Capturas en Edomex, contra red de apoyo municipal a delincuencia: SSPC
CIUDAD DE MÉXICO, 22 de noviembre de 2019.- En el mar, en el aire y en la tierra, se encuentra el compromiso de servir a la Nación, pero no solo es la encomienda sino también la inspiración de los elementos de la Secretaría de Marina Armada (Semar) de México.
Cada 23 de noviembre se celebra el nacimiento de lo que fue la Marina de Guerra Mexicana, que logró hacer efectiva la rendición de las tropas españolas que se resistían a reconocer la Independencia de México.
La Marina nació así en pie de lucha, siendo su primera misión de guerra enfrentar al último grupo español, al que desalojó el 23 de noviembre de 1825 tras un intenso bloqueo naval, de acuerdo a los antecedentes que registra la Unidad de Historia y Cultura Naval y Subjefatura de Investigación Histórica e Integración del Acervo Histórico de la corporación.
Desde entonces, la historia de la Armada ha sido parte importante de la evolución del Estado, formando militares profesionales con disciplina y claridad en sus misiones encaminadas a proteger la libertad y la seguridad de todos los mexicanos.
Durante la Ceremonia de Entrega de Condecoraciones y Ascensos a las Fuerzas Armadas del pasado 20 de noviembre por el inicio de la Revolución Mexicana, el almirante Rafael Ojeda Durán, titular de la Semar, refrendó el compromiso de servir al país.
«Somos hombres y mujeres al servicio de la Nación, siempre leales al presidente de los Estados Unidos Mexicanos, quien es el Comandante Supremo de las Fuerzas Armadas, siempre leales al licenciado Andrés Manuel López Obrador, y con ello al pueblo de México, y a su voluntad expresada democráticamente”, expresó en Palacio Nacional.
Este año se conmemora el 194 Aniversario de la Consolidación de la Independencia Nacional, y con ello un Día de la Armada de México más, multiplicando las anécdotas, y escribiendo la permanencia en la historia de la institución.
Nace vocación desde infancia
Para el capitán de Fragata Héctor Fabián Cortés Álvarez, la sensación de salvar la vida de un niño en su infancia, fue parte de lo que detonó formarse en la Secretaría de Marina Armada (Semar) de México.
Nacido en el puerto de Veracruz, su meta siempre fue clara, formar parte de la Marina; ahora, luego de 23 años de servicio en activo, recuerda una de las experiencias que lo hicieron encaminar su educación dentro de la corporación.
«Ya desde niño traía el servicio, de apoyar a los compañeros, recuerdo cuando en un río se andaba ahogando un amigo y tontamente fui el único que se metió y casi me ahoga pero me fui al fondo y lo empujé, hasta que tocó el piso», relata en entrevista, en las instalaciones de la Semar en la alcaldía Coyoacán.
Héctor Fabián Cortés Álvarez es capitán de Fragata del Cuerpo General, piloto helicopterista diplomado del Estado Mayor, y aun cuando reconoce esa añeja experiencia como una travesura que ni sus padres conocen, comparte que hacerse la pregunta de por qué incorporarse a la Marina es de una compleja respuesta.
«Es una pregunta difícil de hacerse a sí mismo, ¿por qué entré a la Armada?, yo creo que es algo que ya se trae, y cuando entra uno a esa edad a la Escuela Naval, y te das cuenta del esfuerzo lo que representa no solamente desear entrar sino quedarse y terminar los estudios, y graduarse, es cuando se da uno cuenta que se trae ese deseo de servir, de apoyar en algo a tu país de una manera tan activa como lo ofrece la Armada de México”, profundizó.
Recorriendo el país desde Veracruz, pasando por la costa de Michoacán en el puerto de Lázaro Cárdenas, como lo demanda la Marina, el Capitán recuerda diversas anécdotas, como el caso de una familia en Ensenada, Baja California, que le tocó salvarles de morir ahogados por las intensas lluvias.
«Son muchas experiencias, es una satisfacción tan grande, estuve volando en un Escuadrón de Búsqueda y Rescate, y el extraer gente de la mar, que ya se daban por perdidos y de repente aparece el helicóptero de la Marina, para nosotros es un día más de trabajo pero para ellos fue un antes y un después”, recordó.
«La manera en que te lo agradecen, con los ojos llorosos, y entiendo la emoción de ellos y sus familiares, cuando sacamos a una familia de Ensenada que estaban las lluvias muy fuertes, salieron de la cabaña porque el agua estaba llegando de los arroyos en la montaña, y en vez de ayudarse se metieron más y se perdieron, entonces cuando los encontramos y pudimos rescatarlos, son cuestiones muy emotivas”, detalló.
El servicio a la Nación es cosa de todos los días, salvar vidas forma parte de su quehacer cotidiano, por lo que el capitán Cortés, sabe que en sus manos está la diferencia, con el procedimiento de trabajo para ubicar a las personas, aproximarse, calcular con precisión la intensidad de la lluvia, la dirección y fuerza del viento, entre otros detalles indispensables a considerar en un rescate exitoso.
«Para nosotros el procedimiento puede ser más frío pero esa gente allá abajo está viendo que le van a salvar la vida a su familia, entonces cuando ya termina y logras sacarlos y bajarlos en el área de seguridad donde está el cuerpo de rescate viene la otra parte, ves la emotividad y te das cuenta de lo que hiciste y es una satisfacción bastante grande”, relató emocionado.
La formación que ofrece la Semar es única, si bien reconoce que hay distintas maneras de servir al país, sabe que tomó el camino correcto, puesto que de su generación donde entraron 250 personas, solamente se graduaron 74, tendencia que persiste dentro de la institución.
«Si ya tienen la curiosidad búsquenlo, no va a haber decepción de ninguna manera, no significa ser superiores, pero se deben tener las características correctas para este medio y ser exitoso en esto”, dijo.
«Son cinco años de una formación militar profesional, porque salimos como ingenieros y es algo muy enriquecedor en tu vida, tanto personal como profesional, es mucho lo que da la Armada de México al país y a los que servimos dentro, nos llena de una historia, de una vida completa llena de todo tipo de satisfacciones”, compartió.
Hereda inspiración Marina
Leslie Pineda Ortiz es madre de familia y técnico de aviación, si bien reconoce que es raro que una mujer trabaje con herramientas y las manos llenas de grasa, destaca el compañerismo de los elementos con los que trabaja y que hacen de la Secretaría de Marina Armada (Semar) de México una hermandad.
Nacida en la alcaldía Coyoacán, en la Ciudad de México, la cabo Pineda heredó de su familia la disciplina y la vocación de servicio, por lo que a los 19 años de edad tomó la decisión de enlistarse.
Con su madre, actualmente en situación de retiro, y su hermano quien permanece en servicio, considera que fue una evolución natural el querer formar parte de la Marina.
La cabo en aeronáutica naval, técnico en electrónica de aviación, se ha desempeñado en el área administrativa y operativa, con un respaldo absoluto de sus compañeros.
«La que más me ha gustado es la de aviación naval, me llamó más la atención porque mi hermano me había hablado de lo que son los aviones, un servicio de mantenimiento de una aeronave”, recuerda en entrevista.
Ahora tras ocho años de servicio y con 27 de edad, como esposa de otro marino y con dos hijas, Leslie Pineda Ortiz sigue formándose en la Semar y cumpliendo las misiones que le encomiendan.
“Es raro ver a una mujer trayendo un desarmados, llenándose las manos de grasa pero es una experiencia muy bonita, el personal masculino nos apoya bastante, no nos hace a un lado, somos muy unidos en todos los servicios y cuerpos, entre todos nos cuidamos”, apuntó.
La vida cotidiana del personal de la Marina comienza con actividades físicas, en el caso de la Cabo arranca su día a día a las 7 de la mañana.
“Comenzamos con deporte, deporte controlado, sigue el aseo y después de dos o tres horas, nos incorporamos a hacer faenas, el mecánico de aviación se complementa más en el área del servicio de la máquina, en hacer un check de vuelo, prevuelo o postvuelo”, explicó.
En los vuelos para las misiones que le han encomendado, ya tuvo la experiencia de formar equipo con el capitán de Corbeta Ricardo Valentín Coronado, su esposo, en un operativo de inspección en las Islas Revillagigedo, localizadas en el océano Pacífico y parte del estado de Colima.
Entre aviones de ala fija, y de ala rotativa que son los helicópteros, transcurre su trabajo, cada elemento se especializa en un área específica pero en todas debe permanecer la actitud de servicio a la Nación.
Reconoce que formar parte de la Marina es gran motivo de orgullo, porque la entrega a la corporación se ve recompensada en todas las satisfacciones que ofrece.
“La institución es muy noble, recordemos que la gente de mar es gente del pueblo, tenemos que reconocer a la Institución porque nos ha apoyado no solo como personal militar, sino en el ámbito de la familia y la familia naval, es un gran orgullo pertenecer a la Armada de México”, expresó con una sonrisa.