
Teléfono rojo
Los problemas de seguridad pública, un asunto de seguridad nacional
Al paso de los días y las semanas, la seguridad pública se ha convertido en una verdadera prioridad para todos los mexicanos y el gobierno de Andrés Manuel López Obrador ya le está dando la importancia requerida y hoy se reunirá con los gobernadores para establecer la nueva estrategia que emprenderá a partir de la entrada en operación de la guardia nacional.
Pero el tema es más complejo de lo que aparenta, pues ya está afectando a la economía y al desarrollo económico. Repito. Las cifras de la inseguridad han ido a la alza en los últimos meses y, por supuesto, no son comparables con la realidad –pues el 95 por ciento de los delitos cometidos no se denuncian–, nos demuestran que cada día hay más linchamientos callejeros y los ciudadanos están cada vez más decididos hacerse justicia por su propia mano, pues la delincuencia parece incontenible y los cuerpos policiacos han mostrado su incapacidad para contener esta ola violenta de asaltos y robos.
Esto no es nuevo. Desde hace varios meses hemos visto como alcaldes, jefes policiacos, uniformados y hasta periodistas han sido brutalmente masacrados por grupos delincuenciales que mantienen el control en colonias, barrios y pueblos y que cobran cuotas semanales a comerciantes y a transportistas, además de que los asaltos con pistolas y cuchillos son temas de noticias mañana, tarde y noche.
En la capital del país, por ejemplo, ya sea en el interior o exterior de las estaciones del Metro y Metrobús, paradores de camiones y microbuses colectivos, en los recorridos de los camiones de transporte público, centros y plazas comerciales, mercados, tianguis, sucursales bancarias, en las entradas y salidas de estacionamientos y cines, parques públicos, pero sobre todo, en las puertas de las escuelas, diariamente se registran asaltos. Esta inseguridad, mantiene en vilo a una ciudadanía.
Ante la notable incapacidad mostrada hasta ahora por la jefa de Gobierno, Claudia Sheinbaum y el titular de la Secretaría de Seguridad Ciudadana capitalina, Jesús Orta Martínez, así como de la procuradora de justicia, Ernestina Godoy Ramos, para poder frenar esta ola delictiva al patrimonio de miles de capitalinos implementando programas efectivos que logren frenar el creciente fenómeno social, el gobierno de Andrés Manuel López Obrador, decidió establecer el patrullaje de lo que será la guardia nacional en la zona nororiente de la ciudad, en los límites con el estado de México.
Pero tanto Claudia Sheinbaum, como sus colaboradores Jesús Orta Martínez y Ernestina Godoy Ramos siguen la misma ruta de López Obrador de estar acusando a sus antecesores de todas las desgracias, en lugar de ponerse a trabajar e implementar junto con los alcaldes estrategias que permitan abatir los delitos patrimoniales y los homicidios que semana a semana van a la alza y hay zonas como la colonia del Mar en Tláhuac, donde se han elevado los asaltos a casas habitación y las ejecuciones entre narcomenudistas, sin que hasta ahora se haya arrestado a uno de los responsables de esos delitos.
Pero el fenómeno delictivo también ha crecido por las pésimas medidas que ha implementado Jesús Orta Martínez, el cual ordenó que los fines de semana, aproximadamente el 80 por ciento del parque vehicular policiaco deje de circular porque según él, los policías preventivos se roban la gasolina de las unidades. También, al personal policiaco y a sus familias se les han restringido los servicios médicos y otro tipo de prestaciones sociales, además de que hay atraso en la entrega de uniformes, calzado y otorgamiento de nuevo armamento.
Jesús Orta reconoció que en los últimos tres años las cifras de homicidio, robo a transeúnte, robo de vehículo y robo a casa habitación “han ido en ascenso en la incidencia delictiva” y explicó que «el compromiso que tenemos y la meta que hemos establecido es cambiar la tendencia ascendente que ha venido dándose en los últimos tres años». Pero no dijo cómo ni cuándo.
Además, a nivel nacional año con año se ha presentado un incremento en los asaltos a casas habitación en épocas vacacionales. Y efectivamente, ahora en Semana Santa se espera un aumento en la intromisión a viviendas, ya que es el momento perfecto para los delincuentes para realizar este tipo de delitos. De acuerdo a cifras proporcionadas por el Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública, se han reportado en 2019 más de 30 mil casos de allanamiento de morada y robo a casa habitación. Dinero en efectivo, electrodomésticos, aparatos electrónicos y joyería, se encuentran entre los artículos más reportados por las víctimas de dichos delitos. Este clima de inseguridad, principalmente en el aspecto patrimonial, también afecta el robo de vehículos.
La incidencia de crímenes al patrimonio parece no descender, por lo que es necesario tomar medidas precautorias para evitar ser parte de una de estas cifras. Actualmente existen nuevas herramientas a disposición de los usuarios, por medio de las cuales pueden tener sus propiedades monitoreadas constantemente y usar la tecnología a su favor. Sin embargo, si las policías de investigación no hacen su trabajo, de nada sirve.
Lo que es un hecho, es que muchos gobernadores están desfasados y no controlan a sus policías estatales, muchas de las cuales están infiltradas y hasta están al servicio de los grupos delincuenciales regionales, por lo que el apoyo a los municipios es prácticamente nulo.
Entidades como México, Guerrero, Michoacán, Jalisco, Puebla, Veracruz, Tamaulipas, Morelos, Oaxaca, Guanajuato y Ciudad de México, están presentando altísimos niveles de incidencia delictiva y las autoridades estatales se han visto francamente rebasadas a pesar del apoyo federal. Veremos si mejora el panorama en los próximos meses. Lo dudo.
Y es que la incapacidad está a flor de piel.