
Impulsa Mario Delgado trabajo con estados para transformar educación
CIUDAD DE MÉXICO, 29 de junio de 2025.- En México, de 60 a 70 por ciento de los sistemas forestales son propiedad de ejidos, comunidades indígenas, cooperativas, de tal manera que, si se trabaja con ellos, es posible tener información científica formal y útil, y romper la asimetría ambiental, consideró el exrector de la UNAM, José Sarukhán Kermez.
Las naciones de América Latina tienen el mejor conocimiento sobre uno de los elementos fundamentales del cambio ambiental: la biodiversidad; el saber de su manejo está en las comunidades originarias con las que se puede laborar para su conservación, argumentó.
El recién nombrado Caballero de la Legión de Honor de la República Francesa afirmó lo anterior al participar en el encuentro “Perspectivas de la Ecología en América Latina”, realizada en el auditorio del Jardín Botánico de la UNAM.
Lo que necesitamos es fortalecer nuestros grupos que pueden identificar cómo manejar, conservar, restaurar y utilizar sustentablemente los ecosistemas que tenemos en nuestros países, insistió.
En la primera mesa titulada Historia de la Ecología en LATAM, el también miembro de El Colegio Nacional propuso establecer becas para los estudiantes, similares al programa Erasmus Mundus, de Europa, que favorece el intercambio.
Además, explorar la posibilidad de implementar una Red Latinoamericana de Universidades para obtener buenos grados en Ecología; eso sería un logro grande y duradero, subrayó.
Colaboraciones simétricas
En tanto, Ana Barahona Echeverría, miembro de la Junta de Gobierno de la UNAM, coincidió en la necesidad crear redes de cooperación, pero no para generar ciencia regional como punto de análisis, sino cambiar la perspectiva sobre cómo circulan las prácticas científicas, las personas, las revistas, con el fin de entender el papel de los científicos latinoamericanos o de las instituciones en la producción del conocimiento global.
La coordinadora del Seminario Universitario de Historia, Filosofía y Estudios de las Ciencias y la Medicina añadió: Tenemos que empezar por reconocer que no somos una periferia, así como la importancia que tiene en este momento y en un futuro seguir desarrollando las ciencias ambientales para darle visibilidad a la región como parte importante por su biodiversidad y los instrumentos científicos, académicos, etcétera.
Los países latinoamericanos no tenemos tantos recursos e infraestructura para realizar experimentos de laboratorio. Por ello, es importante establecer colaboraciones simétricas, así como reconocer las aportaciones a la ciencia internacional y a la globalización del conocimiento en ecología, en este caso.
A su vez, Thomas Lewinsohn, investigador de la Universidade Estadual de Campinas de Brasil, se pronunció por establecer vínculos de trabajo, especialmente sur-sur (de América y África).
De acuerdo con el ecólogo, no hay una fórmula lista, lo que necesitamos es aprovechar lo que existe y buscar los términos comunes en ese momento para Latinoamérica, África y el sur de Asia con quienes compartimos problemas.
Lewinsohn detalló que la ventaja en las naciones como las latinoamericanas es que se cuenta con un amplio conocimiento tradicional de la biodiversidad que tienen las comunidades indígenas; el problema es quién representa legítimamente los derechos de ese saber.
Precisó que en Brasil se han realizado debates sobre el tema, y aunque se presentan grupos de trabajo no es sencillo identificar con quién se puede negociar su transferencia, especialmente cuando buscamos desarrollar ciencia para el mundo.
Al hacer uso de la palabra, Laura Yahdjian, investigadora de la Universidad de Buenos Aires, Argentina, destacó que las instituciones de América Latina laboran con tres factores fundamentales: diversidad, inclusión y equidad. Si los tenemos como norte en las investigaciones en ecología y la producción de la ciencia, estaremos bien.
La profesora de la Facultad de Agronomía resaltó que no se necesita una ciencia local, lo importante es la diversidad, el conocimiento que generamos de las problemáticas y las realidades que tenemos. Solo al incluirla podremos seguir fortaleciendo la ecología para que sirva como ciencia, a fin de resolver los problemas ambientales actuales tan acuciantes en nuestro planeta.
Al final, debe generar la mejor ciencia y herramientas para aumentar el bienestar de la población y la equidad socioeconómica, aseveró la también presidenta de la Asociación Argentina de Ecología.