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CIUDAD DE MÉXICO, 09 de julio de 2018.- Hace un mes Lithtzy Yathzzari Casas Zapata acudió a la Clínica de Prótesis Maxilofacial, del Centro Universitario de Ciencias de la Salud (CUCS), en busca de una solución para su problema de microtia, una malformación congénita de la oreja o pabellón auricular, que genera que esté poco desarrollada.
De acuerdo con la casa de estudios, los especialistas a cargo de esa clínica, ya trabajan en una prótesis que le permitirá sentirse mejor.
De 19 años de edad y originaria de San Luis Potosí, Casas Zapata comentó que su tratamiento consiste en una cirugía plástica de reconstrucción de un oído, con la expectativa de ser vista de una mejor forma por las personas.
“Es una buena opción. Algunas veces es más por un estado emocional, ya que en ocasiones las personas te juzgan por tu físico. Al principio tenía nervios porque vine sin saber si podría funcionar, pero al parecer sí será una buena opción”, agregó.
Dicha clínica, dependiente del Departamento de Clínicas Odontológicas Integrales, fue creada hace dos años y desde hace uno ofrece la especialidad en prótesis maxilofacial, que ya cuenta con su primera generación, señaló el responsable de la clínica, doctor Jorge Alberto Guerrero.
“En el Occidente del país somos los únicos que ofrecemos, como institución pública en el país, esta especialidad, y como escuela somos la segunda después de la UNAM. Es un servicio que no sólo es para la Zona Metropolitana de Guadalajara, sino para todo el Occidente del país”, precisó.
Dijo que ofrecen rehabilitación protésica a pacientes que han perdido, por cuestión quirúrgica o patológica, parte de su rostro; atienden a quienes por algún traumatismo perdieron un oído o nacieron sin éste, y a quienes por un tumor tuvieron que retirarles alguna parte de su rostro o han perdido sus globos oculares, los cuales son reemplazados con medios aloplásticos.
Explicó que las prótesis las realizan de forma artesanal, son pintadas a mano, se prueban en el paciente y cuando tienen la forma adecuada, son hechas en silicón. Tienen una vida de hasta 10 años, mientras que las oculares son de por vida, sólo hay que darles mantenimiento.
“En este tiempo hemos atendido a alrededor de 100 personas, a pesar de que no tenemos mucha promoción. Hemos tenido muchos casos, por ejemplo los causados por un hongo denominado mucormicosis, que provoca que el paciente pierda la órbita, partes del rostro y el maxilar completo. Aquí hacemos prótesis de todo, de los dientes con el maxilar, donde va el ojo con la parte facial y los rehabilitamos en la masticación y la estética”, precisó.
Añadió que además tienen casos de niños con anoftalmia, que son pacientes que nacieron sin ojos y que están en el proceso de adaptación de expansores y conformadores para ir haciendo espacio para sus prótesis oculares.
“Obviamente, hay que ir acompañando el crecimiento; ahorita tenemos una paciente de cuatro meses de nacida, y la idea es colocarle prótesis oculares a los dos años, pero hay que llevarla con tratamientos más largos”, indicó.
La clínica, abierta al público en general, tiene como política que al paciente que llegue ese mismo día se le atiende, lo revisan y planean el tratamiento, con cuotas de recuperación bajas, básicamente para el material.
Lo más barato para el paciente podría ser un conformador ocular, de doscientos pesos, cuando en la iniciativa privada el precio es de alrededor de mil pesos; lo más caro podría ser un implante craneal, de 6 mil pesos, cuando en la iniciativa privada cuesta cerca de 80 mil pesos.
Trabaja de lunes a viernes con un horario de 9 a 14 horas. Mayores informes en el teléfono 1058–5200, extensión 33717.