Recomienda IMSS disfrutar época decembrina sin descuidar la salud
El tratamiento es multidisciplinario y muy largo, asegura el vicepresidente del Consejo Mexicano de Cirugía Oral y Maxilofacial, Fernando Soriano Padilla, durante una entrevista con la Agencia de Información Quadratín México.
Al nacer, el pequeño es sometido a una evaluación muy profunda por parte del pediatra, pues se debe determinar si esa patología no viene relacionada con otros problemas, ya que “hay 300 síndromes asociados al labio y paladar hendido”.
El bebé además de presentar esta malformación puede tener una cardiopatía. Aunque no necesariamente puede estar asociado a otro síndrome, sin embargo, un tres por ciento se relaciona con otra malformación que puede ser del oído o del sistema nervioso central, entre otros.
En cuanto nace, es un impacto fuerte para los padres, pero sobre todo para la madre, porque para empezar no sabe cómo lo va a alimentar, ya que de no hacerlo de forma adecuada, el niño puede broncoaspirar y ahogarse.
Para alimentar a un niño con este problema, hay que amamantarlos casi parados pues no pueden succionar, no hacen vacio al cien por ciento y tragan mucho aire.
Una vez que es evaluado el bebé por el pediatra, a los padres se les canaliza a la clínica de higiene mental para que reciban terapia por “el impacto enorme y el sentimiento de culpa”. El pequeño una vez que crece, se recomienda sea atendido por un psicólogo para que lo prepare para afrontar su condición.
El tratamiento es muy largo y se le atiende de manera multidisciplinaria e integral, desde que nace hasta los 16 o 17 años de edad. A los 10 días de nacido se le toma una impresión y se le pone una placa.
La atención es por etapas, explica el experto, hay que esperar a que el niño crezca y que se le alimente adecuadamente pues no debe estar anémico, ya que las cirugías se realizan bajo anestesia general, por lo que el pequeño debe estar en óptimas condiciones de salud.
Se opera a las 10 semanas de vida, la primera cirugía es en el labio y la nariz, luego las placas; a los 18 meses el paladar, se ve el aspecto estético y funcional; después entra en etapa de revisiones constantes por parte del otorrinolaringólogo.
A los tres años, el odontólogo interviene; entre los siete y nueve años de edad, pasa a ortodoncia para alinearle los dientes; posteriormente entra a terapia de lenguaje para que pueda hablar bien, y paralelamente debe asistir con el psicólogo para que lo apoye a afrontar la etapa escolar, que es cuando son objeto de “bullying” de manera terrible.
El vicepresidente de esta asociación civil, reitera que el tratamiento es muy largo y costoso. El niño a lo largo de los 16 o 17 años de su vida es sometido hasta 12 cirugías. Edad en la que, para entonces ya es un adolescente, debe estar integrado a la sociedad.
Como generalmente el “labio leporino” está asociado a la pobreza, en donde se presenta más esta malformación, para las familias de escasos recursos el tratamiento resulta además de largo, muy oneroso por el costo alto y el número de cirugías.
Dado lo largo del tratamiento y costoso, el 90 o 95 por ciento de los pacientes se atienden en las instituciones del Seguro Social, ISSSTE o Salud, así como en campañas de cirugías extramuros, con una rehabilitación por completo del 90 por ciento o más de los pequeños.
Explicó que en las campañas de cirugías extramuros se atiende a personas de muy escasos recursos. Durante esas jornadas médicas los especialistas se trasladan a las comunidades más alejadas, en donde durante una semana operan entre 80 y 100 pacientes.
El doctor Soriano Padilla señala que lleva 17 años participando en este tipo de campañas en donde el número de personas es muy alto con esta malformación. Cada año hay un rezago de cinco mil casos de labio y paladar hendido, además de sus secuelas.
Pese a que no es muy común ver a un niño con “labio leporino”, señala que es un problema de salud, al ser la primera malformación de la cabeza y el cuello que se presenta.
En las clínicas del sector salud dedicas a esta patología, se atienden diariamente entre 40 y 50 pacientes.
Dado el impacto que resulta para los padres tener un bebé con “labio leporino”, patología de largo plazo, pero sobre todo para el pequeño a través de su desarrollo como individuo y las agresiones a las que se enfrenta, es importante que la mujer sepa los riesgos que conlleva el no cuidarse desde antes de embarazarse.
Es un problema a largo plazo, que además si no se atiende a tiempo restringe el habla, con el consabido señalamiento, críticas y abusos del entorno social del paciente.
Ante el panorama que le espera al pequeño que nace con “labio leporino”, es importante saber que otro de los factores que lo provocan es también si el padre es alcohólico o adicto, y no sólo la madre en gestación.
Asimismo, refiere el especialista maxilofacial que el ácido fólico es determinante durante el embarazo. Tomarlo desde mucho tiempo atrás de la gestación, implica una disminución en el porcentaje de tener un bebé con malformación ya sea de este tipo o de otros.
El especialista señala que aún en estos tiempos de modernidad y de avance tecnológico, existen los mitos sobre las causas de que un niño nazca con “labio leporino”, no obstante, el problema es generado por muchas otras causas, no precisamente por fenómenos astrales.
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