
Poder y dinero
Los capitalinos esperarán los debates para saber quién gobernará y puede con el paquete
El Instituto Electoral de la Ciudad de México se alista para organizar tres debates entre los candidatos a la Jefatura de Gobierno y aprobó el calendario para llevarlos a cabo.
El IECM destacó que durante dichos debates se buscará la confrontación de ideas, posiciones y propuestas; además de implementar condiciones de igualdad entre todos los candidatos con y sin partido político.
Estos debates se efectuarán, el 18 de abril en las instalaciones del Canal Once del IPN, el 16 de mayo y el último el 20 de junio. Todos están programados a las 19:30 horas.
El organismo también tiene previsto realizar 16 debates para la elección de Alcaldías, uno por cada demarcación territorial; 33 para diputaciones locales de mayoría relativa y uno más para diputaciones locales de representación proporcional, aunque aún falta definir horarios.
Las reglas del juego son bastante claras. Por ejemplo, cada uno de los debates se podrán realizar siempre y cuando cuenten con la aceptación de por lo menos dos participantes; además que los demás contendientes hayan sido invitados a participar.
En ningún caso podrán excluir a ningún candidato por motivo de su género, origen étnico, nacional o cultural, religión, ideología, sexo, edad, diversidad funcional, profesión, condición social, económica o de cualquier otra índole.
Los candidatos deberán abstenerse de denigrar o calumniar a las instituciones, partidos políticos, candidatas, candidatos o personas en lo general. Agredir física o verbalmente a otros participantes, a las y los asistentes y a la persona que modere los ejercicios, ni tampoco utilizar lenguaje discriminatorio, sexista o no inclusivo.
La Ciudad de México, con un padrón estimado de 7.5 millones de electores, es –junto al estado de México–, un jugoso botín electoral y es la entidad clave para la consolidación de los candidatos presidenciales y de los propios partidos políticos, si es que pueden mantener el registro. De allí tanta basura propagandística.
Aquí el tema es que tanto Claudia Sheinbaum Pardo, de 55 años, científica de profesión y Alejandra Barrales Magdaleno, de 50 años, abogada y ex azafata, ambas surgidas de las filas del PRD, es que tanto podrán resolver los gravísimos problemas que enfrenta la capital mexicana.
Insisto. La cuestión es que ambas no han mostrado tener la fuerza para gobernar una ciudad tan grande y tan problemática como ésta, donde los principales problemas –agua, basura, inseguridad, violencia, hambre, desempleo, corrupción, servicios públicos, contaminación y los que se acumulen– van al alza.
Y no es solamente por la falta de gobernabilidad, ni tampoco se trata de menospreciar la capacidad de las mujeres. De ninguna manera. Solamente que ambas no han mostrado ser lo suficientemente eficientes en los cargos que han desempeñado y ambas tienen antecedentes de proteger actos de deshonestidad, entre familiares y colaboradores.
Las campañas en esta carrera electoral de la capital se están jugando en dos bandas. En la primera, los candidatos buscarán consolidar o incrementar el posicionamiento con el que cerraron el periodo de precampaña, donde las encuestas muestran que Claudia Sheinbaum va a la cabeza como ocurre en la carrera presidencial de Andrés Manuel López Obrador.
El segundo punto que tanto Barrales como Sheinbaum están buscando, es sumar los puntos de los candidatos que estarán peleando la Presidencia de la República. En este rubro el priista Mikel Arriola, es quien está en el fondo de las encuestas, y no ayuda en nada a José Antonio Meade.
Para Alejandra Barrales, su mayor fortaleza será contar con el mayor capital político y estructura del PRD. La estrategia que hasta ahora han llevado Sheinbaum, Barrales y Arriola seguida en los 60 días de la precampaña fue de contrastes. Los precandidatos actuaron, en muchos momentos, como espejos de lo que sus contrapartes presidenciales hicieron.
Desde 1997, el electorado capitalino mostró su lealtad a los gobiernos de izquierda, históricamente representados por el PRD; sin embargo, la precandidatura de Alejandra Barrales no llega con la misma fuerza política que el perredismo ha presumido en la ciudad. Barrales, en esta alianza con el PAN, más allá de sumar a sus aspiraciones, le ha costado al PRD el desgrane de sus bases, que ahora se refugian por cientos en Morena.
Veremos.