Itinerario político/Ricardo Alemán
LA PANDEMIA Y LA ECONOMÍA XCIV…Preocupación por la inflación anualizada, el incremento en los precios de alimentos, bienes y servicios; el desempleo abierto y la nueva variante del virus.
En lo que va del año, la inflación en México, medida junto con el Índice Nacional de Precios al Consumidor (INPC), ha mostrado un comportamiento al alza que no se había observado en mucho tiempo. En octubre pasado, la variación mensual del INPC ascendió a 0.8 por ciento, el ritmo más elevado en 23 años. Este dato, implica una inflación anualizada de más de diez por ciento. Además, el aumento en el nivel de precios en octubre forma parte de una tendencia de inflación creciente.
Manuel Sánchez González, exsubgobernador del Banco de México y otros analistas reconocidos, reconocieron que la “severidad de este incremento se confirma con el hecho de que la variación del subíndice de precios subyacente, que excluye los genéricos más volátiles, alcanzó, en octubre, 0.5 por ciento, la tasa más alta para ese mes en 21 años. Ambas cifras son inmunes a las consideraciones comúnmente invocadas para minimizar la importancia de la inflación anual, tales como una ‘baja base de comparación’. En este caso, los aumentos referidos son independientes de lo que ocurrió doce meses atrás.
Desde enero de 2021, la variación anual del INPC ha ascendido hasta alcanzar, en octubre, 6.2 por ciento, la mayor tasa de los últimos cuatro años. La inflación anual ha reflejado, de forma cada vez más amplia, presiones generalizadas de precios y no de unos pocos bienes y servicios.
Algunos observadores han comentado, correctamente, que en octubre pasado México registró una inflación anual igual a la de Estados Unidos, sugiriendo con ello que se trata de un fenómeno global cuya importancia no debe magnificarse. Sin embargo, Manuel Sánchez González, consideró que el hecho de que otras naciones enfrenten también una inflación elevada no exime a México de padecer sus conocidas consecuencias adversas, como el riesgo de un freno al crecimiento económico y el incremento de la pobreza. Prácticamente desde el inicio del 2021, México ha presentado un fenómeno de crecimiento de precios y, evidentemente, un crecimiento del índice inflacionario. Esta inflación lleva a que la mayoría de los analistas pronostiquen que, en el año, se acumulará una inflación general cercana a 6.5 por ciento.
Adicionalmente, a diferencia de Estados Unidos, donde la inflación ha tendido a situarse por debajo de 2.0 por ciento anual durante varias décadas, en nuestro país las presiones inflacionarias han sido prolongadas, con raíces que anteceden a la pandemia del Covid-19.
Ese fenómeno inflacionario responde a causas diversas y complejas. Por un lado, existe una presión de energéticos, que de manera simplista en ocasiones se ha tratado de atribuir a las prácticas de las empresas dedicadas a la distribución por ejemplo del gas en nuestro país. Sin embargo, esta presión inflacionaria en energéticos se presenta en otras partes del mundo. Una de las explicaciones en ese sentido, se refiere a que el año pasado, al caer la actividad económica en todo el mundo, y consecuentemente al reducirse necesidades de consumo de combustibles y energéticos, se produjo una contracción de la producción y oferta de este tipo de bienes.
Al darse una recuperación económica a nivel mundial más acelerada de lo anticipado, muchos de los productores de materias relacionadas con el combustible y energéticos incluyendo el gas, no han logrado reactivar sus niveles de producción al mismo ritmo de la recuperación, lo que genera escasez y, consecuentemente incrementos en precios. Este fenómeno no es privativo sólo de México. España presenta también un crecimiento importante en el precio del gas que será grabado por la provisión de un invierno que acentuará la presión de consumo y consecuentemente el nivel de precios.
Mario Di Constanzo, analista financiero y extitular de la Condusef, estimó que tal y como ocurrió en el primer semestre de este año, a fines de este año se van a disparar los índices de morosidad en crédito al consumo, lo cual implica a tarjetas de crédito, así como a créditos hipotecarios.
En ese sentido, la tasa de desempleo en México se ubicó en un 3.9 por ciento de la población económicamente activa (PEA) en octubre de 2021, una cifra inferior al 4.7 por ciento del mismo mes en 2020, informó ayer el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi).
«En el mes de referencia, la población desocupada se estableció en 2.3 millones de personas e implicó una tasa de 3.9 por ciento de la PEA. Respecto al décimo mes de 2020 la población desocupada descendió en 288 mil personas y la tasa de desocupación fue menor en 0.8 puntos porcentuales», indicó el Inegi en un comunicado.
En cifras desestacionalizadas (sin factores coyunturales por temporada), la tasa de desocupación fue de 3.9 por ciento, un dato idéntico al de septiembre. «La tasa de desocupación abierta en México, que alcanzó un máximo de 5.4 por ciento durante la pandemia (junio 2020), se situó en 3.9 por ciento en octubre 2021, tasa igual a la del mes anterior y superior al nivel prepandemia (3.4 % en el último bimestre de 2019)», indicó el presidente del Inegi, Julio A. Santaella.
La PEA es de 58.7 millones de personas de 15 años y más, lo que representa una tasa de participación de 59.4 por ciento. Dicha población es superior en 3.4 millones respecto a la de octubre de 2020, cuando la pandemia forzó la salida de millones de personas del mercado laboral. Dentro de la PEA, la población ocupada se ubicó en un 96.1 por ciento en octubre de 2021.
La población subempleada, la que declaró tener necesidad y disponibilidad para disponer más horas de trabajo que las que su ocupación actual le permite, representó el 11.1 por ciento del total de la ocupada, un nivel inferior al índice de 14.9 del mismo mes de 2020. La ocupación informal en octubre de 2021 ascendió a 31.3 millones y situó la tasa en el 55.6 %, cifra inferior en 0.2 puntos porcentuales comparada con el décimo mes de 2020.
La población ocupada por sector de actividad se distribuyó de la siguiente manera: en los servicios el 42.9 por ciento del total; en el comercio el 19.8 por ciento; en la industria manufacturera el 15.9 por ciento; en las actividades agropecuarias el 12.4; en la construcción el 7.6. Además, en «otras actividades económicas» (que incluyen la minería, electricidad, agua y suministro de gas) se ocupó el 0.7 de la población activa, mientras que el 0.7 no especificó su actividad.
Además de más de 3.8 millones de contagios y casi 294 mil muertes, la cuarta cifra más alta del mundo, la crisis por COVID-19 provocó en México una contracción de alrededor de 8.2 por ciento del producto interno bruto (PIB) en 2020, y este año se prevé un repunte de 6 por ciento.
Según el Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS), la economía mexicana recobró 172 mil 668 empleos formales en octubre y tiene hoy 20 millones 767 mil 587 puestos, con lo que ya superó el nivel de trabajo formal previo a la pandemia.
Cuando ayer en Oaxaca una reportera le preguntó al presidente sobre esta variante Ómicron del virus SARS-CoV-2, que ya generó motivo de alerta por parte de la Organización Mundial de la Salud. ¿Qué expectativas se tienen en su llegada a México? Y si ¿Ya tiene usted algún reporte de que ya exista esta variante aquí?
López Obrador respondió: Me han estado dando información, pero se le está dando un seguimiento y se va a actuar como siempre, con mucha responsabilidad.
Pero sobre la posibilidad de que nuevamente haya cierre de actividades, respondió: No, no tenemos ese pronóstico, pensamos que nosotros hemos avanzado mucho en la vacunación y que seguimos vacunando, y vamos a intensificar todo el programa de vacunación. De eso voy a hablar pasado mañana en mi informe…Decirles a todos los mexicanos que estamos llevando a cabo un seguimiento, que no hay elementos para preocuparnos, no hay motivos de riesgo, de acuerdo con los reportes que me han entregado los especialistas. Que sí hay mucha información en los medios, que no debemos de espantarnos, porque hay bastante incertidumbre, información no confirmada, eso es lo que puedo decir, no hay todavía información sólida si esta variante es más peligrosa que las otras variantes, no existe eso, nada más que se detectó en Sudáfrica, pero no se sabe más: si va ampliarse, si va a llegar a todos los países, pero sobre todo el grado de peligro que represente, es decir, en cuanto a contagios y fallecimientos no hay todavía información.
Usted juzgue.