Contexto/Fernando Ramírez de Aguilar L.

Hay que evitar la polarización y la violencia en las campañas; van 87 alcaldes asesinados en lo que va del sexenio

En el fragor de las campañas electorales, sobre todo, en las redes sociales, se dicen muchas cosas, inclusive estupideces. Y se lanzan hasta amenazas de muerte. Eso no está bien, pues cada día, conforme van avanzando las campañas, las amenazas de violencia e intolerancia crecen y se puede llegar al momento en que la polarización sea muy difícil controlarla.

Ejemplos sobran. Una mujer, que dijo que vivía en Estados Unidos, increpó en un avión al ex Presidente Vicente Fox Quezada, a quien le dijo que “el peje” no sólo le va a quitar su pensión, sino que “no se la va a acabar”. Y Fox, como siempre estúpido, le jaló el brazo y muchos de los pasajeros se solidarizaron con esta mujer que dijo que se había tenido que ir a vivir al norte de México, porque “aquí nos estábamos muriendo de hambre, porque ustedes –los políticos—todo se roban”.

Más allá de que esta señora tenga o no la razón y de que el ex panista reaccionara mal aduciendo de que se la envió López Obrador para molestarlo. El hecho es que, en otro suceso, algunos integrantes de la Coordinadora Nacional de Trabajadores de la Educación (CNTE) del estado de Oaxaca, haya violentado un evento el pasado fin de semana en Huatulco, de José Antonio Meade, son una clara muestra de que las cosas se están calentando y de que la violencia sigue creciendo.

Y si a esto le agregamos que haya periodistas y comentaristas de radio y televisión afines a los intereses de sus patrones y diariamente atacan todo lo que haga el tabasqueño, la cosa se va a poner al rojo vivo, pues hay entidades federativas que desde hace tiempo son controladas por grupos locales radicales que están ligados a grupos de la delincuencia organizada o de narcotraficantes, como es el caso de Guerrero.

Y esta violencia se ha reflejado en el hecho de que son, hasta ahora, 173 agresiones directas a políticos y al menos 78 asesinatos las cifras durante siete meses de proceso electoral en México: desde el 8 de septiembre de 2017, cuando se inició oficialmente el proceso electoral en el país, hasta el 8 de abril, según un informe de la consultora Etellekt.

La semana pasada, se conoció el asesinato de Maribel Barajas, candidata por el Partido Verde Ecologista en Michoacán, confirmó el Instituto Nacional Electoral (INE), mientras que el presidente municipal con licencia de Jilotlán de los Dolores, Jalisco, Juan Carlos Andrade Magaña –era candidato de Movimiento Ciudadano (MC) y buscaba su reelección–. fue ejecutado después de acudir a un velorio.

Durante el foro ‘Los retos y las amenazas a la seguridad durante las elecciones’, organizado la Universidad de las Américas de Puebla (UDLAP), Rubén Salazar, director general de Etellekt, dijo que las elecciones que se celebrarán el próximo primero de julio, son «las más grandes de la historia del país», pues hay más de 3,400 puestos en juego, y esto representa un serio desafío para el Estado mexicano en lo que se refiere a brindar seguridad a los aspirantes y actores políticos involucrados en estos procesos».

De acuerdo a datos arrojados en Tercer Informe de Violencia Política en México 2018, la consultora Etellekt, de las 173 agresiones en contra políticos, la mayoría fueron muertes (78 en total, con un asesinato doble) y amenazas e intimidaciones (49). Según Salazar ese punto es el que más ha aumentado en comparación con los informes anteriores. «Esto es importante porque aumentó muchísimo el número de amenazas y los actos de intimidación contra candidatos», señaló.

La violencia contra presidentes municipales se ha recrudecido durante el sexenio de Enrique Peña Nieto, según cifras de la Asociación Nacional de Alcaldes (ANAC), que asegura que en lo que va del sexenio pasado se registraron 87 asesinatos de alcaldes electos, en funciones y ex ediles.

Según la ANAC, que aglutina a más de 400 presidentes municipales de Acción Nacional, este tipo de violencia tuvo su pico más alto en 2017. Ese año se registraron 22 asesinatos de alcaldes -electos, en funciones y ex Ediles-, la cifra anual más alta de los últimos 10 años.

«Para la ANAC, la seguridad de los alcaldes es uno de los grandes temas que debe atenderse en aras de construir municipios con adecuada gobernanza municipal. Los asesinatos a servidores públicos son cada vez más frecuentes y numerosos», advierte la asociación en un documento interno fechado en marzo de este año. Los crímenes contra alcaldes electos y en funciones han golpeado a prácticamente todas las fuerzas políticas.

Tan sólo en lo que va del sexenio han sido ultimados integrantes del PRI, el PAN, el PRD, el PT, Morena, el Panal y Movimiento Ciudadano. Las entidades consideradas por la ANAC como de alto riesgo son Oaxaca, Michoacán y Guerrero. En estos estados, refiere, hay mayor riesgo a que sufran algún delito debido a su nivel económico, falta de recursos para seguridad y alto nivel de actividad criminal.

«Los ataques por parte de los cárteles contra jefes de Policía, políticos y funcionarios públicos, como son los alcaldes, ya sea en funciones, electos o ex alcaldes, están pensados como una forma de presionar al Estado para que evite la confrontación».

Esto no puede seguir así. En estas condiciones no se puede hablar de normalidad democrática, en estas condiciones no podemos hablar de un proceso electoral libre y mucho menos limpio y transparente. No se puede gobernar con boletas electorales manchadas de sangre. Esperemos que los candidatos ya no sigan fomentando el odio entre los distintos extractos sociales. Ni todos son Slim o Carlos Salinas, ni todos están con AMLO, o con Meade o con Anaya o con Margarita o con el Bronco o con …