Morenistas, enterradores de democracia: Noemí Luna
CIUDAD DE MÉXICO, 13 de noviembre (Quadratín México).- El Congreso aprobó una reforma laboral “mocha”, toda vez que el Senado determinó devolver a la Cámara de Diputados, para una nueva discusión y votación, los artículos 388 BIS y 390, relativos a la titularidad de los contratos colectivos del trabajo.
Por tanto, el Senado envió al Ejecutivo, para su promulgación y publicación en el Diario Oficial de la Federación el resto de los artículos aprobados por consenso en ambas cámaras, incluidos aquellos que fueron replanteados por la Cámara de Diputados, como el 371, relativo a elección de las dirigencias sindicales por voto directo y secreto y por voto indirecto a mano alzada, así como el 373 referente a la rendición de cuentas por parte de los líderes de los gremios.
Lo anterior en el marco de un ríspido debate, cargado de ironías entre los legisladores de las distintas fuerzas políticas, e incluso entre senadores del PAN, como el caso de Javier Corral y Héctor Larios quienes adelantaron que irían en contra del dictamen emitido por la Cámara de Diputados, por lo que fueron acusados por su compañero de bancada Raúl García de pretender protagonizar “una falsa gallardía”.
Así, lo que parecía sería una soso trámite legislativo, por lo que incluso el senador petista Manuel Bartlett reprochó que el PAN y el PRI usaran la “aplanadora” del voto para impedir el debate, se transformó en un amplio debate.
El primero en “levantar ámpula” fue el senador panista Javier Corral, quien anunció que votaría en contra del dictamen remitido por la Cámara de Diputados, particularmente en lo concerniente a los artículos sobre democracia y transparencia sindical, en un acto de congruencia, ética y convicciones.
Y en este contexto, Javier Corral emitió un airado reproche a los diputados del PAN: “La minuta que la Cámara de Diputados aprobó el 28 de septiembre mutiló la iniciativa del presidente, el 23 de septiembre –en el Senado lo resarcimos, pero ahora –los diputados del PAN- no sólo se han apartado de la iniciativa presidencial, sino de ellos mismos, porque han consentido una redacción tramposa –de los artículos 371 y 373-, no sé las motivaciones de esto”, pero pierde el objetivo de la democracia y transparencia sindical.
En respuesta, el también senador panista Raúl Gracia Guzmán exigió que no recurrieran a falsos protagonismos: “No es válido que vengan a la tribuna a denigrar este artículo –el 273- sin siquiera argumentar al menos gramaticalmente que no garantiza plenamente que la mayoría de los sindicatos tendrá oportunidad de elegir a sus dirigencias por voto secreto, cuando si leen con metodología, queda claramente establecido por esta redacción que se concede al sindicato la garantía del voto secreteo”.
Por su parte, el senador Héctor Larios Córdova adelantó que la fracción del PAN votaría junto con el PRD a favor de que se resarcieran los artículos 388 BIS y 390 (eliminados por la Cámara de Diputados), concernientes a la defensa de los derechos de los trabajadores de elegir libremente al sindicato que tenga la titularidad del contrato colectivo del trabajo.
Tras la discusión y la votación en lo particular, se suscitó un debate entre el presidente de la Mesa Directiva, el panista Ernesto Cordero con el coordinador de la fracción del PRD, Miguel Barbosa y el senador petista Manuel Bartlett, quienes argumentaban que era contra la Constitución que el Senado enviara al Ejecutivo los artículos aprobados por consenso, cuando el artículo constitucional 72 en su apartado “E” refería con claridad que el dictamen completo debiera remitirse a la Cámara de Diputados.
Apuntaron además que el Senado no puede ser supeditado a los acuerdos de la Cámara de Diputados, sino que debiera de debatir y, en consecuencia, votar si aceptaba o no el planteamiento de mandar al Ejecutivo el articulado aprobado por consenso, para su promulgación y publicación.
Finalmente se sometió a votación y se determinó devolver a la Cámara de Diputados los artículos 388BIS y 390, a fin de que sean nuevamente discutidos y votados; el resto de la reforma laboral fue enviada al Ejecutivo federal para que este proceda en consecuencia.
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