Presenta Ramírez de la O presupuesto de egresos; van 6.5 billones a metas
CIUDAD DE MÉXICO, 20 de abril de 2020. — El Instituto Mexicano de Ejecutivos de Finanzas (IMEF) alertó de las adversidades a las que se enfrenta el País, ante la pandemia del coronavirus Covid 19, y la falta de acciones del Gobierno Federal.
Este lunes, emitieron un comunicado firmado por Ángel García-Lascurain Valero presidente nacional de la asociación civil que agremia miembros del sector financiero mexicano, Lili Domínguez Ortiz presidenta del Consejo Técnico; y Gabriel Casillas Olvera, presidente del Comité Nacional de Estudios Económicos.
En relación al entorno económico de México, advierten del deterioro paulatino de las calificaciones del país y de Petróleos Mexicanos (Pemex), porque “muestran la elevación de la percepción de riesgo y en el soberano, la posibilidad de perder el grado de inversión”.
Señalan además de la insuficiente respuesta del Gobierno encabezado por el presidente Andrés Manuel López Obrador, “para dotar de liquidez a las empresas, a las familias y para proteger el empleo”.
El IMEF propone un Acuerdo por el Bienestar, donde participen el Gobierno, las empresas y la sociedad mexicana para hacer frente a los retos de la crisis en este 2020.
Aquí el boletín íntegro:
Entorno Económico Nacional
💰 Deterioro paulatino de las calificaciones de México y PEMEX muestran la elevación de la percepción de riesgo y en el soberano, la posibilidad de perder el grado de inversión.
💰 La respuesta de política económica en México ha sido, hasta ahora, insuficiente para dotar de liquidez a las empresas, a las familias y para proteger el empleo.
💰 Fuerte deterioro del marco macroeconómico estimado por el consenso del IMEF en línea con la mayoría de los pronosticadores
💰 Los motores para lograr una recuperación más expedita y para reactivar el crecimiento económico en el mediano plazo se están viendo seriamente dañados.
💰 El IMEF reitera su propuesta de un Acuerdo por el Bienestar entre el gobierno, las empresas y la sociedad mexicana para hacer frente a los retos de la crisis en este 2020.
Entorno económico nacional
Deterioro paulatino en las calificaciones. Fitch Ratings redujo la calificación crediticia de México de ‘BBB’ a ‘BBB-’, manteniendo la perspectiva en ‘estable’. Esta acción se suma a la que tuvo lugar el mes pasado por parte de S&P, que redujo la calificación soberana de ‘BBB+’ a ‘BBB’ con perspectiva negativa. Adicionalmente, Fitch volvió a rebajar la calificación de Pemex de ‘BB’ a ‘BB-’, manteniendo la perspectiva negativa. Recientemente, Moody’s rebajó la calificación de México de A3 a Baa1 y le asignó una perspectiva negativa, al tiempo que redujo la calificación de Pemex de Baa3 a Ba2 con perspectiva negativa. Con esto, PEMEX ya perdió el grado de inversión en estas dos calificadoras.
Las agencias calificadoras argumentan un impacto negativo pronunciado derivado del COVID- 19, así como de menores precios energéticos a nivel global. Estos factores se suman a una economía que ya se encontraba en una posición débil, lo que implica una perspectiva menos favorable para las finanzas públicas en el futuro. Con la reducción paulatina en las calificaciones, México se encuentra cada vez más cerca de perder el grado de inversión, lo que tendría un impacto severo sobre el atractivo del país para retener inversiones y atraerlas en el futuro.
Ante la reducción en las calificaciones, la Secretaría de Hacienda informó en un comunicado que el país cuenta con “amortiguadores” como los 158.4 miles de millones de pesos del fondo de Estabilización de Ingresos Presupuestarios (FEIP), coberturas petroleras, un tipo de cambio flexible; además de una línea de crédito con el FMI por 61,400 millones de dólares, líneas de intercambio de divisas con la Fed y el Tesoro de Estados Unidos, principalmente. Sin embargo, esos recursos no han sido utilizados y con ello el deterioro en la economía y en las expectativas de recuperación continúa.
Alta concentración del empleo y de la actividad económica en empresas pequeñas. La mayoría de las pequeñas y medianas empresas no tenían hasta el mes pasado problemas de solvencia, pero el enfrentar una restricción severa de su liquidez, derivada de la falta de ingresos por un periodo de tiempo considerable, sobre todo al tener que sufragar costos fijos y algunos variables, incluyendo el pago de obligaciones patronales y de impuestos, impactará de forma profunda su solvencia y miles de empresas podrían cerrar irremediablemente, con la pérdida de empleos directos e indirectos que esto implicará. Debemos recordar que el 87% de las empresas del país tienen menos de cinco empleados y la mayoría carecen de patrimonio propio para enfrentar la crisis.
Las empresas privadas generan cerca del 80 por ciento del empleo formal en el país, razón por la cual, una menor actividad empresarial impacta directamente a la fuerza laboral y, por ende, al bienestar de miles de familias mexicanas.
La respuesta de política económica en México ha sido insuficiente. Hasta el momento se han anunciado diversas medidas de apoyo gubernamental tales como el adelanto de contribuciones de algunos programas sociales, el otorgamiento de créditos a empresas familiares, así como a trabajadores del Estado. Sin embargo, dichos apoyos son insuficientes para atender las causas de fondo del deterioro económico y para prevenir un impacto severo de la recesión sobre la mayor parte de la estructura productiva y del empleo del país. Dichas medidas representan tan solo el 0.3% del PIB, muy inferior a los programas de apoyo que se están implementando en otros países:
Responsabilidad fiscal y recesión. En el IMEF valoramos la responsabilidad fiscal gubernamental como un componente central de la estabilidad macroeconómica bajo circunstancias normales. Sin embargo, en un contexto de severa recesión, el gobierno debe actuar de una manera más contundente con una política de gasto contra cíclica. La utilización
de los recursos disponibles y los “amortiguadores” con los que cuenta México, así como la reasignación de recursos, al menos de forma temporal, de proyectos de infraestructura hacia la atención de la emergencia sanitaria y económica tendrían un impacto directo y positivo sobre la protección del empleo y del bienestar de las familias mexicanas y serian muy bien recibidas por las agencias calificadoras y los inversionistas, aun cuando impliquen temporalmente un déficit fiscal o el aumento del endeudamiento.
Fuerte deterioro del marco macroeconómico estimado por el consenso del IMEF. La incertidumbre actual dificulta el dimensionamiento de variables macroeconómicas, principalmente del PIB y por ello los pronósticos sufren revisiones muy frecuentes; esto se debe a que, entre otros factores, es difícil hacer comparaciones basadas en la experiencia de otros países ya que el único país en donde apenas se está regresando a la normalidad es China. Adicionalmente, las cifras de casos confirmados de Covid-19 en México no son comparables con otros países debido al bajo número de pruebas que se están haciendo.
Tomando en consideración la dificultad antes expuesta, el IMEF revisó a la baja su estimado de crecimiento para 2020 de -4% a -6.7% en abril. Para 2021, se espera una recuperación económica con una tasa de crecimiento de 2% (vs. 1.55%), con la información disponible al momento.
En términos de inflación, la caída de los precios de los energéticos, aunado al incremento en la brecha del producto, traerá consigo menor presión sobre los precios. De esta manera, la mediana de la inflación se sitúa en 3.55% a final de este año (vs. 3.95% de la encuesta previa) mientras que, para 2021, se estima una tasa de 3.62% por debajo del 3.80% anterior. Respecto a la tasa de política monetaria, se espera una tasa de referencia de 5.25% para finales de año y para 2021, de 2%. Cabe mencionar que la próxima reunión regular de política monetaria tendrá lugar hasta el próximo 16 de mayo, por lo que no podemos descartar una acción antes de esta fecha. Finalmente, en cuanto al tipo de cambio, se espera un nivel de 23.15 pesos por dólar a finales de este año y de 22.85 en 2021.
Destrucción de valor, recuperación y crecimiento de mediano plazo. En ausencia de apoyos gubernamentales suficientes, muchas empresas, sobre todo las micro y pequeñas e inclusive algunas medianas, ven cuestionada su existencia. Ello implica la pérdida para el país de fuentes permanentes de empleo y de generación de bienestar para las familias mexicanas, que inhibirán la capacidad de recuperación y de crecimiento de México después de la recesión. Este riesgo se suma al distanciamiento reciente entre el sector privado y el gobierno federal. Así mismo, las condiciones de inversión y de generación de confianza, que ya se encontraban deterioradas desde el año pasado, se han visto afectadas por factores adicionales como la cancelación de la inversión de Constellation Brands, así como factores políticos tales como el cuestionamiento de pacto fiscal federal de varios gobernadores, que elevan la incertidumbre.
Un entorno de mayor incertidumbre inhibirá aún más a la inversión privada como motor de crecimiento hacia el futuro, lo que a su vez tendrá un impacto sobre la capacidad recaudatoria del gobierno federal. Esta situación, junto con los compromisos de gasto de la actual administración, como son los programas sociales llevados a rango constitucional, el peso de Pemex en el presupuesto federal y la canalización de recursos hacia programas de inversión en infraestructura de dudosa rentabilidad social, elevan el riesgo de la economía mexicana después de la recesión.
El IMEF hace votos por encontrar nuevas formas de colaboración entre todos los sectores y reitera su propuesta ya hecha de forjar un “Acuerdo por el Bienestar, para fomentar la confianza y revisar las políticas públicas acordes con la nueva realidad.