Mexicana de Aviación, elefante blanco que morirá: PAN
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de noviembre (Quadratín México).- La Iglesia Católica pidió al presidente electo, Enrique Peña Nieto, aprovechar la reunión que sostendrá el próximo martes 27 de noviembre con el mandatario estadunidense, Barack Obama, para sentar las bases de una agenda que permita un cambio real en la política migratoria de ese país.
También para “abrir la puerta” en cuatro aspectos específicos: la regularización de millones de inmigrantes, la creación de un programa de trabajadores temporales, el aumento en el número de visas de trabajo para laborar en las empresas que así lo requieren, y el apoyo al empleo en México.
En el editorial del semanario Desde La Fe, la Arquidiócesis Primada de México dijo que el presidente electo tendrá la oportunidad inigualable de alcanzar el gran objetivo de mejorar las condiciones de vida de la población mexicana y de origen mexicano en Estados Unidos mediante la colaboración estrecha entre ambas naciones.
Sentenció que de no hacerlo “estaremos viendo en los próximos años un flujo de indocumentados en condiciones cada vez más extremas y peligrosas, más desintegración familiar, y a más de siete millones de mexicanos indocumentados viviendo en la incertidumbre, la vulnerabilidad y la explotación”.
De acuerdo con la Arquidiócesis, el mandatario estadunidense está obligado a rectificar el camino a favor de los latinos, de quienes dependerá, sin lugar a dudas, el futuro demográfico y democrático de ese país.
Añadió que lo que surja de esa reunión habrá de tener gran repercusión en el gobierno del presidente Peña Nieto, para construir un proyecto de largo plazo, con imaginación y audacia, para transformar lo que de otra manera significaría un fracaso irreparable.
El gobierno mexicano no puede sino “asumir un compromiso ante el presidente de los Estados Unidos, pero sobre todo ante nuestro pueblo, para corregir aspectos que han motivado sustancialmente la migración hacia ese país”.
Entre ellos, la falta de seguridad frente a la violencia inhumana que se sufre en México, la dificultad para cubrir las necesidades básicas ante la escasez de empleos dignos y bien remunerados, y la inexistencia de un ambiente social de justicia e igualdad.
En ese contexto, la Arquidiócesis recordó que el mensaje del Papa Benedicto XVI, dado a conocer el pasado 12 de octubre con motivo de la próxima Jornada Mundial del Emigrante y Refugiado 2013, hoy tiene dos destinatarios concretos: México y Estados Unidos, cuyos gobernantes tienen frente a sí una oportunidad histórica. “Esperamos que la sepan aprovechar”, insistió.
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