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CIUDAD DE MÉXICO, 20 de diciembre de 2020. — A cuatro días de la Nochebuena, durante el rezo del Ángelus de este domingo, el Papa Francisco advirtió que “el consumismo ha secuestrado la Navidad” por lo que invitó a imitar la generosidad de la Virgen María para prepararse mejor en estas fiestas.
En primer lugar, el Santo Padre invitó “para que Jesús nazca en nosotros, preparemos el corazón, vayamos a rezar, no nos dejemos llevar por el consumismo: debo comprar los regalos… esa frenesí de hacer cosas, ¡lo importante es Jesús!”, según refiere la Agencia Católica de Informaciones.
“El consumismo, hermanos y hermanas, nos ha secuestrado la Navidad. El consumismo no está en el pesebre de Belén, está la realidad, la pobreza, el amor”, afirmó.
En esta línea, el Pontífice exhortó a vivir la solidaridad con los más necesitados y sugirió que “en estos tiempos difíciles, en lugar de quejarnos de lo que la pandemia nos impide hacer, hagamos algo por los que tienen menos: no el enésimo regalo para nosotros y nuestros amigos, sino para una persona necesitada en la que nadie piensa”.
Imitar a la Virgen María
Al reflexionar en el pasaje del Evangelio del cuarto y último Domingo de Adviento del Evangelio de San Lucas que relata la Anunciación del arcángel Gabriel a la Virgen María, el Santo Padre alentó a preparar “el corazón como el de María, libre del mal, acogedor, dispuesto a acoger a Dios”.
En este sentido, el Papa destacó que la respuesta de la Virgen María “Hágase en mí según tu palabra” es “la invitación a dar un paso concreto hacia la Navidad. Porque si el nacimiento de Jesús no toca nuestra vida, la tuya, la mía, pasa en vano”.
“Que la Virgen nos ayude a decirlo con nuestra vida con la actitud en estos últimos días para prepararnos a la Navidad”, animó el Santo Padre.
Asimismo, el Pontífice destacó que el anuncio que recibió María parecía “un anuncio de alegría pura, destinado a hacer feliz a la Virgen” porque las mujeres de esa época soñaban con convertirse en la madre del Mesías.
Sin embargo, el Santo Padre recordó que “junto con la alegría, esas palabras predicen a María una gran prueba. ¿Por qué? Porque en aquel momento estaba ‘desposada’ con José, no estaba casada” y agregó que “en una situación como esa, la Ley de Moisés establecía que no debía haber relación ni cohabitación. Por lo tanto, si tenía un hijo, María habría transgredido la Ley, y las penas para las mujeres eran terribles: se preveía la lapidación”.
“Ciertamente el mensaje divino habrá colmado el corazón de María de luz y fuerza; sin embargo, se encontró ante una decisión crucial: decir ‘sí’ a Dios, arriesgándolo todo, incluso su vida, o declinar la invitación y seguir con su camino ordinario”.
De este modo, el Santo Padre se detuvo en el famoso fiat de María con la expresión “Hágase en mí según tu palabra” para destacar la respuesta generosa que “no es una resignación” y explicó que “no expresa una aceptación débil y desganada, sino que expresa un deseo fuerte y vivo. No es pasiva, sino activa. No sufre a Dios, se adhiere a Dios. Es una enamorada dispuesta a servir a su Señor en todo e inmediatamente. Podría haber pedido más tiempo para pensarlo, o más explicaciones sobre lo que pasaría; quizás podría haber puesto algunas condiciones… En cambio, no se toma tiempo, no hace esperar a Dios, no aplaza”.
“¡Cuántas veces nuestra vida está hecha de aplazamientos, incluso nuestra vida espiritual! Por ejemplo, sé que me hace bien rezar, pero hoy no tengo tiempo, mañana, aplazamos las cosas; sé que ayudar a alguien es importante, si debo hacerlo, lo haré mañana. La misma cadena de aplazamientos”, advirtió el Papa.
Por último, el Santo Padre concluyó que “a las puertas de la Navidad, María nos invita a no aplazar, a decir sí” y reconoció que “cada ‘sí’ cuesta, pero siempre es menos de lo que le costó a ella ese valiente y decidido ‘sí’, ese “hágase en mí según tu palabra” que nos trajo la salvación”.