Escenario político
AMLO y el oficialismo ¿reconocerán su derrota?
Más allá de que el gobierno federal y el partido del oficialismo hayan pretendido minimizar la multitudinaria participación ciudadana en la llamada “marea rosa”, hasta el absurdo de decir que fueron 95 mil personas, el pasado domingo en más de cien ciudades del país, incluyendo la capital nacional con todo y su monumental bandera, nuevamente se volvió a mostrar son miles, pero miles de mexicanos lo que votarán el próximo 2 de junio en favor de la oposición y que la candidata de este importante segmento ciudadano, Xóchitl Gálvez Ruiz, será una adversaria competitiva frente a la oficialista Claudia Sheinbaum Pardo.
Esa “marea rosa” que realizó una marcha en defensa del Instituto Nacional Electoral no sólo se ha mantenido, sino que ahora apoyó abiertamente a los candidatos opositores y por eso extrañó que la consejera presidenta del INE, Guadalupe Taddei, manifestara la víspera que los organizadores del evento y los ciudadanos no podían utilizar el color rosa. Lo patético del asunto, es que otros consejeros se apresuraron a aclarar que no era una posición institucional del INE sino más bien una postura personal de la propia Taddei.
Ahora bien, en cuanto al tercer debate, Claudia Sheinbaum Pardo volvió a utilizar la misma estrategia que en los anteriores, de no responder los severos cuestionamientos que le hizo su opositora, mientras que el candidato a la presidencia del partido Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Máynez sirvió para atacar burdamente a Xóchitl Gálvez Ruiz que al igual que la oficialista, lo ignoraron por completo. Se vio mal, como pelele de López Obrador, según mi percepción. Nuevamente el formato del debate dejó mucho que desear porque no respondieron los cómo a sus propuestas, muchas de ellas huecas, además de que la candidata del oficialismo volvió a mostrar cifras falsas que no fueron cuestionadas por el mismo formato del debate y un ejemplo de ello, fueron las cifras de los muertos por la pandemia del Covid. Esto se dijo en el debate:
Xóchitl Gálvez Ruiz: Al debate venimos también a contrastar ideas, que no se espante. De las cosas más imperdonables de esta administración es el abandono al sistema de salud, 50 millones de personas no tienen acceso a servicios de salud, solo tres de cada 10 niños menores de dos años tienen las vacunas completas, hay desabasto de medicamento, ésa es la verdad. Pero lo más grave, los verdaderos científicos, hace unos días, acaban de hablar del pésimo manejo de la pandemia, de los 800 mil muertos, se pudo haber evitado la muerte de 300 mil personas, 300 mil personas que perdieron un ser querido por la ineptitud e incapacidad de este gobierno. Entonces, la ciudad que peor manejó la pandemia es la Ciudad de México, eso está claro, se perdieron cuatro años de esperanza de vida. Reconócelo, en lugar de pedir el voto, deberías de pedir perdón.
Claudia Sheinbaum Pardo: No, bueno, es que quien dice mentiras en realidad se habla al espejo. Durante 36 años, el salario mínimo del PRIAN lo mantuvo estable, cada vez alcanzaba para menos, para las familias mexicanas, por primera vez recuperamos el salario mínimo, hoy está al doble en todo el país y al triple en la frontera, en términos reales…
López Obrador, como viejo expriísta, ha emprendido desde hace algunos meses una serie de medidas para favorecer a los candidatos del oficialismo y lo mismo están haciendo los gobiernos morenistas, como el capitalino. Las secretarías de Bienestar han lanzado a las calles a las brigadas de “siervos de la nación” con sus chalecos guindas para promover el voto a favor del oficialismo, además de que envían propaganda morenista mediante el uso de los empleados de Correos, quitan propaganda opositora a través de empleados públicos, utilizan la red pública de radio y televisión estatal para promoverse, hacen descuentos injustificados a los empleados públicos “para los gastos de campaña y pagar a colaboradores” y esperan llenar el Zócalo el próximo fin de semana con miles de acarreados a los que les pagarán mil 500 pesos “por el viaje”, lo que muchos aprovecharán para hacer sus compras en Tepito y en La Merced.
Lo que el tabasqueño no quería es que, a dos semanas de las elecciones, que el Zócalo se pintara de rosa en una expresión unánime de repudio a su presidencia y de apoyo a Xóchitl Gálvez. Utilizó al grupo de choque de la coordinadora magisterial que se quiso confrontar con los soldados para que no pusieran la bandera y el gobierno capitalino quiso inhibir la asistencia con una contingencia ambiental y cerrando la plancha del Zócalo, pero no lo logró. Y luego se justificó esgrimiendo que su gobierno respeta las libertades. Ajá.
Ahora, el tema es el que planteamos la semana pasada. Una de las reglas básicas en democracia es que, en toda competencia electoral, siempre habrá un ganador y un perdedor. Por eso, la cultura democrática obliga a las partes en contienda a reconocer, por igual y con la misma civilidad, tanto la victoria, como la derrota, según sea el caso.
¿Creen que López Obrador reconocerá una eventual victoria de Xóchitl Gálvez? ¿Creen que el presidente aceptará la derrota de la capital del país?
Lo cierto es que todos saben que López Obrador no sabe reconocer sus derrotas. Hemos visto a lo largo de su sexenio que jamás ha reconocido que se equivocó. Es muy soberbio y mentiroso. Si gana su corcholata regañada estará contento, aunque el país se le incendie. Veremos.