El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Elecciones espejo y que tienen muchas lecturas
Los resultados electorales del domingo pasado tienen varias lecturas: Una de ellas, es el abstencionismo que alcanzó niveles aproximados del 50 por ciento. Una segunda lectura, es que el Partido Acción Nacional perdió las gubernaturas de Puebla y Baja California ante los candidatos del partido Morena y la tercera que en los estados de Durango, Tamaulipas y Quintana Roo, el PRI ganó varios ayuntamientos y obtuvo diversas diputaciones locales.
El resultado de los PREP de las elecciones del domingo, indicaron que en Baja California, un repudio generalizados al gobernador panista Francisco Vega, deja el carro completo a Morena, pues no sólo obtuvo la gubernatura Jaime Bonilla Valdés, sino que arrasó todas las alcaldías (Ensenada, Rosarito, Mexicali, Tijuana y Tecate). El PAN prácticamente desapareció y el PRI, mantiene su registro local “de panzazo”.
Lo que es un hecho es que estas elecciones nos mostraron que son un espejo de la realidad y que todavía hay muchos sectores que están respaldando al partido de moda, Morena, y consecuentemente, al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, a pesar de sus desatinos y de su falta visión de estadista.
Los candidatos de Morena para los gobiernos de Puebla y Baja California, Miguel Barbosa Huerta y Jaime Bonilla Valdés, aventajaron en las elecciones y se perfilan ya como los ganadores de la elección. De acuerdo a los conteos de salida, Barbosa Huerta contaría entre 42.6 y 45.4 por ciento de los sufragios, mientras que Bonilla Valdés tendría entre 50.7 y 53.2 por ciento.
Bonilla Valdez estaría derrotando al candidato del PAN a la gubernatura, Oscar Vega Marín, quien quedaría en un lejano segundo lugar. Según los números que arroja la elección, el abanderado de Juntos Haremos Historia obtendrá 57.2 por ciento de los sufragios, mientras que el panista Vega Marín llegará al 22 por ciento.
De ser efectivos estos resultados, Bonilla Valdés estaría quitándole la gubernatura que mantuvo el PAN en Baja California, cuando se alzó con el triunfo Ernesto Ruffo Appel en 1989. Muy lejos, en tercer sitio, estaría el candidato del Partido Revolucionario Institucional (PRI), Enrique Acosta Fregoso, el cual a duras penas alcanzará 9.1 por ciento de los sufragios.
En Durango, el PRI vive y está fuerte. Ganó 16 alcaldías, el PAN –partido del gobernador José Rosas Aispuro–, 17 alcaldías; Morena solamente 2. Para Durango que renovó también alcaldías, el PAN se quedaría con la capital y ciudad más relevante económicamente ya que su candidato Jorge Salum resultaría victorioso. Aunque el PRI fue el partido que más ganó municipios del estado.
De los 39 municipios de Durango, la coalición PRD-PAN aventajan en 17; el PRI, en 15, y Morena en dos, de acuerdo con 67 por ciento de las actas computadas del PREP.
En Quintana Roo, como se espera que Morena tome el control del Congreso con 11 legisladores (36%); la segunda fuerza es el PAN, partido del gobernador Carlos Joaquín, con 27 por ciento y el PRI un diputado con el 12 por ciento de la votación. Partidos salvan el registro, por sus coaliciones.
En Tamaulipas, la mano del gobernador panista Francisco García Cabeza de Vaca, se notó y arrasó con su Congreso Local. Gana el PAN 21 diputaciones y sólo 1 Morena. El resto no tuvo nada. PRD, PVEM, PT y MC, pueden perder el registro local. No alcanzaron el 3 por ciento de la votación global.
En Aguascalientes, el gobernador panista Martín Orozco no convence a sus gobernados y sólo logra 5 alcaldías y el resto de los partidos nacionales, incluido Morena, sólo tienen un ayuntamiento. MC, está a punto de perder el registro local. En la capital se reelige la panista Teresa Jiménez.
La lectura de la derrota del PAN en Baja California puede ser el hecho de que la alternancia ya era necesaria, ante el desgaste natural de los gobiernos blanquiazules que se volvieron ineficientes y corruptos. En varias elecciones el PRI obtuvo importantes victorias en los ayuntamientos y en el Congreso local, pero no pudo ganarles la gubernatura. Ahora lo hizo Morena, con un candidato que tiene doble nacionalidad –estadounidense y mexicano—y que ya fue diputado federal por el Partido del Trabajo y ahora fue senador por Morena. También es un empresario exitoso. Es ingeniero industrial egresado de la UNAM.
En cuanto a Puebla, por fin llegó a la gubernatura Miguel Barbosa Huerta, quien nació el 30 de septiembre de 1959 en Zinacantepec, municipio de Tehuacán, Puebla. Es licenciado en Derecho por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
Fue miembro del Partido de la Revolución Democrática (PRD) desde junio de 1994, cuando se incorporó a la campaña presidencial del ingeniero Cuauhtémoc Cárdenas Solórzano. Fue presidente estatal del PRD en Puebla y diputado federal en LVIII Legislatura (2000-2003). También, Miguel Barbosa Huerta fue electo como presidente de la Mesa Directiva del Senado de la República, para el periodo del 1 de septiembre de 2014 al 31 de agosto de 2015.
En noviembre de 2013 tuvo un percance con su salud, debido a la diabetes tipo 2 que padece. Una infección en el pie derecho le provocó una infección generalizada en todo el cuerpo, y a consecuencia de ello le fue amputada dicha extremidad.
En 2017 dejó el PRD y se unió a Morena. En las elecciones de 2018 fue candidato a gobernador pero perdió frente a Martha Érika Alonso, en unos comicios muy disputados y que se resolvieron en tribunales. Tras la muerte de la gobernadora de Puebla en un accidente aéreo, Barbosa Huerta se volvió a postular y ahora se perfila como el próximo gobernador de Puebla.