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Refirió que el índice de cartera vencida en los últimos 15 años se ha incrementado de forma exponencial, y los bancos o instituciones de crédito se ven en la necesidad de exigir el pago de las deudas mediante empresas de cobranza.
Explicó que si bien es cierto están en su derecho de exigir el pago de la deuda, también resulta cierto que las formas y acciones que toman no son las más adecuadas para esos fines.
También refirió no estar de acuerdo sobre las formas “agresivas” de exigir el pago por parte de las empresas de cobranzas, pues dijo que generalmente recurren a la intimidación mediante argumentos legaloides inexistentes.
Los deudores son intimidados con el argumento de que en caso de no pagar sus deudas, podrán inclusive embargar a vecinos o familiares los bienes suficientes que salden esa deuda, lo que desde luego aseguró, no es posible, sino mediante la tramitación de un juicio previamente establecido en las leyes y normas que nos rigen.
Detalló que el incremento de la cartera vencida se da por diversos factores como el cobro excesivo de intereses (ordinarios o por morosidad) que se generan por la obtención de un crédito, la mala educación financiera, y la indiscriminada emisión de tarjetas de crédito.
Asimismo, por los créditos personales y mala administración de los ingresos y egresos tanto de las personas como de las empresas, consideró la directora comercial de la reparadora Consolídate.
Respecto a cómo funciona una reparadora, Liz Mendoza explicó que las deudas de “nuestros clientes son pagadas directamente con el dinero que el cliente aporta y guarda en una Sociedad Cooperativa de Responsabilidad Limitada (SC de RL) de forma periódica, el pago se comprueba mediante la carta de liquidación de la deuda que los acreedores envían al cliente.
Las reparadoras funcionan con la intervención de diversos tipos de agentes que facilitan una mediación entre él o los bancos, ante los cuales, el deudor tiene obligaciones crediticias con la finalidad de llegar a un arreglo amigable en cuanto a la deuda que se tiene insoluta.
Explicó que se establece un canal de comunicación con la única y estricta responsabilidad de obtener un beneficio para el deudor, que se vea reflejado de manera fehaciente en la reducción del monto y plazo de la deuda.
Todo esto, agregó, es logrado con la intermediación de diversos tipos de agentes que permiten un acercamiento real y propositivo entre los deudores y los acreedores.
Sobre la diferencia que hay entre una reparadora y una empresa de cobranza, dijo que “básicamente estriba en las practicas con las cuales se busca la liquidación de una deuda, máxime que las empresas de cobranza son contratadas por los bancos para exigir un dinero adeudado”.
En cambio, añadió, “empresas como la nuestra” es contratada por los deudores, quienes buscan una salida para arreglar su problema económico y dejar atrás el adeudo que se tiene, lo que desde luego les beneficia toda vez que no tendrán más contacto con las empresas de cobranza.
En un comunicado de la empresa, precisó que la figura de las reparadoras de crédito o reparadoras crediticias son de reciente creación, no obstante en Europa y América del Norte, funcionan desde hace al menos 20 años.
Señaló que pese a que son un ente de relativa creación, gozan de gran valía y aceptación en la mayoría de la población, toda vez que son empresas privadas que tratan de contrarrestar el cobro excesivo y el abuso con que son tratados los deudores de la banca.
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