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WASHINGTON, 11 de junio (Quadratín México).- El Senado, por una contundente e inesperada mayoría, 82 votos a favor y 15 en contra, ha autorizado que la propuesta legislativa promocionada por un grupo bipartito de senadores para que la reforma migratoria sea debatida en el pleno de la Cámara Alta antes del receso del 4 de julio.
La reforma migratoria superó la primera gran prueba para convertirse en la ley que regularice la situación de 11 millones de indocumentados en Estados Unidos.
Aunque se preveía que, finalmente, la norma lograría arrancar el apoyo suficiente de republicanos para lograr el mínimo de 60 votos necesarios para respaldar el envío de la norma al pleno, ni los más optimistas esperaban un apoyo tan considerable, algo que augura buenas perspectivas para que la reforma sea aprobada definitivamente en el Senado, si bien varios legisladores conservadores han advertido que su voto a favor de que se debata la ley, no implica que la vayan a aprobar en la votación final.
“Como el líder de mi partido, entiendo que debemos, al menos, tratar de mejorar la actual situación ya que es evidente que muy pocos consideran que está funcionando tanto para nuestros ciudadanos como para los que han venido de todas partes del mundo y aspiran a convertirse en estadounidenses”, indicó tras la votación el líder de la minoría republicana en el Senado, Mitch McConnell.
El hecho de que el presidente de la Cámara de Representantes, el republicano John Boehner, también haya declarado que cree que la reforma migratoria se aprobará a lo largo de ese año, es también una buena noticia, ya que los miembros de la Cámara Baja son más reacios a autorizar la versión presentada por los senadores.
La ley, que se debatirá en las próximas semanas, incluye medidas para reforzar la seguridad en la frontera -aunque sin supeditar a ésta el proceso de regularización-, cambios en las condiciones de internamiento de los sin papeles que esperan a la deportación, la propuesta conocida como Dream Act para jóvenes indocumentados, nuevos permisos para trabajadores temporales o una importante renovación del programa de visados para profesionales especializados.
Horas antes de que comenzara la votación en el Senado, el presidente Barack Obama, comparecía en la Casa Blanca para mostrar su apoyo a la reforma e instar al Congreso a que la aprobase. “Si de verdad están comprometidos con arreglar nuestro sistema migratorio esta es la mejor oportunidad”, ha dicho el mandatario.
Obama ha hecho de la reforma migratoria una de las principales apuestas de su segundo mandato. Rodeado de dreamers, empresarios, líderes religiosos, representantes de grupos sociales y políticos de ambos partidos que apoyan la reforma, el presidente ha defendido la necesidad de que se apruebe esta ley. “La inmigración no sólo es parte de nuestro carácter, es uno de los principales motores de nuestra economía”, ha subrayado. “Pero nuestro actual sistema está roto, ahora no podemos enfrentar el problema de los 11 millones de indocumentados que están en este país y que sí, pueden ser ilegales, pero son nuestros vecinos y lo que quieren es ganarse la vida decentemente, sin causar problemas y que ahora están siendo explotados”.
A principios de enero pasado, el denominado Grupo de los Ocho, formado por cuatro senadores republicanos y cuatro demócratas, todos ellos influyentes entre su partido, presentó una propuesta de reforma migratoria que ha sido la base de la legislación que se debatirá en la Cámara Alta en las próximas semanas. Los demócratas han sido los que han apoyado con más entusiasmo este proyecto de ley que, sostienen, garantiza una vía hacia la ciudadanía para miles de jóvenes que llegaron al país de niños y se han criado como estadounidenses, pero que se enfrentan a la deportación por no tener papeles.
Sin embargo, los republicanos más conservadores han mostrado sus recelos, asegurando que la legislación supone una “amnistía” para los 11 millones de inmigrantes indocumentados que entraron en EU antes de que se implantara un rígido control en las fronteras.
QMX/fm