Con cambio profundo de régimen, Anaya busca romper pacto de impunidad

CIUDAD DE MÉXICO, 28 de marzo de 2018.- Al firmar los ejes programáticos del gobierno de coalición, el candidato presidencial de Por México al Frente, Ricardo Anaya, aseguró que van por un cambio profundo de régimen que implica romper el pacto de impunidad.

«No va a haber venganza pero sí va a haber justicia y quienes la hayan hecho la van a pagar», advirtió el panista arropado por los dirigentes nacionales, militancia y candidatos locales.

Anaya Cortés considera que este cambio de régimen implica un gobierno de coalición que garantice que nunca más una sola persona destruya las ilusiones de otras.

Según el candidato del Frente, la figura de gobiernos de coalición que proponen está inspirada en las mejores prácticas a nivel internacional, como Chile donde estuvieron platicando con los dirigentes de la transición de ese país después de un régimen dictatorial de Pinochet.

O incluso también Alemania, que refirió que hace poco se reunió con la canciller Angela Merkel, quien ha logrado tres veces integrar un gobierno de coalición.

«Sí se puede sentarse a la mesa a dialogar cuando se entiende que el país está encima de cualquier interés», enfatizó Anaya.

Y el dirigente nacional del PRD, Manuel Granados, refrendó el compromiso de los partidos que integran la coalición Por México al Frente y de los candidatos a la Presidencia y al Congreso de la Unión de que, una vez electos por el voto popular el próximo 1 de julio, trabajarán por la conformación de un gobierno de coalición como primer paso para lograr el cambio de régimen político en el país.

El aspirante del Frente a la Presidencia de la República, Anaya Cortés, deberá optar por un gobierno de coalición con un gabinete en el mismo sentido.

El jefe de Gobierno de la Ciudad de México, Miguel Ángel Mancera, se ratificó como parte del equipo de coalición y dijo que esta convocatoria no es un evento más, sino un banderazo para una de las tareas que serán fundamentales en el cambio de régimen de un presidencialismo monárquico que está caduco y requiere de una transformación que pide la gente.