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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de febrero de 2019.- Expertos y especialistas coincidieron en que faltan estudios de impacto ambiental y una planeación adecuada en torno a la construcción del Tren Maya, por lo que señalaron que no se debería avanzar en este proyecto hasta tener los diagnósticos necesarios al respecto.
Lo anterior en el foro temático que se realiza en la Cámara de Diputados sobre el proyecto del Tren Maya organizado por la diputada del PAN Silvia Garza, donde señalaron que no es estar en contra del proyecto, sino en favor de que se hagan bien y se respete el ambiente y los pueblos.
Durante su participación, Manuel Molano especialista del Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO), insistió en que el proyecto del Tren Maya no debería avanzar hasta contar, además de los estudios de impacto ambiental, con el diagnóstico sobre los efectos ambientales, económicos y sociales que tendrá, en ese sentido, destacó la importancia de saber los efectos que este proyecto dejará en una región con al menos 49 zonas arqueológicas, decenas de áreas de conservación natural y con ecosistemas frágiles.
“Antes de aventarnos con una cosa de estas, hay que hacer los estudios de impacto ambiental, es importante revisar la experiencia de país como Costa Rica que tiene un gran esquema de ecoturismo sustentable”, y agregó que se revise el tema de los aforos, es decir, a cuánta gente va a beneficiar, cuántos se movilizarán por medio de este tren, y ejemplificó con lo que sucede con el Tren Cholula-Puebla, donde lo que falta, dijo, es gente.
El especialista de IMCO insistió en la necesidad de revisar y cumplir con todo lo requerido para proyectos de este tamaño, para evitar casos como el Tren Interurbano México-Toluca, el cual ha rebasado su costos original en un 90 por ciento, lleva una retraso de poco más de un año, además de que la obra se ha desarrollado con poca transparencia.
Señaló que, hacer obras en función de pronósticos imprecisos deriva en riesgos financieros y económicos, y si en este Tren Maya, dijo, no se invierte en capital humano, conectividad con otros mercados, seguridad y desarrollo en las regiones que cruzará, no será redituable y su beneficio social “se evaporará”, como ya le ocurrió al Tren México-Toluca.
Alertó qué tal vez no se pueda cumplir con lo proyectado, pues detalló que de acuerdo al trazo que se conoce sobre el Tren Maya, el cual aun no está definido, cruzará mil 525 kilómetros de vía, en zonas donde faltan vías en más de 900 km.
Se prevé que esté listo en cuatro años lo que, advirtió, es muy probablemente no se cumpla, si se toma en cuenta la experiencia del Tren México-Toluca; y finalmente agregó que es posible que el costo proyectado de entre 125 mil y 150 mil millones de pesos, también sea rebasado.
En tanto, César Edgardo Rodríguez, director de Análisis e Indicadores Ambientales de la Secretaría del Medio Ambiente (Semarnat), indicó que es preciso una planeación adecuada del proyecto, para verificar que tenga el menor impacto posible en los ecosistemas por los cuales cruzará.
En ese sentido, la bióloga, María del Carmen Carmona indicó que el Tren Maya no será un proyecto sencillo, y menos desde el punto de vista ambiental, y coincidió en que si no se construye conforme a la norma, será susceptible de ser impugnado legalmente por las comunidades y ciudadanos que viven en esa región.
En su intervención, Gustavo Alanís del Centro Mexicano de Derecho Ambiental A.C., indicó que en proyectos como este, se deben hacer consultas por ley, no como las que realiza el actual Gobierno federal, sino porque están establecidas en la Constitución.
Al respecto refirió que la primera que se tiene que hacer es una consulta indígena que no se puede minimizar, no solo porque está establecido en la Carta Magna, sino también porque se tiene que cumplir con el acuerdo 169 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT).
Explicó que dicho acuerdo establece que estas consultas se tienen que hacer a las comunidades y pueblos indígenas cuando haya obras o actividades que puedan causar algún beneficio o perjuicio a las comunidades de estos lugares; y también se tiene que consultar cuando en éstas se va a llevar una explotación de recursos naturales.
“Las consultas tienen que cumplir con una formalidad y tienen que cumplir con un procedimiento, no solo es ‘vamos a hacer una consulta y a ver qué dice la gente’, tienen que ser libres, previas, informadas, culturalmente adecuadas, entre otros”. Sostuvo que en proyectos de gran importancia como el Tren Maya se deben de cumplir los procedimientos porque así es como se debe de hacer, de lo contrario se dan elementos y herramientas para que alguien impugne, tal vez no el proyecto, pero sí los procedimientos, lo que puede detener la obra.