¿Cómo justificar eso en los predicadores de la fe que sostienen? ‘Dios todo lo sabe, lo ve y lo oye’, cuando con su actitud ponen en duda la teoría de lo divino por ser ellos los implicados en la fechoría y en el encubrimiento.
Y lo que es peor, instituciones religiosas como la católica y otras, que no aceptan su culpabilidad ante las leyes de los humanos para no ser quemados en la hoguera de un juicio civil ordinario, y paguen en la tierra y no tengan que invocar a Dios en lo oscurito donde no se le puede citar como testigo protegido.
En el caso de la maestra Elba Esther Gordillo del sindicato de maestros mexicanos, Ahora presa, y Dios es testigo como todos los mexicanos de sus actos irregulares y mal uso de los dineros del gremio, y sabrá Dios de quién más. Actuaba fuera del credo gremial y manipulaba las tentaciones pecaminosas de los partidos políticos, ya que para lograr lo que hizo necesitaba de su apoyo, y una que otra bendición.
Sus milagros no fueron de un día para otro, fue “por los siglos de los siglos”. La maestra con sus extravagancias personales y ambiciones políticas, se extralimitó en sus funciones de poder; toda una madona de la prostitución sindical y política que se daba la dolce vita. Lo que todos sabían, oían y veían.
Mientras tano y en el aspecto político acá por Chicago, el hijo del reverendo, el ahora ex congresista del mismo nombre, Jesse Jackson y su esposa Sandi también ex concejal, están camino al encierro por los mismos pecados: uso indebido de fondos de campaña. Se gastaron 750 mil dólares en cosas personales. Limosna de sus creyentes que vendrían siendo una bicoca para la madonna Gordillo.
Y aunque hay leyes específicas que castigan en la tierra como en el cielo, amén, no impiden evadir la tentación cuando se les escapa el poder de las manos. En Estados Unidos sobre todo con los políticos, se les castiga con leyes muy draconianas y mesiánicas: di la verdad y se te castigará menos, pero antes de que sea demasiado tarde. Lo que no quiso hacer el ex Papa Benedicto XVI. Y aunque no va a prisión al no denunciar abiertamente la verdad con nombres y apellidos de los abusadores para que la opinión pública y la justicia los condene, se va a su celda monástica haciendo alusión al monte Tabor que escogió como su penitencia, aun así lo hace en medio de una retirada ostentosa.
En el mundo donde tenemos los pies ¿se solucionarán los problemas cambiando a un Papa, a un líder sindical o a un político? Sino, en tutta la madonna, que Dios nos ampare porque ya ni confesados se nos castigará menos. Y tendremos que tomar en serio las profecías de San Malaquías, así que empecemos a hacernos el examen de conciencia final.
En otro tema: Los arboles de los olivos siguen dando su fruto ahora en el edén del presidente Barack Obama (para seguir con la tónica), que insiste en culpar del todo a los republicanos de llevar al país al “sequestration” con recortes presupuestales. Cuando en realidad Obama es quien tiene secuestrado a los estadounidenses asustando con el precipicio fiscal. Y para demostrarlo firmó los recortes donde más duele sin necesidad, para ello recurre a la opinión pública responsabilizando a los republicanos que no cedieron.
QMX/rf