
De frente y de perfil
LA PANDEMIA Y LA ECONOMÍA CXLVIII…Los tres poderes de la Unión confrontados en el 106 aniversario de la promulgación de la Constitución.
La ceremonia del 106 aniversario de la promulgación de la Constitución de 1917 el pasado fin de semana en Querétaro, mostró enormes fisuras entre los tres poderes de la Unión. Una muestra de lo anterior fue lo que dijo la recién llegada presidenta de la Suprema Corte de Justicia de la Nación y del Consejo de la Judicatura Federal, la ministra de carrera, Norma Lucia Piña Hernández, quien exigió respeto a la independencia y a las decisiones de jueces, magistrados y ministros; en pocas palabras dejó entrever su malestar por los constantes ataques sin fundamento que afirma impunemente Andrés Manuel López Obrador en sus mañaneras.
La ministra Piña Hernández y Santiago Creel Miranda, presidente de la Cámara de Diputados, a quienes relegaron a la orilla de la mesa principal en el teatro de la República, evidenció una grave ofensa por parte del presidente Andrés Manuel López Obrador y sus colaboradores hacia los poderes Legislativo y Judicial en el día de la Constitución y los mensajes leídos entre los tres poderes fueron abismalmente encontrados.
En esta ceremonia, la ministra Norma Piña Hernández, molesta quizá por el agravio, no se paró a la llegada de López Obrador. Al respecto, el propio tabasqueño, justificó el hecho al decir:
“Yo creo que, porque estaba cansada o no quiso pararse la ministra presidenta de la Suprema Corte de Justicia, pero me dio mucho gusto porque eso no se veía antes, los ministros de la Corte eran empleados del presidente. Desde luego, en la formalidad, desde el porfiriato, se hablaba, ¿no?, de la división, del equilibrio entre los poderes, pero en realidad el poder de los poderes era el Ejecutivo. ¿Cuándo se había visto que se quedara sentado el presidente de la Corte en un acto así? Eso me llena de orgullo porque significa que estamos llevando a cabo cambios, es una transformación, ya no es el presidente el que le da órdenes a ministros, y también es un desmentido cuando de manera exagerada se habla de una dictadura, de una tiranía. (No mencionó cuando envía al secretario de Gobernación, Adan Augusto López a pedir favores).
Norma Piña Hernández había dicho ante la clase política reunida en Querétaro que “la independencia judicial no es un privilegio de los jueces, es el principio que garantiza una adecuada impartición de justicia para hacer efectivas las libertades y la igualdad de las y los mexicanos” y que “como ley suprema, la Constitución es un inmenso y muy poderoso manto protector de certeza, de confianza, de seguridad y, sobre todo, de unión entre las y los mexicanos”.
Ante gobernadores e integrantes del gabinete legal, el diputado Santiago Creel Miranda, expresó que hoy vivimos tiempos para coincidir y reconciliar, después vendrán los tiempos para competir en la arena política y electoral; “rectifiquemos, aún estamos a tiempo, no tenemos que repetir los errores del pasado”.
Dijo que la política es la conciliación de intereses encontrados y nuestra historia constitucional demuestra que el diálogo ha sido la piedra angular para la construcción de la República. Por ello, recordó que “aquellos constituyentes de 1917 superaron sus intereses de facción. Tuvieron la inteligencia y el carácter para pasar de los adjetivos hirientes a los sustantivos catalizadores de acuerdos. Transitaron de la diatriba al argumento y de las armas a la Constitución. El diálogo triunfó sobre la división y eso es precisamente lo que hoy celebramos.
El panista comentó que después de dos alternancias federales incuestionables, era de esperarse que hubiésemos arribado a un amplio consenso en torno a las instituciones y reglas electorales. Esto no es así, reconoció y nuevamente los acuerdos se frustran. Lo que debe resolver la política y el diálogo —y eso nos toca a nosotros—, incomprensiblemente el Tribunal Constitucional lo tendrá que dirigir. “Rectifiquemos, aún estamos a tiempo, no tenemos por qué repetir los errores del pasado. La política es también conciliación de intereses encontrados. Todos tenemos el derecho de defender nuestras creencias, ideologías y posiciones políticas. El límite es la Constitución, los tratados internacionales de los cuales México es parte y el respeto a la vida institucional del país”, precisó.
En su turno, Andrés Manuel López Obrador recordó que la Constitución de 1917 significó en su momento y hacia los años posteriores un parteaguas al establecer el derecho a la educación gratuita; la igualdad, la democracia, la defensa de los trabajadores del campo y la ciudad, el derecho de los campesinos a la tierra, el dominio directo de la nación sobre el subsuelo y el predominio del interés público.
Pese a que, en el periodo neoliberal, de 1983 a 2018, hubo retrocesos en cuanto a la defensa de la soberanía y el bienestar del pueblo por la aprobación de reformas antipopulares, entreguistas y contrarias al interés público, el gobierno federal seguirá trabajando en hacer historia e instaurar la transformación.
El jefe del Ejecutivo se refirió a cambios legales, que promovió el actual gobierno, dedicados a entregar recursos al pueblo como no se había hecho anteriormente; por ejemplo, la ley de austeridad republicana, “porque es un asunto de principios, no de administración, y no puede haber gobierno rico con pueblo pobre”.
Se refirió además a las reformas a la ley de extinción de dominio para recuperar y devolver al pueblo lo robado y la reforma al Artículo 28 de la Constitución, en la que se prohíbe la devolución de impuestos a grandes empresas, lo que ha significado ingresos de hasta 200 mil millones de pesos al año para la Hacienda pública.
López Obrador expuso que en este gobierno se estipuló como delito grave a la corrupción y también se canceló la reforma educativa de la pasada administración que criminalizó a trabajadores de la educación. El gobierno de México impulsa mejoras en el ámbito laboral. La nueva ley en la materia garantiza el voto libre, secreto y directo en los sindicatos, señaló.
Agregó que las reformas a la Constitución han impactado considerablemente en la vida política de México. Ejemplo de ello son el fomento de la consulta popular; la eliminación del fuero al presidente para que pueda ser juzgado en funciones como cualquier ciudadano y la revocación de mandato.
En ningún momento, improvisó o se refirió a los planteamientos que hicieron los representantes de los poderes judicial y legislativo y, soberbio como es, se mantuvo en su misma postura en contra de los supuestos “conservadores”. Ayer dijo en su mañanera que no ofendió ni agredió a Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano, rechazó que haya sido “rudo” con él e incluso se atrevió a comentar que lo trato de manera respetuosa. Caray. Y hasta inventó una nueva acepción en el diccionario de adversario.
Comentó: “Porque decir ‘adversario’ no es decir ‘enemigo’. Adversario tiene que ver cuando ya no hay una coincidencia política.