Teléfono rojo
“Los dichos de López Obrador presagian violencia y conflictos poselectorales y se prevé que Morena no obtendrá mayoría en el Congreso…”
Los dichos de Andrés Manuel López Obrador, a lo largo de sus prolongadas conferencias de prensa matutinas, están plagadas de insultos, descalificaciones, agresiones, defensas inauditas, mentiras y medias verdades, pero, sobre todo, de justificaciones ridículas acusando a los pasados gobiernos y a que él “tiene otros datos”, sobre la catástrofe de país en lo que tiene sumido.
Hemos visto y escuchado a lo largo de los meses, bajo el argumento de que el presidente de la República tiene el derecho de defenderse de las críticas y según él de los ataques “de los conservadores”, que como buen déspota, sus diatribas, insultos y amenazas fueron contra periodistas y analistas críticos; después, en contra de jueces de distrito, magistrados federales y ministros de carrera del Poder Judicial de la Federación por el hecho de que los primeros tuvieron la osadía de otorgar amparos y suspensiones en contra de su reforma eléctrica y, ahora, descalifica y agrede a los consejeros del Instituto Nacional Electoral y esté utilizando las vacunas y pensiones para adultos mayores como parte del botín electoral que Morena está utilizando para obtener votos en el próximo proceso electoral.
Pero no sólo eso, en sus cotidianos soliloquios, sus ataques e infundios no sólo trastocan el Estado de derecho que el mismo no quiere respetar, sino que ahora aboga por los morenistas Félix Salgado Macedonio y Raúl Morón, a quienes el Instituto Nacional Electoral les retiró sus candidaturas a las gubernaturas de Guerrero y Michoacán, respectivamente, por no presentar en tiempo y forma sus informes de gastos e ingresos de campaña, y calificó la falta como grave, de acuerdo a la legislación electoral vigente.
No obstante, que prácticamente obligó a los 32 gobernadores a suscribir un acuerdo nacional por la democracia, López Obrador señaló que “todos y todas nos comprometimos a garantizar elecciones libres, limpias y respetar la voluntad del pueblo». Sin embargo, dicho acuerdo, nació muerto, pues las conferencias de prensa mañanera se han convertido en un foro en donde el Ejecutivo Federal descalifica, insulta, agrede, ataca y amenaza a cualquiera que no coincida o no esté de acuerdo con sus posturas. Y, ahora, es el foro adecuado para arremeter en contra de los consejeros del INE.
Y como lo advertimos en este mismo espacio, el ambiente ha propiciado y presagian campañas políticas conflictivas, sucias y conflictos poselectorales. Es previsible que los candidatos perdedores del partido oficialista y sus rémoras aleguen fraude y ocurran movilizaciones de protesta, como las de Salgado Macedonio y Raúl Morón. Esto motivará que el Tribunal Electoral tendrá la última palabra y en aquellas entidades donde Morena pierda por estrecho margen habrá presiones para anular elecciones.
El propio presidente Andrés Manuel López Obrador reconoció que si la oposición gana la mayoría en el Congreso no permitirá que les quiten presupuesto a los programas sociales.
¿Le conviene al país un ambiente enrarecido en medio de una pandemia?
Pues yo creo que no. Y hablando de la pandemia, cuando como país hemos llegado a más de 213 mil muertos y han sido contagiados 2,305,602 personas. Llama la atención que, en la capital del país, llegó a un acumulado de 50,223 muertes confirmadas y con sospecha a causa del Covid-19, mismas que se han registrado en las actas de defunción de la Dirección General del Registro Civil. De acuerdo con el informe de exceso de mortalidad para residentes de la Ciudad de México, de marzo de 2020 al 18 de abril de este año, se han registrado 50,223 actas.
En ese sentido, especialistas del Sector Privado consultados por Banco de México elevaron su expectativa de crecimiento a 4.53 por ciento para el Producto Interno Bruto (PIB) en el 2021 e hilaron su quinta revisión mensual consecutiva al alza. En su encuesta mensual de expectativas, los resultados evidencian que los expertos consultados identifican como obstáculos al crecimiento la debilidad del mercado interno más la incertidumbre sobre la situación económica interna y la ausencia de un cambio estructural en México.
El nuevo pronóstico está lejos de 3.89 por ciento previsto en febrero; se convirtió en la tasa más alta de crecimiento económico esperada por los 37 especialistas consultados en al menos un año; se encuentra arriba de la expectativa que tenía el Fondo Monetario Internacional (FMI) en enero, de 4.3 por ciento; un pronóstico que probablemente revisarán al alza este martes, al divulgar su Panorama Económico Mundial, y se encuentra debajo de la estimación oficial, de 5.3 por ciento presentada en los Precriterios Generales de Política Económica para el 2022.
Después del cierre de 2020, en el cual la economía decrece un 9 por ciento, se estima un crecimiento económico para 2021 de 3.8 a 4 por ciento y la inflación mantendrá una tasa bajo control del 3.3 a 4.5 por ciento. No obstante, al amplio ajuste en las expectativas del mercado, para el año entrante prevén que la economía alcanzará una expansión de 2 por ciento.
Lo que es un hecho, es que en este oscuro camino hacia el próximo 6 de junio con campañas electorales en los que se renovarán más de 20 mil cargos de elección, que incluye la totalidad de la Cámara de Diputados, 15 gubernaturas, 30 congresos estatales y mil 900 ayuntamientos, entre otros, las agresiones, insultos, acusaciones mutuas infundadas y sin pruebas entre candidatos y entre contrincantes políticos, lamentablemente son el tono que prevalecerá por encima de las propuestas, como ya lo estamos constatando.
Y en este duro andar por el camino a la democracia, Lorenzo Córdova y los demás consejeros del INE, vituperados por AMLO y sus testaferros, han sido apoyados por cientos, quizá miles de ciudadanos. Por lo pronto, hay que esperar. Quien esto escribe, lo apoya.