Libros de ayer y hoy/Teresa Gil
Las redes sociales, la Constitución de la Ciudad de México y el gran abstencionismo
¿Cómo incidieron las redes sociales en el voto final? ¿Son realmente instrumentos de la propia sociedad que inciden en las preferencias del votante? Por lo que compete a la capital del país sirvieron para denostar al PRI y al gobierno federal, para criticar, con burla y severidad, al jefe de Gobierno, Miguel Ángel Mancera Espinosa, que pudo resolver los problemas de movilidad, transportación y los bruscos cambios en el programa Hoy no Circula y para criticar la severa corrupción imperante en todos los niveles de gobierno. Es más, el silbato de alarma para mujeres que utilizan el Metro y con lo que se pretende evitar el acoso sexual, logró una parte importante de burlas y descalificaciones.
Y mientras que el partido en el poder, el PRD, se enfrascó en una encarnizada y agresiva disputa con los integrantes del partido de Andrés Manuel López Obrador y sustentó su campaña promocional en la creación de una “Constitución Chilanga”, el domingo pasado solamente 28 por ciento de los electores capitalinos acudieron a las urnas.
Al riesgo de emitir un juicio prematuro, podríamos decir que las redes sociales si influyen a partir de una combinación de visibilidad, impacto e interacción. Ninguna es más importante que otra, puesto que por sí misma ninguna de estas garantiza el rechazo por uno o varios candidatos. Es más. Ni los pelan, pues las críticas son más generalizadas. Las nuevas audiencias en Internet han mostrado estar más interesados en otros temas que no sean los políticos. Es más, no podemos caer en el error de pensar que las redes por sí mismas ganan una elección. ¿En qué medida influyeron las redes sociales en el voto final? En realidad, no lo sabemos y es un tema a estudiar.
Insisto. Las lecciones de este proceso electoral son muchas, pero una muy destacada es quizá el grado de descomposición política, en una guerra registrada entre candidatos y partidos políticos, en donde también senadores y diputados federales, así como locales, le han entrado a la contienda bajo innumerables descalificaciones, agresiones verbales y hasta maltratos físicos, con el único objetivo de mantenerse vigentes en sus respectivas carreras políticas.
Lo que sí debe quedar claro es que las redes sociales importan y mucho, no solo por la presencia que debe tener un candidato, sino porque es ahí donde se libran las campañas negras y, principalmente, son los espacios en los que brotan las inquietudes de los votantes y donde éstos expresan sus preferencias, malestares y coraje ante gobiernos que no cumplen con sus expectativas.
Y es que, a 18 días de las elecciones, los capitalinos nos encontrábamos en la encrucijada de por quién vamos a votar, qué garantías tenemos de que los triunfadores se sometan al escrutinio popular y acaten las demandas ciudadanas. Pero el desinterés que generó este emergente proceso electoral en la ciudadanía es sólo comparable con la justificación que han hechos los dirigentes de diversos partidos políticos locales, como Raúl Flores, quien se justifica por la baja participación ciudadana en las votaciones, donde MORENA los volvió a superar y a convertirse en la primera fuerza política “chilanga”
Los funcionarios del INE deben analizar seriamente si la propaganda con la que diariamente nos bombardearon en radio, televisión e Internet – afortunadamente no contaminó las calles que se mantuvieron limpias de basura electoral– todos los partidos es verdaderamente útil.
El PRD de la ciudad celebra que tendremos una “Constitución bien chilanga”. A los capitalinos no nos falta nada… más que una Constitución, mientras que MORENA ofrece un cambio radical, imposible y sus proclamas pasan de lo contradictorio a lo absurdo. El triunfalismo de los perredistas y que es el partido que gobierna la capital desde hace más de 18 años, ya no tiene ningún tipo de respaldo social y al paso que vamos, en tres años otros partidos políticos los pueden superar. Al tiempo.