Con cédula digital avanza IMSS en la transformación de sus servicios
CIUDAD DE MÉXICO, 24 de mayo de 2020. — “Los meses de distanciamiento social y de disminución de actividades ordinarias no han sido fáciles ni agradables”, reconoce la Arquidiócesis Primada de México.
En su editorial de este domingo denominada No relajemos la disciplina, resalta que surgen notables muestras de disciplina e ingenio; florecen habilidades domésticas, y se renuevan prácticas higiénicas que nunca debieron descuidarse.
Resalta que es notable y heroica la entrega y dedicación del personal médico y sanitario ante el coronavirus Covid 19, así como de servicios básicos, que han sostenido el ritmo de la ciudad: nunca terminaremos de agradecerles.
“También germinaron nuevamente la solidaridad y la generosidad, como en otras grandes emergencias, aunque, ciertamente, están los que han ninguneado el tamaño y efecto de la pandemia”, resalta en el escrito publicado en el semanario Desde La Fe.
Sin embargo, es preciso destacar que, como sociedad y como individuos, tenemos capacidad de adaptación, de superar riesgos y peligros tremendos. No sabemos quedarnos cruzados de brazos para abandonarnos a la fatalidad.
Hoy queremos recordar que nos encontramos en un momento decisivo para definir nuestro futuro inmediato. Estamos enfrentando los días con más cantidad de contagios y fallecimientos.
Es inevitable que en estos momentos surja una pregunta urgente, necesaria, inquietante y ansiosa: ¿hasta cuándo será todo esto?
Pero más allá de una fecha precisa o de una guía de retorno a lo habitual, en este momento hay que recordar la principal instrucción: quédate en casa, y sólo sal para lo estrictamente necesario.
A reserva de lo que los especialistas propongan desde su propia trinchera, nuestra propuesta es que, como sociedad, mantengamos una disciplina estable, un conocimiento veraz, una organización social independiente, y un profundo trabajo espiritual, confiando en el poder de Jesucristo y en la protección de Nuestra Santísima Madre de Guadalupe.
Aceptemos que gracias a que gran parte de la población sigue respondiendo positivamente, los números de la crisis no han sido mayores.
En esta última semana de Pascua y de cara a la fiesta de Pentecostés, pidamos al Espíritu Santo su guía y fortaleza para hacer lo que nos corresponde en este momento tan delicado. Ahora es cuando debemos ser más disciplinados y no relajar lo que, como sociedad, como familia o individuos, hemos avanzado.