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GUADALAJARA, Jal., 25 de enero de 2021.- Estamos a menos de seis meses de elegir a quienes serán nuestros próximos presidentes municipales en Jalisco y pronto comenzaremos a ver nuevos rostros y escuchar cientos de propuestas. Sin embargo, los ciudadanos cada vez tienen menos confianza y credibilidad en los partidos políticos y sus candidatos.
Por ello, Chuy Morrayo, quien dice entender perfecto ese sentir, quiere convencer que no es igual a todos, quiere ser el candidato a la presidencia municipal de Tonalá por el Partido del Trabajo (PT), aunque reconoce que no será fácil.
¿Quién es Chuy Morrayo?
Bueno, mi nombre real es José de Jesús Guzmán García, Chuy Morrayo, por mi padre, porque así le apodaban en Tonalá, y cuando en Tonalá todavía nos conocíamos ahí las familias de Tonalá, pues te empiezan a ubicar, Chuy el de fulanito, y me empiezan a ubicar como Morrayo, como Chuy Morrayo, muere mi papá y curiosamente al único que le queda el apodo es a mí, de ocho hermanos, soy el único al que conocen como Morrayo.
¿Morrayo qué significa?
Fíjate que no tengo el dato exacto, lo que sí sé es que en Tonalá a mi papá todo mundo lo conocía como Pancho Morrayo, en Tonalá o en Huentitán, de donde era originario mi papá, fue como herencia, como para ubicar a las familias, Chuy el de Morrayo y ahí se va quedando.
¿Usted nació y creció en Tonalá?
Ahí te va, es una historia bien curiosa, te voy a platicar cómo es que yo nazco en Tonalá, corría el año de 1975 cuando había una campaña de vacunación por Echeverría, y decía la gente que estaban vacunando a los niños pero era para matarlos, porque se estaban muriendo, entonces en la Barranca de Colimilla que era donde mi papá tenía el rancho, abajo había la planta de Colimilla, donde tenía escuelas, tenía centros de salud, era un pueblo que era totalmente habitado por trabajadores de la Comisión Federal de Electricidad y lo cuidaban los soldados, entonces, en la misma barranca, mi papá al ver eso, dijo, deja me llevo a mis pelones para allá, no me los vayan a matar, tanto que le metí pa mantenerlos, ¡ni madres!, se va a vivir al rancho, se lleva a su familia al rancho, a mis hermanos los más grandes los mueven a estudiar en las escuelas que ya había en Colimilla, y mi madre, embarazada de mi, da a luz allí, en la Barranca, que en ese tiempo estaba muy separado, por decir, nosotros el pueblo más cercano era San Gaspar de las Flores, una de las comunidades que ahorita ya está pegada totalmente con Guadalajara y Tonalá, pero en aquel tiempo ni siquiera había Periférico, para llegar a la civilización era muy difícil, tardabas mucho tiempo, había que atravesar un puente que era de la Presa Osorio, no era ni siquiera un puente, era un lavadero, las crecientes era un show ahí, te costaba casi la vida para pasar, me toca nacer allí, y el ganado era una empresa familiar, también teníamos una cremería en donde a las mujeres les tocaba atender la cremería y a los hombres atender las vacas, entonces a mí me toca prácticamente toda mi vida estar allí, yo en ese transcurso, cuando me caso, trato de zafarme de las cuestiones de ganado y me meto al área de la construcción, compro camioncitos y ahí me voy, pero vuelvo otra vez a lo del ganado pero ya no el ganado lechero, me meto más por el ganado de carne, que te da más facilidad, más campo de acción, no es tan esclavizado como el ganado lechero, ni estás tampoco tan esclavizado a los precios globales del mercado que es el caso de la leche, y si a eso le metes lo de que no te pagan, pues se te complica mucho, por eso es que trato de tener mínimo dos entradas y una de esas siempre ha sido el rancho, que es lo que me apasiona, lo que me llama.
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