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CIUDAD DE MÉXICO, 11 de febrero de 2020.- Proyectando que quien violenta a una mujer sepa lo que es no poder olvidar, quedar marcado, en la película Rencor Tatuado y a través de una misteriosa justiciera, Aida (Diana Lein), las víctimas intentan sanar un poco.
Su estelar, Diana Lein, aclara que Aida no busca la venganza, sino la justicia, porque no se trata de matar a los abusadores, sino «que aquel que violenta a una mujer sepa lo que es no poder olvidar lo que te hacen».
Lamenta que las víctimas de feminicidios y otros abusos constantes, no pueden volver a ser las mismas; independientemente del daño físico, cuando se sobrevive, el daño mental es brutal.
Es por ello que en esta cinta, contada en una violenta e ingobernable Ciudad de México de los noventa, con la policía cómplice de los delincuentes, las mujeres violadas buscan justicia a través de Aida, quien seduce a los abusadores, los narcotiza y tatúa para que nunca olviden que hicieron.
En la premier para prensa en la Cineteca Nacional, su director, Julián Hernández, recuerda que ya con el gran anhelo de llegar a más público que con sus películas anteriores, la idea de un filme de aventura y un personaje transgénero, en los noventa conoció a la guionista Malú Huacuja del Toro.
Y añade que ella también consideraba que debería probar otras cosas, para que se conocieran más sus películas y su forma de ver el cine, sabiendo lo del personaje transgénero.
«Me contó que en los noventa, a raíz de una nota de Proceso, sobre el procurador Javier Coello Trejo y su agentes malosos, pues cometían delitos, escribió un argumento con una vengadora urbana como protagonista, llamada Aida Cisneros» y a partir de ello construyeron Rencor Tatuado, con un personaje trans, su objetivo inicial y que se relacionaba con sus filmes anteriores.
Detalla que es una película sobre mujeres y con un hombre que enlaza sus historias, que se podrían considerar episódicas; «esa fue mi raíz y también una cinta de aventura, teniendo en mente otras como Ms. 45, de Abel Ferrara o La Guerrera Vengadora, de Rosa Gloria Chagoyán, y otras que a muchas personas les dan risa, pero creo que en su momento dijeron cosas muy importantes».
El proceso para filmarla fue largo, hasta 2016, costó cerca de 15 millones de pesos, se estrena este viernes y la ubicación temporal fue por su punto de partida, alrededor de 1995, cuando era un momento crucial:
«Hace poco estrenaron las serie de 1994 y cuando la veía, reconocía muchas cosas, como la bruja La Paca (Francisca Zetina); entre los años 94 y 96, todo el asunto de la policía corrupta y los procuradores que convocan a los medios para descubrir cadáveres».
Y en el filme hay muchos puntos de contacto con esa era; además, por todas las mujeres activistas de la época, a las que hace referencia Aida Cisneros al ser una artista, fotógrafa.
El formato de Rencor Tatuado es algo que le da un plus, puesto que al ser una película que está muy cerca del cine negro, su director decidió filmarla en 16 milímetros y «pensé que el blanco y negro le ajustaba mucho a la historia».
Y por lo distintos tipos narrativos, en algunas escenas «me decidí por el color para los flashbacks y para Aida, puesto que luego de ser víctima, su vida queda sin color».