Presupuesto y fiscalización/David Colmenares Páramo
LOS CANDIDATOS DEBEN GENERAR SU PROPIA AGENDA, PORQUE AMLO, DESDE HACE TIEMPO, YA SE LOS COMIÓ
Lo hemos dicho en este mismo espacio. Ahora que comienzan las campañas electorales, sería bueno que los candidatos presidenciales generen su propia agenda, pues hasta ahora, la única agenda pública, y por cierto muy polémica, es la que está imponiendo Andrés Manuel López Obrador.
Todos sabemos y el INE así lo ha explicado que las campañas políticas tienen el propósito de dar a conocer a los candidatos de los partidos, su persona, visión social, política y económica. Pero de los seis candidatos presidenciales –tres formales y tres independientes– que se encuentran en busca del voto para acceder al poder, el más aventajado es Andrés Manuel López Obrador, con más de 18 años de peregrinar por el país. No podemos descartar por ahora a Jaime Rodríguez El Bronco y a Armando Ríos Peter.
En los últimos meses, los mexicanos hemos sido testigos del empleo de estrategias de campaña que atacan a algunos de los candidatos, para desacreditarlos como personas confiables–y en realidad no lo son—por lo que no pueden asumir la Presidencia de la República. Ejemplos sobran, es el caso de investigaciones sobre lavado de dinero que se imputan a Ricardo Anaya Cortés; o la no militancia partidaria de José Antonio Meade y el supuesto estancamiento de su campaña y la resistencia de López Obrador para debatir con los otros candidatos.
Después de la visita de Andrés Manuel López Obrador a la televisora de Milenio — en dónde por cierto “el árbitro” Carlos Marín, se comportó más priísta que el propio Meade–, donde amenazó con echar para atrás las reformas educativa y la energética y también el nuevo aeropuerto de la Ciudad de México, los otros candidatos y otros actores políticos se dedicaron a contradecirlo y atacarlo, mientras que algunos Kamikazes lopezobradorsistas amenazaban de “muerte” algunos conductores de noticieros radiofónicos que discreparon con su candidato.
Lo nuevo de los discursos de López Obrador en los dos últimos años, son sus expresiones de conciliación con los grupos que antes agredió. Hoy dice que no habrá venganza, pero sí justicia, que habrá perdón, pero no olvido. Además, se acercó a los sectores de los que estuvo divorciado, como son empresarios y banqueros, a quienes metía al mismo costal con “la mafia del poder”. Para que el candidato de Morena fuera aceptado cada vez por más grupos, ha sido importante para llamar la atención de los sectores que antes lo veían con reservas. Para esto se alió con algunos empresarios como el neolonés Alfonso Romo, ex propietario del Grupo Imagen y ex accionista del periódico El Financiero.
Con respecto a la amenaza de López Obrador de que cancelará el proyecto y las obras de lo que será el aeropuerto de la Ciudad de México, entre otras razones, por la corrupción imperante en el otorgamiento de los contratos de obra, el vocero presidencial se ha visto más que ridículo defendiendo el proyecto de Peña Nieto. Según el ingeniero Javier Jiménez Espriú, quien fue propuesto por Andrés Manuel López Obrador para ocupar la Secretaría de Comunicaciones y Transportes si gana la elección, el proyecto del nuevo aeropuerto, ha subido de 169 mil millones de pesos a 250 mil.
El vocero Eduardo Sánchez, manifestó que en caso de cancelar el proyecto del Nuevo Aeropuerto Internacional de México (NAIM), como lo planteó Andrés Manuel López Obrador, se perderán 120 mil millones de pesos y 70 mil empleos, advirtió junto con Federico Patiño, director general del Grupo Aeroportuario de la Ciudad de México (GACM).
Este último explicó que actualmente llevan un avance aproximado de un 28 por ciento del proyecto y que se han invertido, hasta ahora, 40 mil millones de pesos, pero que al final del año la inversión será de 70 mil millones de pesos, y en caso de cancelarse, se perderá la inversión y se tendrían que pagar penas convencionales establecidas en el propio contrato por alrededor de 120 mil millones de pesos. ¿Usted les cree?
A mu juicio, el vocero debió defender a su jefe y al secretario de Comunicaciones y Transportes, de estar inmersos en la corrupción. Pero no lo hizo de manera directa y hasta ahora el vencedor de la batalla mediática ha sido AMLO.
¿Y Miguel Ángel Mancera?
Bien gracias. Ya se va.