El concierto del músico/Rodrigo Aridjis
Todos los países del mundo están enfrentando la doble crisis –la pandemia del Covic19 y la económica–, con distintos programas emergentes que no tenían previstos ni tampoco los organismos internacionales. Está situación inédita obligó a que México hiciera lo mismo. El domingo pasado, millones de mexicanos esperábamos que el presidente Andrés Manuel López Obrador diera a conocer un Pacto Nacional de Reconciliación entre los tres niveles de gobierno junto con los sectores privado y social, para poder afrontar esta hecatombe.
Nadie puede reclamar a López Obrador que ayude a los más pobres del país y que representan aproximadamente el 40 por ciento de la población. Pero la economía nacional está en proceso de colapso por una pandemia que nos ha llevado a la inmovilidad como condición para cuidar la vida. Los próximos meses serán muy cruciales para México y para el mundo. Perderemos miles de empleos, es altamente probable que una considerable cantidad de empresas se vean precisadas a cerrar ante la imposibilidad de seguir operando.
Con su discurso del domingo pasado, López Obrador dijo muchas mentiras y medias verdades y hasta anunció medidas anticonstitucionales como quitarles el aguinaldo a los servidores públicos con lo que dijo se obtendrán unos tres mil millones de pesos. Si ellos renuncian voluntariamente a esa prestación, está bien, pero no se les puede obligar como él pretende. Lo que falta a AMLO es asumir un liderazgo para la crisis y para la reconstrucción del país, pero no, diariamente con sus palabras sigue dividiendo y sigue acusando al pasado de todos los males, en lugar de asumir su responsabilidad como jefe de Estado.
Además, el país, llegó a la pandemia del Covid19 con un PIB estimado para este año de menos de 2 por ciento y los recursos fiscales los utilizó el gobierno federal para financiar programas sociales de entrega directa de dinero a sectores improductivos. Pero no hay dinero que alcance para atender a los 20 millones de mexicanos en condiciones de miseria y sólo el camino del crecimiento productivo es lo que puede crear empleos y fondos para atender a los más-más pobres.
Por lo mismo, México requiere un gobierno capaz de adecuarse a las circunstancias, y si es necesario dar marcha atrás en algunos proyectos y atender recomendaciones que vayan contra la concepción de su idea original, escuchando s los sectores productivos, pues es la única forma de sacar adelante al país.
Luego de que se dio a conocer su plan de rescate económico, se cuestionó a López Obrador si hubo el consenso necesario con todos los sectores a nivel nacional para que el gobierno federal y el secretario de Hacienda y Crédito Público (SHCP), Arturo Herrera Gutiérrez, llegarán a estos planteamientos de otorgar 2 millones de créditos, crear 2 millones de empleos y beneficiar a 2 millones de personas con programas sociales, por lo cual, respondió que este será un modelo a seguir para muchos países y destacó que siempre escucha “la opinión y los sentimientos de todos los pueblos” gracias a las giras presidenciales que ha llevado a cabo desde a principios de sexenio. No se refirió ni a la carta que Cuauhtémoc Cárdenas, Rolando Cordera y otros le hicieron llegar, ni tampoco los planteamientos que hicieron los empresarios en la víspera de su mensaje al país.
Por su parte, el bajo el señalamiento de que “es tiempo de unidad y de responsabilidad”, el Consejo Coordinador Empresarial (CCE) reprochó al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, que sus propuestas no han sido tomadas en cuenta, para hacer frente a los embates para la economía nacional derivados por la pandemia del coronavirus Covid 19. “Desafortunadamente, nos parece una respuesta incompleta ante la gran dimensión de la crisis que enfrentamos”, señala el grupo empresarial en un comunicado emitido tras el informe del Primer Mandatario.
“No pedimos reducción de impuestos, ni privilegios, ni concesiones. Siempre hemos puesto a los trabajadores, sus familias y al país como nuestra prioridad. Nuestras propuestas aún no han sido tomadas en cuenta. Nuestro objetivo es proteger el empleo, los salarios y los ingresos de las familias; sentar las bases para una recuperación inmediata; evitar que la crisis de liquidez se convierta en una crisis de solvencia; y contar con recursos para continuar los programas sociales”, asegura el sector privado en su escrito.
El CCE puntualizó que han hecho llegar al jefe del Ejecutivo propuestas para preservar el empleo formal e informal de 36 millones de mexicanos, un gran convenio nacional, así como sus 10 principios de dimensión social.
Los empresarios, además, hacen un llamado al presidente para que como estadista “muestre su sabiduría”, y hacen hincapié en “nunca dejar que las pasiones ni la emoción nos impidan hacernos las preguntas fundamentales”.
En este momento de crisis, posponer decisiones es en sí una mala decisión. Cada día perdido se traduce en un mayor daño para las familias mexicanas. El presidente de México cuenta con nosotros en su proyecto de vencer a la corrupción, a la pobreza extrema, a la inseguridad y a la crisis del Covid-19. Pero también salvemos juntos los empleos y los ingresos de las familias. Es tiempo de que trabajemos juntos en un gran acuerdo nacional. El presidente de la República puede confiar en nosotros porque también buscamos el bienestar de México. Es tiempo de unidad y de responsabilidad”, concluye el escrito.
Pero en la conferencia de este lunes, López Obrador insistió en que no se repetirán fórmulas fallidas de anteriores administraciones, puesto que la prioridad son los sectores olvidados de México. “No va a haber rescate en general, mucho menos a los grandes, el rescate es al pueblo de México, a los olvidados, a los pobres, a los que siempre se ha hecho de menos, por eso me gusta que ya van sabiendo por anticipado cuál es nuestra postura, porque no puede ser que digan antes no estoy de acuerdo si todavía no lo sabían”, aseveró desde el Salón Tesorería.
“No es posible que afecte tanto una pandemia, en lo económico, en lo social, porque afecta más de la cuenta una pandemia así? porque resulta que entre otras cosas se dejó de invertir en lo social, se privatizó la salud, hay países que no tienen servicios públicos para la población, a ellos les pega más.
Entonces todo esto es lo que está evidenciando y es una contradicción, un absurdo el que se quiera enfrentar esta crisis con las mismas recetas de siempre, tiene que haber cambios”, insistió.
A mi juicio, se perdió oportunidad de llegar a un acuerdo con los empresarios de todos tamaños que esperaban medidas de apoyo. No de rescate. De apoyo. La única certeza previsible es abrumadora: no habrá regreso a la normalidad. La falta de un gran acuerdo entre gobierno y los sectores privado y social nos va a hundir más. No se trata de rescatar empresas, se trata de salvar empleos productivos, sobre todo de las pymes.
En fin. Vamos a esperar. Recuerdo una frase de Miguel de La Madrid Hurtado: “A pesar de todo, México es más grande que sus problemas y que sus propios gobernantes”. Siempre lo decía en privado.