De norte a sur
El arresto del Mayo Zambada y Joaquín Guzmán Jr. por autoridades estadounidenses exhiben al gobierno de López Obrador
El arresto en Estados Unidos de Ismael Mario “el Mayo” Zambada García y Joaquín Guzmán López, líderes del cártel de Sinaloa –este último hijo del “El Chapo” Guzmán– hace unos cuántos días, puso en evidencia a todo el aparato de seguridad nacional del gobierno mexicano que como la fábula del sapo Gloglogló, “nadie supo, ni nadie se enteró, lo que realmente sucedió”; y todavía están a la espera de que la administración del presidente Joe Biden, les pueda abrir los ojos con la entrega de un informe más detallado de la exitosa operación policial estadounidense. ¿Y la inteligencia del gobierno mexicano? Bien, gracias, no existe.
Y hay más que preocupación en Andrés Manuel López Obrador porque otro hijo del “El Chapo”, Ovidio Guzmán, el que provocó el llamado Culiacanazo el jueves 19 de octubre de 2019, fue sacado de una prisión de alta seguridad en los Estados Unidos para convertirse en “testigo protegido” al igual que su hermano Joaquín y están dispuestos hacer declaraciones ante los fiscales del vecino país del norte, tal y como lo han hecho otros testigos protegidos, sobre las aportaciones que hicieron al propio López Obrador y a sus hijos para sus campañas políticas y sus respectivos negocios.
Después de seis días transcurridos de que Ismael “El Mayo” Zambada y Joaquín Guzmán López fueron puestos bajo custodia por el Departamento de Justicia de Estados Unidos, López Obrador y su gabinete de seguridad siguen sin tener ninguna idea de lo que sucedió. Rosa Icela Rodríguez Velázquez, secretaria de Seguridad y Protección Ciudadana dijo en la conferencia de prensa mañanera de ayer que el gobierno de México solicitó al Departamento de Justicia de Estados Unidos un informe oficial de las conductas en territorio mexicano, así como planes de vuelo y circunstancias de tiempo, modo y lugar del caso de Ismael ‘el Mayo’ Zambada y Joaquín Guzmán López, líderes del cártel de Sinaloa, y les informaron lo siguiente:
‘Uno. Las fuerzas del orden de Estados Unidos fueron informadas en varias ocasiones previas que Joaquín Guzmán López estaba considerando rendirse ante las autoridades estadounidenses; sin embargo, nunca había concretado dicha intención.
‘Dos. Las fuerzas del orden estadounidenses fueron informadas aproximadamente a las 10:30 h del jueves 25 de julio de 2024 que Joaquín Guzmán López estaba considerando rendirse al entrar a territorio estadounidense en un vuelo privado ese día.
‘Tres. Aproximadamente a las 02:35 de la tarde, las autoridades del orden público estadounidenses fueron informadas que Joaquín Guzmán López estaba volando hacia los Estados Unidos en un avión que había despegado de México y que era su intención volar a los Estados Unidos para rendirse. Las autoridades del orden público estadounidense no tuvieron un aviso previo de este vuelo y no tuvieron confirmación independiente de que Joaquín Guzmán López, efectivamente, estuviera en el vuelo.
‘Cuatro. Las autoridades del orden público estadounidenses fueron informadas aproximadamente a las 2:40 pm, una vez que el avión estaba en el aire, que Ismael Zambada García podría estar también en la aeronave. Las autoridades del orden público estadounidenses no tenían confirmación independiente alguna que Ismael Zambada García estuviera, efectivamente, en el vuelo.
‘Cinco. El vuelo desde México aterrizó en los Estados Unidos en el aeropuerto de Santa Teresa en Nuevo México aproximadamente a las 4:24 pm. Este aeropuerto está justo a las afueras de El Paso, Texas. El vuelo en sí no fue planeado por agencia gubernamental estadounidense alguna.
‘Seis. Una vez alertados después de que el avión despegó, como se mencionó anteriormente, las autoridades del orden público estadounidenses llegaron a la aeronave una vez habiendo aterrizado en el aeropuerto de Santa Teresa. El avión tenía dos pasajeros. Las autoridades del orden público estadounidenses detuvieron a los dos pasajeros cuando bajaron del avión.
Lo más vergonzoso del asunto es que en Palacio Nacional se enteraron por los medios de la captura de los importantes narcotraficantes. La DEA y el Departamento de Justicia le cobraron a López Obrador cuatro años de desdén y nula cooperación. La operación para la extracción del Mayo Zambada comenzó hace un año y medio, reveló el procurador general Merrick Garland, y se hizo de manera clandestina. Lo que explica la humillación al gobierno obradorista es haber ignorado una ley para que todas las acciones de la DEA fueran informadas al gobierno –que pasó con prontitud el Congreso–, propuesta por el presidente tras la detención en Los Ángeles del general Salvador Cienfuegos, exsecretario de la Defensa, en 2020.
La operación fue coordinada por el área de Investigaciones del Departamento de Seguridad Territorial, que se coordinó con el FBI. Este pequeño detalle, que es monumental, ha pasado desapercibido por López Obrador y su gabinete de seguridad. Si tan sólo recordaran que el tráfico de fentanilo –por lo que acusan a Zambada y a Joaquín Guzmán López, uno de los cuatro hijos de Joaquín El Chapo Guzmán–, fue clasificado por la Casa Blanca desde hace más de un año como un tema de seguridad nacional, entenderían que la captura de Zambada es sólo el principio.
El que haya encabezado la operación el Departamento de Seguridad Territorial muestra en qué nivel de prioridad se encuentra el combate al fentanilo. Si la captura se dio en el marco de seguridad nacional, la probabilidad de que participaran varias agencias de inteligencia estadounidense, entre ellas el FBI, es muy probable, ya que tiene capacidad legal para actuar en México en tareas de inteligencia y para establecer salidas en caso de que México acusara a Estados Unidos de haber intervenido ilegalmente en su territorio. Veremos. Por lo pronto, ni la Secretaría de la Defensa Nacional y ni la Secretaría de Marina intervinieron.
Por lo pronto, la fiscalía general de la República y la Secretaría de la Relaciones Exteriores tienen en sus manos este caso fabulesco del sapo Gloglogló.
En otro asunto relevante, un juez de control dictó la medida cautelar de prisión preventiva justificada en contra de Erick Gerardo y su pareja Lorena Janeth, presuntamente implicados en la muerte de Milton Morales Figueroa, quien fuera coordinador general de la Unidad de Estrategia, Táctica y Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) de la Ciudad de México.
Durante la audiencia inicial, realizada en la sexta sala de los juzgados de Chiconautla, Estado de México, el juez autorizó la duplicidad de término constitucional de 144 horas, a solicitud de la defensa, para reunir pruebas que le favorezcan a los implicados. Erik y Lorena son señalados de haber proporcionado unas placas vehiculares que fueron sobrepuestas en los dos automóviles, tipo Aveo, que se utilizaron para ejecutar al mando policial. Las placas fueron puestas a un automóvil en el municipio de Tecámac, Estado de México.
Lorena Janeth y Erick Gerardo, están presuntamente ligados al asesinato en Coacalco de Milton Morales Figueroa, jefe de inteligencia de la Policía de la Ciudad de México. La fiscalía general de justicia del Estado de México (FGJEM) confirmó que hay indicios para relacionarlos con «los preparativos para cometer el homicidio». Personas cercanas a Janeth ‘N’ dijeron a las autoridades que ella habría dicho de manera repentina que se iría a vivir a Zacatecas.
La fiscalía general de justicia del Estado de México (FGJEM) señaló que hay indicios para relacionarlos con «los preparativos para cometer el homicidio». La agresión ocurrió el 21 de julio, cuando el oficial llegó a bordo de un vehículo, color rojo, a una pollería de nombre César, ubicada en la calle de Agua, en Coacalco. El asesinato se registró luego de que dos automóviles, uno de color blanco y otro de color gris, lo siguieron hasta la pollería. Durante la audiencia señalaron que la víctima no llevaba escoltas, porque era su día de descanso, lo que fue aprovechado por un sujeto que bajó del automóvil para dispararle en varias ocasiones antes de darse a la fuga.
Milton Morales Figueroa, coordinador general de la Unidad de Estrategia, Táctica y Operaciones Especiales de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), lideró operativos en busca de desarticular a organizaciones criminales como La Unión Tepito, así como el decomiso de grandes cantidades de droga en la capital del país. El mando policial encabezó investigaciones para la detención de cabecillas y operadores de La Unión Tepito, la cual ha sido debilitada a través de diversos operativos y la captura de liderazgos durante la presente administración. También participó en la desarticulación de otras células delictivas con operación en territorio capitalino.
Pablo Vázquez Camacho, secretario de Seguridad Ciudadana de la Ciudad de México (SSC CDMX) dijo que los esfuerzos están concentrados en encontrar a los responsables de este asesinato, ocurrido en la previa en Coacalco, en el Estado de México: “Es evento que nos tiene conmovidos en la SSC CDMX, pero que también nos obliga a redoblar esfuerzos y destinar todos los recursos para encontrar los responsables”.